Nóminas

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

En sentido inverso al 18 de mayo de 1992, cuando se suscribe el Acuerdo Nacional de Modernización de la Educación Básica (ANMEB), hoy se vuelve a centralizar la nómina.
Después de tres décadas de empoderamiento neoliberal y de maridaje oficialista sindicalista, hay en perspectiva una vuelta de tuerca a la administración de sueldos y salarios, hace 30 años federalismo educativo (descentralización) hoy federalización de la nómina educativa (centralización).
El ANMEB que enfatiza entre otras cosas, la noción de federalismo educativo que impactó la posterior transferencia de los servicios educativos a las entidades federativas y, en consecuencia escuelas, maestros y nómina de los trabajadores de la educación, pasaron a ser administradas por los gobiernos estatales; todo apunta a que hoy se vuelve a centralizar la nómina de los estados a la federación, pese a que se habla de fase de diagnóstico y cambios graduales.
La dialéctica entre centralismo y descentralización en la historia de 100 años de una SEP que se reordena y hace política para retomar la rectoría del Estado en materia de educación. Apenas a principios de 2013 la amenaza del SNTE y su imparable lidereza de entonces, hoy los estados del país y la distribución geográfica de la alternancia con ofertas políticas diferentes.
El SNTE y sus camaleónicas estrategias de seducción y ejercicio de poder, las generaciones de políticos que permanecen, los hacedores de familiogramas, las herencias de liderazgos, los apellidos y feudos, huellas profundas de significación en la lectura vertical de la nómina que premia la justa medianía ideológica de los privilegiados en la trinchera de la organización sindical neoliberal e histriónica.
El pago oportuno de los docentes como necesidad real, el juego de vencidas de las manifestaciones en estados como Michoacán, Veracruz, Guerrero, Zacatecas y Colima; las olitas de inconformidad en Jalisco.
Ayer el protagonismo de Álvaro Obregón para la creación de la SEP y regular la tentación de cacicazgos de algunos gobernadores, un poco después de la visión carrancista y el constituyente de 1917.
El debate ideológico en el campo del servicio educativo, las arenas donde crecen plantas a veces incompatibles, las trincheras derechistas y sus afanes de libertad de educación, la guerra cristera y la resistencia armada a la educación laica, la educación socialista como credo cardenista y la vuelta de tuerca que se manifiesta en la administración de Manuel Ávila Camacho y su visión conservadora de la educación a través del secretario de educación militar Octavio Véjar Vázquez.
El crecimiento y complejización del sistema educativo nacional, los administradores científicos y los apóstoles de la planificación en los sesentas.
La creación del SNTE en 1943, los ciclos simulados de pliegos petitorios de aumentos salariales, las concertacesiones a las diligencias y sus impunidades de antidemocracia y simulación.
Las nóminas del SNTE, los sujetos-objeto del sindicalismo orgánico, la opacidad en el manejo de sus cuotas.
Sus militancias y acuerdos en el PRI, PAN y PRD en la Ciudad de México y Michoacán, el SNTE y su participación directa en Partidos como Nueva Alianza y Redes Progresistas.
La nómina y las campañas políticas, los congresos seccionales.
Sus parcelas de poder y propuesta, las cuotas sindicales. Las comisiones mixtas de escalafón, las comisiones tripartita y el “fifty- fifty” SEP-SNTE en plazas administrativas y de personal de apoyo; el ominoso silencio, la consentida opacidad; la toma por asalto en las transiciones de gobierno estatal y municipal, la alternancia y el parto sexenal de los nuevos burócratas.
Nóminas de maestros perpetuamente comisionados para celebraciones y desayunos, los barrigones eternamente sonrientes vestidos de guayabera, los infaltables en eventos como el día de la educadora con quienes menos educan, como el desayuno en honor a la educadora en la Sección 47, los prófugos de la ética y la responsabilidad con la educación al servicio del pueblo; los aliados a los maestros y las maestras que se pelean los boletos para asistir a la entrega de medallas Manuel López Cotilla e Ignacio Manuel Altamirano el 15 de mayo.
Las nóminas ausentes de los maestros que no les pagan desde octubre de 2021 con todo y “paritos” laborales sntistas simulados.
La reingeniería administrativa prometida en estados como Jalisco, incapaz de alinear la gestión con las autoridades federales para cubrir el necesario salario de los trabajadores.
La planeación y la administración de los recursos humanos en resbaladillas e incomunicación con el funcionamiento y operación del servicio educativo, que ni entienden ni desean entender, en su gestión de ínsulas cúpulares.
Las fuerzas restrictivas de la centralización de la nómina en voz de algunos maestros en estados como Chiapas, en gobernadores como el del estado de Jalisco.
El grito impotente de cientos que nadie escucha del “Ya pagame SEJ”.
El salario permanente de los que cobran por “pagar” a otros, el pago oportuno ausente y su invisible impacto en la normalidad y calidad del servicio educativo. La vigencia de las palabras de Domingo Faustino Sarmiento, docente, pedagogo y ex presidente de la República Argentina (1868-1874) “El buen salario, la comida abundante, el buen vestir y la libertad educan a un adulto como la escuela a un niño”.
La centralización de la nómina y las soluciones prometidas. El costo económico alto de tal decisión política.
El diablo y el FONE (nacido en 2015) en la misma carta de lotería para explicar el inmovilismo en materia de pagos de salarios. Las normas y las reglas de operación de los programas y planes de expansión federales. El tiempo de las administraciones que transcurre sin soluciones para la franja del magisterio con acumulación de necesidades.
Los tiempos y contextos políticos que marcan el ritmo de la toma de decisiones y el ejercicio de poder en la particular democracia mexicana, en la venidera sin esperanza de cambio transición de los liderazgos en el SNTE.
La lucha frontal contra la corrupción en el sector educativo en donde este fenómeno también tiene historia; la federalización de la nómina educativa como medida para evitar desvíos de recursos y prácticas discrecionales clientelares localistas.
La educación de calidad y sus costos económicos y políticos, la paz y la gobernabilidad del magisterio y la importancia estratégica del pago oportuno de sus servicios profesionales.
Tiempos de reflexionar sobre las prácticas en el manejo de la nómina y las plazas laborales en el marco del federalismo educativo (1992) y de la federalización de la nómina de los maestros, maestras y los trabajadores administrativos (en fase de diagnóstico, 2022), tiempos de hacer interpretación de la comunicación emitida por la SEP.
Respirar tranquilos y sentarse en la estación de espera, interpretar las declaraciones Twitteras de la SEP entre el 26 y 27 de abril: “La SEP asumirá el control de la nómina de las y los profesores, así como del personal administrativo de los Estados y apoyará su financiamiento… El proceso de federalización está en la etapa de diagnóstico, es decir, conciliando la información en las entidades federativas”.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

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