Narices

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

La nariz es fuente de oxigenación y su par de vías nasales cumplen la función de expulsores de bióxido de carbono. Es una maravilla evolutiva.
Su importancia estratégica en la lucha por la salud y la vida ha cobrado en los últimos meses nuevos bonos.
El valor de respirar, de introducir oxígeno; la debilidad de ser puerta de entrada de virus como el Covid.
La necesidad de saber proteger la nariz y eventualmente evaluar el impacto real del uso de mascarillas en la prevención.
Las dificultades de los niños, niñas y adolescentes para usar apropiadamente la obligatoria mascarilla, el dilema de detener el bicho o de privarse del uso de la nariz en experiencias olfativas de aprendizajes.
Los fumadores y los adictos a sustancias como opio, la cocaína, el tabaco o mariguana, por mencionar algunas, le encuentran a la nariz un uso ampliado, las más de las veces como una chimenea expulsora.
Los médicos y particularmente aquellos como los otorrinolaringólogos y cirujanos plásticos encuentran en la nariz su razón profesional y mercado. A veces también los traumatólogos encuentran oportunidad en el mundo del deporte con algunas narices rotas.
Los humanos en sus dos géneros y anexos, también son anatómica y fisiológicamente narices.
Los hay de distintos tamaños y formas, las hay de distintos niveles de aceptación propia y externa.
La nariz es objeto de bullying en la escuela y las hay famosas como la metafórica de Pinocho, de Cyrano de Bergerac, el asesino en la novela el Perfume de Patrick Suskind, Enrique Borja o Ana Guevara.
El mercado extensivo de perfumes, cremas, jabones, detergentes y pinol ilustra la sensibilidad olfativa en el mundo de relaciones públicas y en el hogar.
La perfumería desde el antiguo Egipto, la aristocracia y clase social, la danza de las feromonas, huellas químicas que juegan en el mundo joven, en el mundo de relaciones humanas de hombres y mujeres; los registros olfativos y emociones, los sentimientos.
Muchas de las reminiscencias de la vida escolar se remiten también a las asociaciones olfativas.
Los profesores y las profesoras, los compañeros y compañeras de grado y escuela generan un clima de estímulos olfativos que pueden constituirse en verdaderas asociaciones cognitivas o en franco estímulo negativo.
La nariz es un órgano por el cual nos apropiamos del mundo, el sistema abierto que cuela en cada sujeto, el acceso a algunos aprendizajes.
Si olemos con agrado, si vemos coloridos en el aula o el espacio común de juegos e interacciones, amamos la escuela.
El olor a café en las salas de maestros y en las oficinas administrativas, las charlas y los encuentros, somos sujetos que hablan, que escuchan y que huelen.
Los educandos huelen diferente los lunes en honores a la bandera o los viernes en tropel de salida.
La vida de relaciones humanas en la escuela impregna.
Los baños de las escuelas y sus malos olores, la gestión ahora del jabón, el gel y los líquidos de limpieza; los baños de las escuelas que también son registro y también son objeto para educar el cuidado personal y la higiene.
El olor del lonche, del taco de frijoles del amigo y de los libros de texto nuevos que aún despiden el olor a tinta cuando llegan al pupitre.
Desde las clases iniciales de Psicología en las escuelas Normales se abordan los contenidos relativos a sensaciones y percepciones, y si por fortuna el desarrollo del tema no queda solo a nivel conceptual, se entra al mundo prometedor del uso diversificado de está particularidad del educando para potenciar experiencias de aprendizaje ricas y significativas.
Sensaciones y potenciación de todos los sentidos en el proyecto de aprender, pues como afirma Robert Jastrow, científico y profesor universitario estadounidense “En los seres humanos las sensaciones del olfato son las únicas señales que pasan directamente a la corteza cerebral. Todas las demás sensaciones pasan primero a un centro de recepción llamado tálamo, para una revisión preliminar. Esta circunstancia se remonta a los días en que la corteza cerebral estaba evolucionando a partir de los centros olfativos del cerebro de nuestros antepasados de los bosques. La conexión directa que va desde la nariz del hombre a la corteza cerebral explica el hecho de que un aroma pueda evocar recuerdos extraordinariamente vívidos de acontecimientos pasados”.
Los recuerdos vividos necesarios para construir el significado de escuela.
Ser educando en un tiempo y espacio, los compañeros de generación de huellas olfativas singulares.
Percepciones cada vez más ricas con la educación de los sentidos y con los referentes de las percepciones cada vez más ampliamente significadas.
Las narices activas de un grupo escolar que sigue las líneas escritas de un libro, que sigue como balanza de lateralidad el trazo de la escritura en las líneas del cuaderno.
El olor a gis que se complementa con el olor a marcadores de pintarrón, los trazis y movimientos.
El olfato activo en aquellas cosas y fenómenos inodoros en apariencia como la lluvia y el viento, las semillas cuando germinan, los olores de los distintos microespacios geográficos y ambientales donde se educa y se cultivan las inteligencias pera bien de la patria.
El olor de los puertos, los pueblos y rancherías que se siembran cerca del mar, los habitantes de los amplios valles, en las montañas, en las ciudades. Los ricos olores de sus frutas y vegetales, del ganado, del pescado y los mariscos.
Oler desde la percepción del mundo, sentir a través del ABC del olfato para enriquecer el encuentro con el conocimiento y el cambio personal.
Oler para aprender ciencia, para experimentar y fortalecer el cuidado personal. El olor del formol, azufre, alcohol, petróleo diáfano y gasolina.
El olor de los reptiles en las disecciones para taxidermia, las diferencias de olor con las aves.
Narices necesarias para detectar matices y alimentar actitudes, el olor del sudor de las ropas de los niños de las familias obreras y campesinas, el olor propio de los que son prófugos del baño y el jabón sobre los que hay mucho trecho por formar.
El olor de sus huaraches en estreno, de sus huaraches lodosos o húmedos, de los balones que ruedan en las canchas de los deportes, el olor del silencio en las reuniones de padres y madres de familia que asisten a las asambleas.
Las narices felinas, caninas; la curiosidad intelectual que es también olfato.
Los dichos y refranes inteligentes sobre la nariz, las frases como “Tu libertad termina donde empieza mi nariz” de Abraham Lincoln.
“Por un palmo de narices” y su invitación intrínseca a hacer matemáticas con unidades de medida antiguas como el palmo o la cuarta.
Narices. Necesarias para oler mejor la tierra mojada del Guadalajara que viene; hoy que en Jalisco habrá mejores aires por la onerosa verificación responsable.
Narices (muchas) para hacer contraloría social ciudadana si no sucede.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

Comentarios
  • Griselda Gómez de la Torre

    Agradecida por la oportunidad del empalabramiento a través del tema propuesto que sin duda genera sonrisas para referirnos y rememorar los registros olfativos, las huellas olfativas asociadas a la relación conjunta con los sentimientos que habitan en la memoria y que, de vez en vez, son culpables de recordar a personas asociadas a los perfumes que impregnan sentimientos de evocación, por ejemplo, al cruzarte en la calle por un aroma conocido, volteas con esperanza del encuentro y te das cuenta por un momento que los aromas te sigue a través del sentipensamiento.
    Los aromas del recuerdo de la infancia, de la Madre y Abuela, la casa paterna, olores que formamos, relaciones y registros de emociones.
    María Montessori refiere el hecho de los: periodos sensitivos en el desarrollo del aprendizaje en los niñ@s pequeños y es precisamente el olfato, uno de los dispositivos humanos de aprendizaje a potenciar como herramienta.
    La respiración como fuente de vida y técnica para la práctica del Yoga que permite la concentración y la meditación sobre la vida.
    La nariz del Mayor Kovaliov como símbolo de crítica al estatus social en la novela de Nicolai Gógol.
    Sin duda su artículo me remontó a recuerdos de infancia y los aromas que permean la memoria de la vida en tiempo pasado que se registran en la mente y significación de vida. Mucho agradezco el presente artículo, pretexto para hacer memoria de la propia historia.

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