Los Reyes Magos y los juguetes

 en Graciela Soto

Graciela Soto Martínez*

Una de las mejores cosas que tiene la temporada navideña, el año nuevo y el día de reyes son los regalos, que en los adultos son muestras de afecto y reconocimiento, pequeños y grandes detalles que tienen diversas motivaciones, puede ser reforzar lazos de amistad, pertenencia, gratitud, en la parte positiva, por otro lado, pueden alentar el consumismo y perder la finalidad de una convivencia, esto por centrarse en lo material, más que en los momentos juntos o en cultivar la espiritualidad, el medio se convierte en fin, días intensos de compras, de estrés por lo económico que implican los regalos. Es cierto que en la etapa adulta se valoran otros presentes como el tiempo con los demás, las llamadas, los mensajes, una comida o un libro.
Para los niños, los regalos tienen especial significado, la familia se encarga de establecer relación con el comportamiento infantil, estableciendo premios y castigos, lo cual no es recomendable toda vez que la conducta tiene otras consecuencias; además se pasa la autoría de este hecho, ya sea a Santa Claus, los Reyes Magos o el niñito Dios, en cada hogar tienen su propia forma de expresar y realizar la acción. Será más tarde como parte de la autonomía intelectual infantil en que los niños sabrán que son sus padres o familiares quienes les han traído estos regalos, saliendo de una inocencia o desconocimiento; con ello se desarrollan actos reflexivos de pensamiento que le ayudan a entender lo que ha pasado con su cartita, esto es una muestra de los procesos de desarrollo del niño.
Para los niños, los regalos tienen otros significados y representaciones ¿quién no recuerda su infancia y los juguetes que aparecieron de forma mágica al lado de su cama, en la bota colgada en algún sitio o tal vez en un zapato?, o haberse quedado despierto a ver si descubría a estos personajes míticos, no había abundancia, te daban un juguete y con eso eras feliz, la situación económica social era precaria por lo que prever este detalle era un gran gesto de amor de nuestros padres. En charlas familiares se puede rememorar la llegada de Santa Claus, el niñito Dios o los Reyes Magos. A quien no le llegaban juguetes también enfrentaba dificultades emocionales que después pudo comprender mejor y tratar de superar. Los juguetes son parte importante de las memorias de la Navidad.
Los juguetes estimulan el desarrollo de los niños dependiendo de la edad y la forma, persisten juguetes que han estado presentes en todas las épocas, como las bicicletas, grandes apoyos de la coordinación motriz y el desarrollo neuromotor, también las pelotas de todo tipo, los autos, los carritos, los muñecos, como muchos otros que se han ido actualizando. La propuesta del juguete es comercial, en mayor medida el proveedor es China que está a la vanguardia de los gustos y de lo que se vende, sin embargo, hay otras opciones más tradicionales que se fabrican de forma racional, el didáctico, los legos y ahora están los electrónicos o las aplicaciones con diferentes tipos de juegos. ¿Cuál es el mejor juguete?, es el que ofrece más posibilidades de juego para un niño, que le brinda momentos de placer y felicidad, el que le reta a explorar, descubrir, a concentrarse, desarrolla habilidades, en este sentido todos son educativos.
¿Qué riesgos pueden existir con algunos de ellos?, a los juguetes se les ha acusado de ser sexistas, de discriminar por género, ha permeado hasta los valores y actitudes de los adultos, que trasmiten a los niños estas teorías, los cuáles están más concentrados en jugar que en definir categorías, el juguete no tiene etiquetas, es incluyente, cuando hay un señalamiento de juguete exclusivo de un género por lo general hay un adulto enfatizando la diferencia y señalando que “hombrecitos o mujercitas no juegan a eso”, por ello, hace falta una reeducación de lo apropiado para niños o niñas. Tema aparte merecen los juguetes bélicos que incitan a formas de eliminación del otro, a ser poseedores del poder que brinda un arma, esto tiene que ser analizado desde otras miradas tanto comprensivas como cuestionadoras.
Acerca de la cantidad de juguetes, para un niño existen recomendaciones de no saturarle y que sean los que pueda utilizar y cuidar, que sea responsable de recogerlos una vez que haya jugado, sin sobreestimular su atención, evitando daños a la economía familiar por complacer al niño que finalmente abandona su juguete porque siempre quiere el que no tiene o el de otro niño, estos deseos también deben irse educando con los límites saludables y valorando lo que ya tiene, porque el riesgo es un niño insatisfecho que seguirá haciendo diferentes demandas.
Los mejores juguetes son los que estimulan la imaginación, creatividad y libertad de los niños, los que los alientan a desplegar su mente, no los más costosos que a menudo están acompañados de chantajes, padres que no dan tiempo pero que pueden comprar estos objetos-posesión o símbolos, el niño tiene este artículo costoso que luego no puede tocar porque se maltrata, ni pensar en compartirlo.
Recordar juguetes potenciales como una caja de cartón, una lata vacía, una botella de plástico que el niño transforma a través de su mirada y uso. El tiempo del juego y del juguete es una oportunidad que se tiene con los niños para enseñar reglas, observarlo, invitarle a jugar con otros y socializar impulsando así procesos de comunicación. Una clave es dejarlos jugar y después estar cerca de los niños sin inmiscuirse en sus juegos.
Los dispositivos electrónicos a menudo se convierten en juguetes, sin embargo, es cuestionable su utilización como tal debido a la carga adictiva que establecen alargando el tiempo en pantalla por el estímulo visual y de sonido, por esto habrá que vigilar que esto sea moderado para que ese niño pueda desplazarse, dialogar, soñar e imaginar con sus juguetes. Nota aparte, hay que decir que la ropa por más útil y bella no cuenta como regalo especial para un niño, un juguete si.
Otra idea es proponer que los niños regalen un juguete a otro niño en diferente condición, que se desprenda de algo que él tiene y sea el ayudante de Santa Claus o de los Reyes Magos, esto es un acto complejo ya que está en una etapa egocéntrica pero a la vez le ayuda a percibir al otro, tal vez sea impulsado por los demás, de “dáselo, regálalo, que al cabo tú ni juegas, o el niño no tiene ningún juguete y tú tienes muchos”, regalos de harto cariño que mencionaba mi abuelita, cuando decía que regalas lo que no quieres, este acto puede cobrar otro sentido, lo que para ti no tiene un alto valor para otro puede ser un objeto preciado.
Es valioso tener presente que los niños aprenden jugando y pensar que: “Todos los adultos hemos sido niños, solo es cuestión de mirar un poco hacia atrás”, por ello nunca es tarde para jugar y dejar salir al niño interior, ese juguete que deseaste y nunca llegó ahora puedes acercarlo a un niño y brindarle momentos de felicidad.

*Doctora en Educación. Jefa de Sector de Educación Preescolar en la SEJ. grace-soto@supervisores.sej.gob.mx

  • Jose angel valdez

    Excelente artículo, felicidades Doctora

  • Irma

    Gracias Dra. Grace, re dimensionar y poner en contexto la temática del regalo, lleva a la reflexión, a la nostalgia y a buscar equilibrio para que éste acto de esencia generosa y alegre continúe con su destino.

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