Los obstáculos de la reforma educativa que está por venir

 en Andrea Ramírez

Andrea Ramírez Barajas*

Hemos entrado desde hace algunos años, a un vicio o una moda académica en donde todo lo queremos vincular con un concepto estelar. La noción reforma educativa se ha tornado en un imaginario colectivo en el que se ha querido meter todo o casi todo. El próximo gobierno estará de frente ante una dificultad estratégica, como lograr desaprender lo que se ha instalado en la conciencia colectiva de las y los mexicanos cuando escuchan, hablan o piensan en reforma educativa y cómo instalar la nueva noción que pretende quedar anclada, significada, sedimentada.
Las señales y los anuncios que se han lanzado con respecto a la reforma educativa que está por venir, hasta ahora son pobres incluso contradictorios, el peor vicio es que dicha iniciativa surge sobre la base de las cenizas que ha dejado la propuesta de reforma anterior.
La reforma educativa por venir, cobijada en el seno de la cuarta república debe ser creativa e innovadora (pero a partir de lo que se ha dicho hasta ahora), está muy lejos de dichos atributos. Los estudiosos de las reformas educativas (sociólogos, curricologos, etcétera) sobre todo en el mundo latinoamericano, dan cuenta de que toda iniciativa de reforma educativa debe tener claro los objetivos sobre los cuales pretende incidir y que dichos objetivos partan sobre la base de un diagnostico situacional, que permita detectar, jerarquizar necesidades y que se vincule con las sugerencias de la opinión pública. Y junto a ello, se trata de no buscar la gran reforma en la que se pretende cambiar todo sin lograr cambiar nada. La reforma que se sugiere es sobre pequeñas cosas, es específica, pero muy clara en cuanto a sus alcances.
La estrategia que ha decidido el equipo del nuevo gobierno es realizar una serie de foros de consulta para conformar la gran propuesta. La realización de foros en muchos ocasiones son sólo una estrategia para legitimar lo que sale al final, técnicamente ningún gobierno explica cómo se consulta, cómo se consensa y mucho menos cómo se decide la versión final que se presenta a la sociedad.
Los foros están ahí y se están realizando estado por estado, el problema es que los términos de la discusión y el contenido de las propuestas están en función de hablar y de proponer acerca de la reforma educativa que va de salida y no la que está por venir.
En el fondo pareciera que el gobierno de la alternancia no tiene del todo claro que va a hacer en educación, los discursos que ha difundido hasta ahora son de tres tipos: de continuidad, de ruptura y de continuidad moderada. Sin embargo, muchos estamos convencidos que la sociedad mexicana requiere una propuesta que cale y que llegue a los verdaderos problemas, no a sus manifestaciones.

*Doctora en educación y consultora independiente. andrearamirez1970@hotmail.com

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