Mandar o no los hijos a la escuela ¿regreso voluntario?

 en Graciela Soto

La mejor herencia que les puedo dejar a mis hijos es la educación.
Frase popular

Graciela Soto Martínez*

Ya hay cuenta regresiva para el reinicio de las clases presenciales el 30 de agosto. Estamos ante un camino nuevo, incierto, con altas expectativas y la mirada puesta en los niños y jóvenes, con los sentimientos encontrados por desear y temer a la vez el retorno. El anuncio de las clases presenciales parece un cuento popular en el cual un niño que cuida ovejas pide ayuda porque viene el lobo, cuando acuden a brindar apoyo dice que quería probar si alguien vendría en su auxilio, lo hace varias veces, hasta que en una ocasión que el lobo atacó al rebaño, hizo el llamado pero nadie le hizo caso, perdió credibilidad su palabra. Este llamado a la presencialidad puede ser el bueno. Se da en un momento crítico en los estados del país que se encuentran en semáforo rojo y con recientes duelos.
Es el mismo Presidente de la República involucrado en temas de educación el que dice “llueve, truene o relampaguee” se dará el regreso a clases, se argumenta el rezago escolar y la deserción; en una decisión que nos atañe a todos ¿estamos listos? La secretaria de Educación, Delfina Gómez, responde por nosotros, en La Mañanera del 12 de agosto dice: “Estamos preparados, los maestros van a dar muestra de entrega y vocación. Estamos listos señor Presidente; padres de familia: ténganos esa confianza, hemos demostrado el magisterio que sacamos adelante; pequeñitos: los esperamos, jóvenes: estamos para servirles. México está de pie tiene que seguir” https://www.milenio.com/politica/amlo-temas-conferencia-mananera-12-agosto-2021.
¿Los protocolos garantizan la salud de los alumnos, personal educativo y las familias? El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación señala que entre los maestros hay consenso para regresar a la presencialidad, que en reunión de Secretarios Generales se ha acordado este paso, dado el abandono de las escuelas, que la mayoría está de acuerdo, sobre las condiciones físicas y los recursos necesarios alude responsabilidad de los tres niveles de gobierno, el municipal, estatal y federal.
No se ha realizado actualmente un ejercicio de consenso con el magisterio, lo que realmente existe es preocupación y temor, por la salud de los niños y las familias, por la propia salud, por el trabajo docente y la atención escalonada a alumnos, por docentes que traen daño socioemocional o secuelas del COVID, por recursos insuficientes y por las posibles culpas que se reparten cuando las cosas no salen de acuerdo con lo esperado.
El regreso es “voluntario” para los padres que van a tomar las decisiones por sus hijos, de asistir o no a la escuela. Lo anterior se contrapone con la ambigüedad para los docentes de prestar el servicio de forma presencial en su horario y la extensión de la jornada al atender a distancia a los niños de padres que no quieran que sus hijos acudan, estos niños al igual que los otros también tienen derecho a la educación.
Se puede anticipar una doble jornada presencial y virtual para los docentes y directivos. Los docentes y directivos van a trabajar la jornada laboral en su horario, algunos solicitan ya no se invada su espacio familiar y la privacidad, que por favor no pidan atención de tareas, dudas o WhatsApp de padres de familia a deshoras. Y la petición para todos es la flexibilidad y el ajuste de acuerdo con el contexto y con el modelo híbrido todavía en construcción.
Una educación inclusiva escucha y respeta a los que ya desean que sus hijos asistan, que piensan que ya es el momento, que no se puede vivir en cajitas de cristal, que reconocen el papel de la escuela en la socialización y la convivencia, en el valor del tiempo escolar, que los niños aprenden de sus pares y en la interacción, están agobiados por desempeñar sus trabajos o labores propias y acompañar a sus hijos en las tareas escolares, el retorno paulatino les representa un alivio.
Y para los que piensan diferente, la escuela que pretende ser inclusiva busca el respeto para los padres cuya sola mención de la asistencia les representa un riesgo, que anticipan problemas porque se multiplican los contactos físicos, no confían en los protocolos, temen lo peor, tienen dudas y prefieren mantener la distancia con los grupos escolares, piensan que es mejor perder un año escolar que lamentar las pérdidas de seres humanos cercanos.
Se requiere respeto para todos, asumir cada uno su responsabilidad y las posibles consecuencias, se pretende que los padres firmen una carta de corresponsabilidad donde se comprometen a establecer los filtros de casa y a no enviarlos si presentan síntomas (ya no es obligatoria), a los papás que quieran continuar a distancia les piden que autogestionen el aprendizaje, la solicitud es que también lo expresen por escrito y conozcan la organización del colectivo de la escuela para apoyarles, estableciendo pautas en horarios y formas de comunicación para evitar malos entendidos.
Los niños han enfermado de COVID, lo señalan algunos datos estadísticos, esto nos revela el peligro que corren los niños en todos lados a los que acuden con sus padres, ya corren riesgos, en lugares como la calle, los parques, fiestas, reuniones familiares, etcétera, pensando que no hay un resguardo de los niños, se puede analizar si la escuela (siguiendo el protocolo) puede ser el lugar seguro donde ellos aprendan a cuidarse del virus y a seguir adelante con su educación.
Hay una necesidad de fortalecer la alianza con los padres de familia y definir la corresponsabilidad estableciendo algunas normas o límites en cuanto al tiempo laboral. Hay que reconocer que la atención a los alumnos virtual o a distancia requiere tiempo, es importante hacer conscientes tanto a padres como a autoridades educativas el valor del tiempo de los demás.
En el ciclo anterior 2020-2021 que se vivió a distancia no se contaron con recursos económicos, se fueron agotando los existentes en las asociaciones de padres de familia, ya se ha hablado que cada maestro pagó su internet, puso su equipo tecnológico y que hizo de su casa un aula, pero hoy ante la convocatoria de una presencialidad urgente esto se modifica.
El discurso egoísta de no las cuotas escolares y las denuncias de los padres que no pueden o no quieren cooperar se está haciendo presente, la mayoría de las escuelas se encuentran en ceros, y los artículos de limpieza que otorgó la SEP se agotan rápidamente, el listado de necesidades es amplio, en todos los rubros, la escuela funciona con aportaciones voluntarias de los padres, de echar a andar la presencialidad se requiere este apoyo.
Hay crisis social y económica, es evidente, pero ¿quién más va a apoyar a la escuela si no son los padres de familia y la comunidad educativa? Esto es también corresponsabilidad, eviten el linchamiento o exhibición de los que solicitan cuotas. De no estar de acuerdo con estas aportaciones voluntarias, nada más hay que señalar a dónde y con quién pasamos el listado de necesidades urgentes para su atención.
Voto por menos discursos de regreso a la escuela y mayor inversión para la mejora de la infraestructura escolar, se requieren baños con agua y jabón permanente, con auxiliares de intendencia donde no los hay, para realizar pruebas a quien lo requiera, para equipamiento tecnológico a maestros y capacitación diversificada, para atención psicológica a quien lo necesite y para muchas otras necesidades que se vayan observando en este inminente paso a la presencialidad.

*Doctora en Educación. Jefa de Sector de Educación Preescolar en la SEJ. grace-soto@supervisores.sej.gob.mx

Comentarios
  • Irma

    Incierto y preocupante este regreso presencial, como Usted lo señala, las escuelas sin recurso económico, sin la definición de SEJ para organizar los comités de APF y la mayoría de los planteles sin las condiciones mínimas indispensables para funcionar. Me sumo a su voto doctora Grace, menos palabrerías y más acciones para la mejora de los edificios escolares.

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