Los ATP, el eslabón perdido de la reforma educativa que se fue

 en Jaime Navarro Saras

Jaime Navarro Saras*

Por diferentes vías me llegó un documento emitido por la SEJ con relación a los y las docentes que fungen como ATP (Asesor Técnico Pedagógico), éste se centra en las condiciones laborales y profesionales que actualmente desempeñan y, dado que la comisión para la función culmina el día 15 de agosto se les ha enviando dicho documento para que decidan continuar en la función o regresar a sus plazas como docentes.
Cabe señalar que el documento se envía a los ATP que quedaron en el limbo por la reforma educativa peñista, los cuales ganaron su derecho con las reglas del Servicio Profesional Docente que tanto defendieron los secretarios de educación de la SEP, principalmente Aurelio Nuño, y al final no se les entregó la basificación de las plazas como ATP, sino una comisión o un acuerdo que se ha ido renovando cada ciclo escolar; julio y agosto llena de incertidumbre a estos docentes porque, a decir de las autoridades de la SEP y la SEJ, su existencia con techo financiero está fuera de la norma y al parecer no hay voluntad por quienes deben resolver el problema (los legisladores), para terminar con la incertidumbre de miles de profesoras y profesores en todo el país que cumplen la función de ATP, de pronto hay luz y luego penumbras en la incertidumbre, como lo sucedido la semana pasada en Jalisco con los acuerdos entre autoridades de la SEJ y las dirigencias del SNTE (Secciones 16 y 47).
Los dos puntos de mayor incertidumbre para estos docentes se refieren al término indefinido de la función de ATP y a perder la adscripción donde están ubicadas la o las plazas comisionadas como ATP si el día de ayer (10 de agosto) no decidían regresar a grupo; en el acuerdo entre la SEJ y el SNTE queda claro que los comisionados como ATP son quienes tienen el derecho a decidir hasta cuando atenderán dicha función, independientemente de las presiones por las autoridades para hacerlos renunciar a la adscripción y aceptar ser ubicados donde se requieran sus servicios cuando decidan regresar a grupo.
Lo que sucede con las y los ATP no es otra cosa que una muestra más de las inconsistencias de la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, además de ello, la falta de gestión, sensibilidad y voluntad de los gobiernos locales para resolver ese boquete y otros más que dejó el sexenio fallido.
Los maestros estamos tan acostumbrados a que unos cuantos personajes e instancias (llámese el SNTE, la SEP, las secretarías de educación de los estados, las agrupaciones empresariales, los partidos políticos, los medios de comunicación y demás), hablen por nosotros y nos representen, que lo que digamos o pensemos no tiene peso alguno porque no hemos sabido agruparnos y tener conciencia de clase para defender nuestros derechos y la profesión, además de poner nuestros puntos de vista en las mesas de negociación, las de trabajo educativo y hasta en las políticas sociales, es claro que nuestra identidad está bastante deteriorada y ya es tiempo de alzar la voz y no quedarnos callados ante tantas políticas impositivas para la función docente y dinámicas educativas.
Nadie puede negar que el trato recibido por los ATP ha sido injusto y hasta inhumano, esta pandemia nos ha presentado una realidad inminente para la educación: las escuelas requieren mucho más personal que el que actualmente tienen (supervisores, directores, docentes, personal administrativo y de servicios), son fundamentales y necesarios en las escuelas otros profesionales para aminorar los problemas educativos, entre otros, los médicos, psicólogos, trabajadores sociales, nutriólogos y, por supuesto, asesores técnico pedagógicos (ATP), los maestros no pueden solos con la difícil tarea de educar y menos ahora.
Un buen inicio sería basificar a los ATP que quedaron en el limbo por la reforma educativa de Peña Nieto y, además, desamparados por la actual administración, es cierto que se trata de dinero, pero si no se invierte en ello entonces para que es el presupuesto, sabemos que los grupos y la función docente que dejaron para cumplir las nuevas responsabilidades técnico-pedagógicas están siendo cubiertos por profesores por contrato o comisión temporal, lo cual pueden continuar haciendo mientras los ATP regresan a grupo o, lo deseable, que las autoridades les hagan justicia y les entreguen la basificación de la plaza o una comisión definitiva que les permita una certeza laboral.

*Editor de la Revista Educ@rnos. jaimenavs@hotmail.com

Comentarios
  • francisprofa@hotmai.com

    Agruparse y llevar a las instancias judiciales está situación!

  • Liliana

    Gracias por este reportaje. Efectivamente no a dejaron en el limbo. La incertidumbre que hemos vivido desde que decidimos participará bajo sus reglas y condiciones no han sido las más justas. Yo estoy viviendo este proceso y la incertidumbre laboral y respeto a los derecho nos han sido denegados. Pero ahora estoy convencida que mi grupo de niños y padres me necesitan más y es más valorada mi función como docente frente agrupo. Que como ATP nunca se nos ha dado un valor y lugar en el sistema educativo y menos en la sociedad.

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