Lo dijo Freud: educar es imposible

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

En el año de 1925 Sigmund Freud escribió un prefacio breve para un libro de August Aichhorn, en el que hay dos ideas que me parecen sumamente interesantes y que, sin embargo, son poco o nada consideradas cuando se realizan los planes y programas en cualquier Reforma o Modelo Educativo que se desea implantar.
La primera que recupero es la sugerencia de que todo educador debería tener formación en Psicoanálisis ya que, de lo contrario, el niño sería siempre un enigma inaccesible para él y su labor. Pero es la segunda idea la que resalta y puede incomodar: educar es una de las tres profesiones imposibles; las otras dos son curar y gobernar.
La idea, obviamente, podría resultar ofensiva para aquellos que se dedican a esta labor, sin embargo, en uno de sus análisis posibles, podemos encontrar una justificación válida. El acto de educar requiere de dos otros que se encuentran: hay un “otro” que ofrece, oferta, una forma de educar y hay un “otro” que desea ser educado. Y es aquí donde viene toda una complicación.
Cuando hablamos del primer otro, el que se ofrece para educar, ¿de quién estamos hablando?, porque educar es un acto complejo que no se ciñe única y exclusivamente a las escuelas, por lo que papá, mamá, tíos, tías, abuelos, abuelas, hermanos, hermanas, tutores, etcétera, quien cuida, es el primero en educar. Maestros y maestras juegan también el rol de ese otro que quiere enseñar, pero tiene que educar de acuerdo con lo que las personas que están arriba de él y ella deciden lo que es educar en un momento específico. Entonces, el otro podría ser la sociedad en general o bien el sistema político que, pareciera, actúan de manera sincronizada para que el sistema y el país funcionen y caminen correctamente, obviamente en los parámetros que ellos piensan y establecen que es lo correcto, lo cual, obviamente, por los resultados es cuestionable y/o puede generar dudas.
Con relación al segundo otro, el educable, hay un malentendido que prevalece en todos los proyectos políticos educativos: que todo infante, adolescente o joven quiere ser educado de acuerdo con lo que el otro le ofrece. De ser así, habría el deseo de querer ser educado, lo que implicaría la voluntad de seguir todos los pasos e instrucciones que se le dan y el convencimiento de que a través de la educación escolar se conseguirá un mejor nivel de vida y se construirá una mejor sociedad. Y aún con el deseo y el convencimiento, la educación no alcanza para todos, no todos pueden ingresar al nivel profesional, por lo que el mejor nivel de vida es sólo para algunos y tendremos que esperar para lograr una mejor sociedad.
Obviamente, entre los “otros” implicados en la educación escolar, son estudiantes y docentes los que más saben sobre qué educación debe brindarse; si los escuchamos, la educación ya no será más una imposibilidad, ¿alguien duda?

*Maestro en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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