Marchantes

 en Rodolfo Morán Quiroz

Luis Rodolfo Morán Quiroz*

El 8 de marzo de 2020 ya teníamos noticia en esta parte del mundo de la existencia del coronavirus. En esa fecha todavía no se había declarado la necesidad de “cuarentena” ni se habían cerrado las posibilidades de reuniones masivas en nuestras ciudades. Todavía pudimos salir a marchar para protestar en contra de la desigualdad entre hombres y mujeres. Ese Día Mundial de la Mujer, en Guadalajara pudimos observar una nutrida marcha que incluía entre sus consignas la necesidad de despenalizar el aborto como parte del reconocimiento de que cada mujer es dueña de su cuerpo y puede optar por interrumpir el embarazo por su propia voluntad. Mientras se realizaba esa marcha pudimos observar también una manifestación que se oponía a esa demanda. Algunas personas escenificaron un plantón para expresar la visión del movimiento “pro-vida”. Quienes se manifestaron a favor de la despenalización y legalización del aborto (con todos los apoyos estatales que conlleva) portaban palacetes verdes o violetas; quienes se oponían a que la ley reconociera y apoyara la decisión de abortar portaban pañuelos azules o blancos. Pueden verse fotografías de esa marcha de 2020 aquí: Rodolfo Moran agregó 425 fotos nuevas.
Ya durante el periodo más álgido de la pandemia nos enteramos de otras marchas en el mundo, asociadas a lemas como “Black Lives Matter”, en especial por el asesinato de George Floyd bajo la rodilla y cuerpo de un policía, y que tuvieron eco en Jalisco por la detención y muerte de Giovanni López en Ixtlahuacán, Jalisco, en junio de 2020. El pretexto fue que éste no portaba cubrebocas y “se puso agresivo” cuando la policía lo conminó a utilizarlo mientras estuviera en el espacio público (https://www.forbes.com.mx/noticias-investigan-muerte-de-giovanni-lopez-el-joven-que-fue-detenido-en-jalisco-por-no-usar-cubrebocas/). Hubo también protestas por las medidas para evitar los contagios de coronavirus, que en muchos lugares se consideraron no sólo exageradas, sino parte de una conspiración para controlar a la población y coartar las libertades de los individuos.
Tanto antes, como durante la pandemia nos hemos enterado, quizá hemos participado por coincidir con algunas de sus demandas, o hemos visto con contrariedad marchas, plantones y otras manifestaciones que son parte de los intentos de determinados grupos por cambiar la situación social. Al menos en determinados asuntos de la vida política. Las marchas son parte del ritual de la política, de manera paralela a las peregrinaciones lo son para los rituales religiosos: manifestaciones de convicciones expresadas multitudinariamente. Con silencios o con gritos, con tambores, u otras fuentes de sonido, con discursos y peticiones que pueden o no asociarse u oponerse a medidas jurídicas.
El 13 de noviembre de 2022 se escenificaron marchas o plantones “en defensa del Instituto Nacional Electoral” en distintas ciudades del país, para expresar la oposición a la iniciativa de reforma electoral que promueve el régimen de López Obrador. Para muchos, la marcha del 27 de noviembre en la Ciudad de México fue una respuesta “de ardor” del presidente por esas marchas.
Las magnitudes de las marchas y plantones suelen ser objeto de discusión y, según sea la posición de quien dice contar la cantidad de participantes, se exagera en la escasez o en la apabullante presencia de marchantes, que pueden ser “marchistas-leninistas”, “acarreados”, “solidarios”, según se simpatice o se opongan quienes relatan hechos o imaginaciones acerca de la marcha. Una de las apreciaciones más exactas que he escuchado acerca de la magnitud de alguna marcha la escuché durante la que organizó la Universidad de Guadalajara en protesta por los recortes presupuestales del gobierno de Jalisco, el pasado 23 de noviembre: “es un chingo de raza”, expresó una estudiante.
Las marchas son una manera de mostrar músculo y señalar que mucha gente está convencida de la justicia de determinadas demandas. Aunque es evidente que puede caerse en la “falacia democrática” (ad populum) y asumir no sólo que “no somos machos pero somos muchos…” y ya verá quien se atreva a oponerse, sino también suponer que la cantidad de personas que piensan igual que yo constituye una demostración de que tengo la razón.
La reciente “megamarcha” de la Universidad de Guadalajara (Fotos de la marcha del 23 de noviembre en Guadalajara: https://www.facebook.com/media/set/?set=a.10225285117648107&type=3); La megamarcha de la UdeG (http://www.gaceta.udg.mx/la-megamarcha-minuto-a-minuto/) tuvo también una contramarcha, organizada por el titular del gobierno del estado de Jalisco, que terminó en las instalaciones de Expo-Guadalajara para señalar que el presidente de la Feria Internacional del Libro es un pillo y los funcionarios de esa universidad son sus “lacayos”. Ciertamente, aunque las marchas y manifestaciones ayudan a hacer visibles determinadas causas, habría que esperar que haya también medidas legales (como denuncias ante las fiscalías o auditorías correspondientes) que den sustento a las manifestaciones públicas y visibles. Como reacción a la denuncia (verbal, por el momento) del gobernador Enrique Alfaro Ramírez acerca de la opacidad en el manejo de los recursos universitarios bajo la guía del exdirigente estudiantil y exrector Raúl Padilla López, el rector general, Ricardo Villanueva, anunció que se realizará un simulacro de revocación de mandato del actual gobernador (por cierto, hijo de un exdirigente estudiantil y exrector de la misma UdeG; https://udgtv.com/noticias/proyecta-udeg-simulacro-revocacion-alfaro-despues-de-fil/).
Algunas marchas se realizan espontáneamente, muchas de ellas se realizan tras dar aviso a las autoridades, que tienen la responsabilidad de proteger el derecho a la libertad de expresión de quienes protestan, sea a favor o en contra de determinadas causas sociales. Existen manuales para guiar tanto a quienes organizarán, encabezarán o participarán en las marchas, como a las autoridades en cuyas jurisdicciones se realizarán esas expresiones sociales. Vale citar como ejemplos que la Organización de los Estados Americanos y la Organización de las Naciones Unidas proponen manuales detallados para este tipo de reuniones (Protesta y derechos humanos https://www.oas.org/es/cidh/expresion/publicaciones/ProtestayDerechosHumanos.pdf); Manifestaciones, marchas y reuniones públicas (https://www.endvawnow.org/es/articles/1297-manifestaciones-marchas-y-reuniones-pblicas-.html). Mientras que los gobiernos suelen estar alertas para evitar la violencia, aunque no siempre lo logran y en algunos casos son las medidas de control las que se convierten en medidas de represión en contra de quienes marchan para protestar.
Por más que haya algunas marchas que se considera que han dejado una marca importante en el panorama social, hay que reconocer que no tienen, por sí mismas, un efecto legal vinculante. No basta marchar una o mil veces si no se logran acuerdos escritos entre los involucrados y si no se cumplen esos acuerdos y se establecen sanciones para quienes los contravengan. En cuanto a las medidas de contención de las manifestaciones públicas, en el caso de México, cabe mencionar que ya desde octubre de 2022 se anunció la licitación, por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional de México, para la adquisición de proyectiles para ser utilizados para el control de las manifestaciones públicas. El monto de la licitación es de $354 millones de pesos e incluye la compra de 2890 proyectiles de gases lacrimógenos. Estas adquisiciones no son ni novedad ni excepción en México y en muchos otros países del mundo. Para muchos son parte de las rutinas y riesgos de la expresión política pública y no puede pensarse que son únicamente expresión de gobiernos dedicados a reprimir a los pueblos que deben proteger.
Es indudable que las emociones juegan un papel importante en el ánimo de los marchantes. Y también en aquellos a favor y en contra de quienes se realizan las marchas. Aun quienes no están presentes declaran sus afectos por determinadas propuestas que se concretan en la reunión de decenas, cientos, miles o millones de personas. Con mayor razón, y precisamente para eso, se manifiestan las emociones de quienes marchan o se manifiestan en plantones. Vemos quien llora frente a la solidaridad de la multitud y ante escenas más locales de coincidencia con los deseos de determinados individuos y grupos de que el mundo cambie o se mantenga de un modo determinado. Hay quien ha señalado que las marchas tienen un componente pedagógico: si los estudiantes se manifiestan, el ejemplo que deben añadir los docentes está en ser congruentes con lo expresado en las aulas. La marcha no es suficiente para que aprender de política ni de legislación, ni siquiera acerca de la realidad social. Pero se convierte en un paso para que algunas personas se enteren de determinados problemas y demandas sociales.
A pesar de que durante la pandemia también se realizaron marchas y plantones multitudinarios, en contra de los consejos de las autoridades sanitarias y sin la simpatía de muchos gobiernos en el mundo, la situación de relativo control de los contagios de las distintas variantes del coronavirus a fines del 2022 permite que las autoridades afirmen (parafraseando a Luis Miguel): “¡ahora YA puedes marchar!”

Algunos otros recursos y notas en torno a marchas históricas y recientes:

• The Purpose and Power of Protests (https://www.adl.org/education/resources/tools-and-strategies/the-purpose-and-power-of-protest).
• Famous protests in US history (https://www.wnct.com/news/national/famous-protests-in-us-history-and-their-impacts/).
• Seven Times Protests Changed US History (https://www.aspeninstitute.org/blog-posts/7-times-protests-changed-us-history/).
• Social Protest and Social Control (https://www.jstor.org/stable/800140).
• Normalistas y AMLO (https://elpais.com/mexico/2021-06-03/las-movilizaciones-de-los-normalistas-en-mexico-tensan-la-relacion-con-el-gobierno-de-lopez-obrador.html).
• Marchas contra Bolsonaro: (https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-57296784).
• Marchas del orgullo (https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/las-marchas-del-orgullo-tinendo-de-derechos-humanos-el-planeta/).
• Represión en Rusia (https://elpais.com/internacional/2019/02/08/actualidad/1549627639_447044.html).
• Represión a protestas feministas (https://www.forbes.com.mx/noticias-represion-a-protestas-feministas-es-una-constante-en-mexico-ai/).
• Tácticas de protesta en Chile (https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-20372016000100163).

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*Doctor en Ciencias Sociales. Profesor-investigador en el Departamento de Sociología de la Universidad de Guadalajara. rmoranq@gmail.com

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