¿No era barrer de arriba para abajo? Se está perdiendo el enfoque

Marco Antonio González Villa*

En uno de los discursos emitidos por el presidente, en los que tiende a señalar lo que está mal, confrontar a sus detractores y reiterar la eliminación de la corrupción, empleó una analogía con una escalera para indicar que se debe empezar a barrer, limpiar, de arriba hacia abajo para poder quitar todo lo que está mal. Obviamente en diferentes momentos se le ha cuestionado por diferentes acciones y decisiones jugando precisamente con las palabras por él empleadas.
No quisiera entrar dentro de este grupo de críticos a su gestión, sin embargo, dado que no tengo una idea concreta de desde qué esfera política viene la indicación, me remitiré a emplear también su idea de las escaleras y las aplicaré a una situación educativa vivida recientemente por profesores del Estado de México; puede parecer una extrapolación forzada o un manejo no literal del juego de palabras, pero para mí tiene sentido y relación.
Se compartió un video a manera de capacitación en donde un abogado, bajo instrucción claro, y en una idea de consolidar una Cultura de Paz, empieza señalando que es el área educativa uno de los sectores de lo servidores públicos en donde existen más demandas, lo cual ha implicado el cese de algunos docentes, por lo que hace la recomendación de leer diferentes manuales y reglamentos en donde se establece la forma de tratar y dirigirse con estudiantes de nivel básico y medio superior o nos será aplicado todo el rigor de las nuevas leyes que responsabilizan sólo a los y las docentes y quitan responsabilidad a cualquier otra figura social.
La percepción general docente se puede resumir en dos puntos: primero, no fue una capacitación, fue básicamente una amenaza o advertencia y, segundo, quedó una sensación de desolación al saber que, como docentes, estamos solos y poco protegidos ante cualquier situación que se viva con algún o alguna estudiante, aun siendo algo injusto.
Se comentó también en el video algo que dejó a la mayoría sorprendidos: se enfatizó que la principal función docente no es ya enseñar, sino proteger a cada estudiante. Se brindó un contexto y justificación sustentado en los estragos de la pandemia, el abandono o maltrato parental sufrido y las carencias económicas entre otros factores. Y es aquí donde entra la analogía.
La mayoría de los y las docentes tenemos claro que un número significativo de estudiantes están viviendo condiciones difíciles personales, de diferente índole, y, por ética, hemos asumido un rol de apoyo para alumnos y alumnas, sabiendo que podemos representar su última línea de apoyo social, es decir, representamos el último escalón: arriba de nosotros hay varios escalones más.
¿Se aplica la ley a políticos que están obligados a garantizar el derecho a la educación y una vida digna para todo niño, niña y/o adolescente y llevan décadas sin cumplirlo? NO ¿ha aplicado la ley para funcionarios que desvían recursos destinados para combatir la pobreza o mejorar la educación? NO ¿se aplica la ley para padres o madres que abandonan física, económica o psicológicamente a sus hijos o hijas? NO ¿se aplica la ley a autoridades educativas que aceptan la responsabilidad, a su nombre y sin verse comprometidos o en riesgo, para castigar, apuñalar por la espalda, a un chivo expiatorio social como lo es un maestro o maestra? NO
Ellos están escalones más arriba, pero, tal como pasa siempre, sólo se aplican las leyes para quienes están en el último escalón y los demás salen bien librados, dándose baños de pureza y apuntando el dedo hacia uno de los últimos responsables, pero, como ha sido en los últimos años, sacrificable.
Siempre usan los políticos frases o palabras rimbombantes, demagógicas o con una cierta intencionalidad llamativa o alarmante, pero pocas veces, como en la situación aquí descrita, cumplen su palabra. “Barrer de arriba hacia abajo”, es una frase bonita, incluso pertinente, aunque jamás aplica en lo social. Pero sería lindo y justo que realmente fuera así ¿no?

*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx