Pensar, sentir emociones

Rubén Zatarain Mendoza*

Ha iniciado el ciclo escolar 2022-2023. De nuevo, la renovación de la misión social de la escuela, la oportunidad de cultivar el capital social a través de un servicio cercano a las necesidades y expectativas de la gente.
La fuerte expectativa familiar y el espíritu comunitario que se manifiesta con el movimiento de las personas y el uso de los tiempos de madres y padres de familia, la lucha por la vida de los pequeños comerciantes frente a los ingresos, alrededor de las mismas, la vida de las escuelas que florece con el color de uniformes y la interacción de niños y adolescentes.
Las emociones de los escolares que se estrenan en las tareas de asistir, los que se han cambiado de escuela y de nivel educativo, los que empiezan a conocer a sus nuevos maestros y maestras, la alegría de hacer amistad y pulir las habilidades de relación.
Las emociones de los supervisores y directores que llegan a un nuevo centro de trabajo, los nervios y emociones de los nuevos docentes que ingresan al servicio educativo o que cambian de grupos escolares.
Las bienvenidas, las dudas sobre la base programática de la planeación didáctica, el juego simbólico de las miradas de mutuo reconocimiento entre alumnos y docentes, los desafíos de educar en el marco apasionante de los saberes y aprendizajes esenciales por reconocer y movilizar.
Las niñas, niños y adolescentes, los conocimientos, habilidades y valores por formar, el reto de hacer lectores eficaces, escritores con capacidad comunicativa, el reto de formar el pensamiento matemático y desactivar actitudes y autoestima lastimadas, el reto de mover saberes precientíficos y pensamientos animistas; el perfil de hombres y mujeres honestos, los otros valores por formar.
La madurez física, intelectual y socioemocional por acompañar, las personalidades egocéntricas por descentrar, las habilidades sociales por fortalecer.
Pensar y hacer práctica de las metodologías didácticas eficaces, los proyectos de vida y la escritura de las biografías académicas por alimentar.
La cohesión social y el consenso a través de la escuela, los retos generacionales para contribuir a la disminución de la violencia física y simbólica, contribuir a la reconstrucción del tejido social.
Los libros de texto gratuitos en la mochila de los educandos como medio y recurso didáctico consolidado en la cultura de trabajo en educación básica; la nueva generación en estreno, los textos y las imágenes en espera de las manos y miradas exploradoras, el aprendizaje por venir, el estreno de los útiles escolares y material deportivo.
De nuevo los balones en las canchas deportivas, los juegos organizados, la vida saludable como línea de trabajo formativo, los valores nacionales y la identidad, el uso del tiempo para el aprendizaje que compromete al educando y al docente como facilitador y gestor de aprendizajes.
El reto de eliminar riesgos de contagio sobre Covid-19, la vacunación en proceso de los menores de edad, la adaptación de las instalaciones escolares para su normal funcionamiento, la escuela digna que merecen las cohortes de alumnos en tránsito y nuevo ingreso, la operación de los comités participativos de salud.
La fase intensiva del CTE en el pasado significado y el debate de ideas sobre el marco curricular, las demandas de la cotidianidad en las aulas, la realidad de las escuelas mexicanas.
La mirada del profesorado y el uso del pensamiento crítico para evaluar las voces contra la nueva propuesta curricular.
Las voces subjetivas opinantes y reactivas, aglutinadas como parlantes de la alianza opositora, los comunicadores incomunicantes y “líderes” Twitteros. Citemos algunas:

“Es sorprendente que este gobierno eche a perder todo lo que toque, ahora hasta el sistema educativo. Quieren imponer a la fuerza su doctrina y llenar la mente de niñas y niños con fanatismo irracional” (Alejandro Moreno “Alito”, Partido Revolucionario Institucional).
“En lo oscurito se gestó el marco curricular del Plan Educativo, cuyo objetivo es adoctrinar a los niños, niñas y adolescentes del país en favor del gobierno de la 4T… Este Plan prevé que los docentes orienten el trabajo de los alumnos al adoctrinamiento ideológico” (Marcos Aguilar Vega, vocero del Partido Acción Nacional).
“Se busca reformar prácticamente a ciegas la política educativa… lo que se quiere es que desde la escuela se combata el colonialismo, racismo(…) y el neoliberalismo… El nuevo programa de estudios es meramente ideológico… Los profesores no están preparados para impartir este nuevo programa de estudios” (Adela Micha Zaga).
“En la escuela se aprenderá poco de Álgebra, pero mucho de Dos Bocas/AIFA; se aprenderá poco de ciencia, pero mucho de la 4T; se aprenderá poco de como ser ciudadano autónomo y se aprenderá mucho de cómo ser súbdito sometido, sin sentido crítico, y sin aspiraciones” (Denise Eugenia Dresser Guerra)

El nuevo marco de desinformación, la nueva escuela mexicana y su propuesta curricular en el banquillo de los acusados, en la agenda periodística.
Las voces “objetivas” del raro ejercicio de la libertad de expresión clasista que hacen voces como las de Adela Micha, Loret de Mola Álvarez o Pedro Ferriz de Con, entre otros.
La comunicación asertiva en el mundo de la escuela cuando subsiste un cuarto poder en medios tendencioso que no cesa la crítica sobre la calidad educativa.
El otro bastión de la lucha conservadora para desacreditar un proyecto de gobierno. La ausencia de tregua, adelantar juicios. La educación pública como objeto de mirada ampliada, la lupa tendenciosa sobre los cambios en la SEP.
El debate ideológico ineludible en materia educativa.
El gremio de los profesores a tomar partido y acción, a hacer escepticismo informado, a discriminar churras de merinas en el conjunto de voces que concurren en el tema educativo, las mentalidades pequeño burguesas de extravíos clasistas por reconstruir.
El profesorado como gremio que asume el reto de hacer comunidad asumiendo el rigor de su ciencia pedagógica e ineludible militancia política.
Las escuelas inclusivas por consolidar, las barreras del aprendizaje y la participación por intervenir, el diagnóstico sobre el nivel de madurez y la práctica social en materia de equidad e inclusión.
El necesario filtro epistemológico en la interpretación de las causas y los mapas, prevenir el epistemicidio.
Cuidar la recopilación de información, huir de las simplificaciones, matizar el determinismo de la voluntad de los sujetos en la solución de los nudos y la problemática multicausal.
El diagnóstico por hacer en materia de aprendizajes.
El pronóstico reservado sobre los niveles de dominio, el plan de acción desde las responsabilidad educadora.
Pensar con objetividad y formular plan de acción en el nuevo ciclo escolar, si.
Sentir emociones y alimentar la moral del oficio de educar, también.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com