Más con menos

 en Marco Antonio González


Marco Antonio González Villa*

Es una frase cada vez más común, no reciente en realidad y, al parecer, será el principal lema y filosofía del gobierno actual, lo cual ha empezado a generar muchas críticas, sobre todo a partir de la propuesta del recorte presupuestal a las Universidades, como es el caso de la UNAM; sin importar las justificaciones y especificaciones que se han brindado, los hechos concretos muestran que se recibirá menos dinero.

Pese a los intentos por manejarlo como un discurso de austeridad y darle un sentido positivo para todos, la verdad es que históricamente la unión de estás tres palabras siempre ha traído consigo un sentido que tiene muy poco de alentador.

No apareció en los discursos oficiales, pero sí en las prácticas y en la vida cotidiana de muchos actores sociales en las últimas décadas. Con la pérdida del poder adquisitivo, muchas familias tuvieron que hacer más esfuerzos para estirar el gasto, a costa de comer menos o con una calidad nutricional inferior a lo necesarios: hay que echarle más agua a la olla con menos frijoles, para que rinda. Ya incluso es un dicho o refrán popular.

En el sector laboral la frase ha adquirido también relevancia, pero sobre todo condición para los empleados: vas a trabajar más pero con menos sueldo, te voy a pagar más pero con menos prestaciones o menos ayudantes, vas a trabajar más años y te vas a retirar con menos dinero. Obviamente la constante del sexenio anterior no la podemos olvidar: más inversión extranjera y más empleos pero con menos calidad y estabilidad.

En el caso de las escuelas y los maestros la situación ha sido la misma: los maestros han tenido más carga burocrática con menos tiempo para abarcar los contenidos o brindar educación significativa; hay más alumnos en las aulas pero con menos espacio y menos posibilidades de brindar una atención personalizada, lo importante es la cobertura; hay que poner más calificaciones con menos que hagan los alumnos, porque se requiere aprobar a todos y aumentar los promedios; hay más reformas y más cambios con menos consideración de la opinión de los maestros. Y una de las más crueles: los maestros tienen más responsabilidades con menos reconocimiento.

Así que se hace necesario buscar otra frase y otra política porque en el imaginario colectivo “más con menos” difícilmente es el preámbulo para algo bueno por venir. Espero haberme dado a entender más con menospalabras ¿o no me alcanzó?

*Maestro en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala.antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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