Matarás a tu padre

 en Rodolfo Morán Quiroz

Luis Rodolfo Morán Quiroz*

Es un tópico clásico del psicoanálisis la rivalidad del hijo frente al padre. Por extensión, de las nuevas generaciones frente a las antiguas. Los jóvenes tienen que abrirse paso y forjar su propia historia, rebelarse contra la autoridad paterna y, como ilustra Sigmund Freud con la tragedia de Edipo, quedarse con la madre (o el poder, o el territorio) como trofeo. Podría decirse que la historia de la humanidad no solo es, como afirmó Carlos Marx, la historia de la lucha de clases, sino también la historia de la lucha de las generaciones. Siendo tan patriarcales nuestras culturas, esta lucha entre generaciones se expresa sobre todo como lucha entre los machos de las generaciones en pugna. No hay que olvidar, empero, que también las hijas expresan importantes rivalidades y oposiciones con las madres y con las generaciones mayores.
Esta lucha de generaciones se expresa también en los aprendizajes de unas y otras; específicamente en la formación de las nuevas generaciones, que rompen paradigmas para establecer los propios, para luego imponer tradiciones que se proponen como maneras de volver a las tradiciones de los ancestros, aunque a la generación previa se le vea como punto de contraste de lo que ya no se quiere ser. Alejandro Magno se rebeló contra Filipo de Macedonia, su padre, para llegar a opacarlo y acrecentar el poder y el territorio que nos hacen reconocerlo en la historia, más allá de su audaz resolución del problema del nudo gordiano.
La ciudad de Stuttgart, por citar otro ejemplo, remonta sus tradiciones como espacio de cría de caballos gracias a un hijo que se preparaba para vencer al ejército de su padre. Desafortunadamente para él, el rey descubre los planes del hijo, acaba con el rival y se apodera de los caballos. Por cierto, ese escudo de armas de la ciudad acabó convirtiéndose en el símbolo de otra historia de emulación tras la caída del régimen nacionalsocialista. Si Ferdinand Porsche, quien trabajó en distintas firmas automotrices, fue el encargado de diseñar el “Auto del Pueblo”, su hijo Ferdinand se encargó de continuar la tradición automotriz y a la vez separarse de la historia del padre al fundar la contraparte, de un vehículo poco vulgar y bastante veloz (un Hochgeschwindigkeitwagen, como también se puede denominar a ese producto de una velada rivalidad generacional).
En todo caso, para poder superar la imagen de un padre poderoso, hay que matar (simbólicamente) al padre rival. Lo que, en muchas ocasiones, sobre todo en los ámbitos institucionales, implica oponerse a las ideas del antecesor, lo que ya con eso resultará en notoriedad. ¿Quién se atreverá a oponerse al macho fuerte de la manada? La historia parece apuntar que será el hijo o el heredero legítimo de la tradición. El joven habrá de distinguirse hasta de su propio pasado para trascender y a la vez continuar una tradición.
Entre las preguntas que quedan abiertas en el contexto universitario de Jalisco están las de si el nuevo rector, notablemente más joven que quienes se conocen como “los poderes fácticos” estará en condiciones y en la disposición para oponerse a las antiguas generaciones. ¿En qué medida el nuevo periodo se convertirá en expresión de continuidad y ruptura en la Universidad de Guadalajara? Cabría añadir, dado que el rector electo promovió las bicicletas públicas en la ciudad ¿habrá ciclopuertos nuevamente en rectoría general? ¿habrá un sistema de bicicletas universitarias en vez de seguir la tradición de las enormes camionetas Suburban que se expresó durante años en la casa de estudios?

*Doctor en Ciencias Sociales. Profesor del Departamento de Sociología del CUCSH de la UdeG. rmoranq@gmail.com

Comentarios
  • Bertha Collantes

    Por el bien y la salud de todos ojalá que si se logre un sistema e bicicletas universitarias.

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