Los renglones torcidos de… la SEP

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

En el año de 1979 salió publicado el libro de Torcuato Luca de Tena “Los renglones torcidos de Dios”; poco tiempo después se realizó una película en México basada en el libro y protagonizada por Lucía Méndez. De manera general la obra nos introduce al mundo de los hospitales psiquiátricos y diferentes métodos alternativos de tratamiento, pero considero que tiene pinceladas que se pueden llevar hacia otros terrenos, en una analogía no muy lejana.
Estamos a pocos meses de echar a andar un Modelo Educativo que, por sus características y encuadre en general, me hizo recordar diferentes pasajes del texto de Luca de Tena que pueden llegar a ser preocupantes, sobre todo cuando seguimos observando que al frente de la SEP se ubican a personas más comprometidas con su carrera política, Nuño es un lamentable ejemplo, antes que con la educación y rumbo del país. Pero esa es otra historia.
El Modelo Educativo hace un énfasis claro en el trabajo con las Habilidades Socioemocionales (HS) lo cual es un tema sumamente delicado, sobre todo por las implicaciones y complicaciones que esto puede traer consigo; la obra referida nos muestra que aún con la preparación profesional recibida, durante varios años, existen situaciones y comportamientos que no se pueden manejar con facilidad. El Modelo Educativo plantea que cualquier docente, independientemente de su área de formación, deberá atender cualquier situación emocional que se pueda abrir o generar producto de la aplicación de actividades enfocadas al abordaje de las HS, teniendo como formación solamente un curso y diferentes lecturas; finalmente el Modelo, como la marca en la Ruta de Implementación, solamente debe reportar cuántos alumnos trabajaron en clase las HS y no se debe especificar si hubo avances o no en cada caso de manera personal.
Sin embargo, si consideramos tener fe en el Modelo Educativo, pese a todo lo que vemos no está adecuadamente planeado, la obra de Luca de Tena termina dándonos un mensaje que no podemos pasar por alto: en la parte final, la protagonista de la historia puede salir del psiquiátrico porque se considera que ya está en condiciones de regresar a su medio sin problema. No obstante, cuando va de regreso empieza a invadirla un miedo por volver a enfrentar las circunstancias de su entorno y entonces decide regresar y quedarse a vivir en el hospital. Lo cual nos lleva a pensar que la escuela puede brindar un trato y manejo adecuado de las emociones de los alumnos, pero cuando regresen a su entorno familiar y social puede nulificarse todo lo que se pueda trabajar con ellos; es en la familia, por tanto, en donde se pueden estar generando muchos de los problemas de los estudiantes.
De hecho, hace algunos años todos aquellos que trabajamos con menores en situación de calle en espacios institucionales de asistencia, nos encontramos con el fenómeno de que ya no querían irse de la institución pese a haber cumplido la mayoría de la edad. Torcuato nos deja ver que cuando la escena familiar y social no es la más adecuada, se genera un dependencia patológica a las instituciones formativas y/o de readaptación, por lo que seguramente ya está considerado por las autoridades educativas está situación cuando se implemente el Nuevo Modelo. De no ser así, y al igual que en la obra, observaremos que existirá una función meramente socializante, como ya lo es en muchos espacios, que brinde pocas herramientas para enfrentar el mundo real más allá de los espacios educativos.
Los cambios dicen que siempre son buenos, solamente confiemos que se tenga una visión más amplia y realista del contexto social, al igual que de las posibilidades reales del impacto de la educación en la vida de los alumnos. Así podremos empezar a enderezar todo lo que esté torcido ¿no?

*Maestro en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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