Lluvia de emociones

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

Poner palabras a los sentimientos del magisterio en torno a los Planes y programas de estudio 2022 forma parte de una de las actividades del taller nacional propuesto por la Secretaría de Educación Pública en la fase intensiva del Consejo Técnico Escolar en desarrollo esta semana.
Traducir sentimientos y emociones al lenguaje oral, menudo problema de legibilidad y atención grupal aún en un marco supuesto de escucha activa.
Lo observable en los Consejos, en una primera lectura, es que lo nuevo no provoca entusiasmo en el sentido de “Tener a los dioses dentro”, la fiesta del lenguaje curricular está por generarse, aún con las voces que circulan en conferencias y actos oficiales de “santones” como Ángel Díaz Barriga o Rosa María Torres o de “santitos” de oferentes en redes como Patricia Frola y otros, que han ensayado y analizado, un poco ausentes de contacto con los profes y un mucho ausentes de otras prácticas educativas de la educación básica.
La dimensión económica, empresarial, de cualquier intento de reforma, el garlito de la formación continua, la masa del magisterio objeto de deseo de actualizadores fenicios; la actualización del magisterio objeto de politiqueros creadores de espejismos de colores digitales y actores de anorexia intelectual en actos histriónicos de cabinas radiofónicas o estudios de televisión, en escenarios de contrato como la Expo Guadalajara, donde se muestran improvisadas zahurdas para que los niños citadinos que “ellos” ven, conozcan los cerditos.
El salto cualitativo del aprender a conocer al aprender a comprender y hacer, aún está por venir en la masa hacedora de proyecto educativo nacional.
La práctica educativa por venir está en el horizonte de resignación porque los maestros y maestras saben que en materia curricular hay una dimensión política que forma parte de la racionalidad del cambio.
Escucha activa y pasiva del nuevo discurso para transformar y resignificar prácticas docentes en escuelas y aulas de emergencia post pandemia.
La 4T y el SNTE de la mano, la CNTE replegada, una de las lecturas subyacentes, lo comunitario de los estados del sur y sus proyectos pedagógicos alternativos.
Lo político como implícito y explícito en el nuevo marco curricular.
En la historia de la educación pública en México no puede ser de otra manera, la omnipresencia de lo político es el cáncer de la academia, ahí están los ensayos en algunas entidades federativas como ejemplo, ahí están los intelectuales orgánicos que bien supo cooptar el salinismo en la etapa llamada de modernización educativa o la presencia de Jongitud Barrios en la reforma curricular de los setenta o de Gordillo Morales en la reforma de los noventa.
En todo proyecto educativo subyace una intencionalidad de trascender a través de la educación y transmisión de valores a las nuevas generaciones.
Lo dijeron los nazis, los fascistas, también hoy lo dicen los planificadores iluminados para el 2030 o el 2040.
Los elaboradores de propuestas curriculares son los costureros profesionales que tejen con hilos de carácter ideológico la red o las mallas donde hay que perder a los “pecesillos” en disquisiciones de butaca y corrillos fútiles mientras todas y todos muerden galletas autogestivas de bajo presupuesto.
El encuentro perfecto de maestros y maestras, por definición “dialógico”, es aquel en el que a la libertad de preguntar no se ejerce, la elaboración de las preguntas importantes se queda en el bolígrafo; es aquel que mientras se mastica la idea fuerza de ser constructores de comunidad deben callar y ejecutar como operarios técnicos de currículum y disposiciones, mientras el “líder académico” ostenta la autoridad otorgada por la norma.
Pero así es de relativo y así ha sido trabajar en el proyecto educativo del Estado mexicano, el cambio curricular y su carácter ideológico como asignatura pendiente del debate en el marco de los Consejos Técnicos.
Así pasó en la parte fundacional de la era neoliberal de principios de los noventa con las reformas curriculares de Preescolar, Primaria y Secundaria, así pasará ahora con la anunciada Nueva Escuela Mexicana.
Sobre la agenda de desarrollo educativo, sobre la dimensión pedagógica curricular, se encuentran los tiempos políticos y los tiempos administrativos acotados por la coyuntura, fatal condición que hace avanzar con dificultades en las grandes tareas para materializar calidad educativa.
A la tarea de conocer y comprender la dimensión cognitiva del profesorado acerca de la estructura conceptual en materia curricular subyacente a la nueva propuesta, se sobrepone una etapa reactiva de orden emocional.
La nueva propuesta curricular emociona parcialmente porque tal vez los liderazgos académicos esperados en los equipos directivos y supervisores no están sucediendo; porque faltó capacitación previa o núcleo integrador y propósito.
Emociona parcialmente porque el diseño de las cartas descriptivas, los videos y la propia estructura de las guías “corregidas”, las metodologías sempiternas de falsa participación o pobreza de los facilitadores en el manejo de la dinámica grupal de los consejos técnicos de zona o de los consejos técnicos escolares desactiva el debate de ideas que entraña cualquier proceso de estudio serio.
Desde el dominio de la opinión solo se consume el tiempo, las más de las veces sin llegar a ningún lado; desde la exigencia autoritaria de algunos directores(as) con vocación de prefectos disciplinarios y cancerberos del tiempo improductivo, sólo se construye monotonía y desmotivación.
La nueva propuesta curricular emociona parcialmente porque el profesorado ha desarrollado formas de resistencia en la historicidad misma de la construcción e implementación de propuestas antecedentes, catalogadas en bloque como pertenecientes a la era neoliberal.
La propuesta curricular nueva emociona parcialmente porque el filtro y la columna vertebral del cambio no es visible en la dimensión pedagógica o porque tal vez la naturaleza de una prueba piloto como la que se ha anunciado, reserva el rigor y la seriedad para mejor momento.
Emociona parcialmente porque el profesor observa que las voces institucionales de los tomadores de decisiones se pierden en supino desconocimiento de fondo o atienden como prioridad la versión pública hecha en los laberintos de la prensa.
Quieren orientarse desorientando, encontrar democracia y academia con hipócrita encomio, con webinars autistas, heredados del modelo híbrido de la reciente crisis de la pandemia, en conversatorios ociosos o en videos improvisados sin mensaje.
Mientras casi concluye la fase intensiva del CTE 2022, hay el propósito explícito de la Subsecretaría de Educación Básica (SEP) de apoyar a las comunidades escolares para frenar las consecuencias emocionales.
A través de audio de la voz de Rodrigo Castillo “Conectando con mi práctica docente” (pensamientos, sensaciones y emociones) se pretende la experimentación de emociones de diversa índole, las cuales serán el componente para movilizar acciones y orientarlas hacia la transformación.
En el taller de autoformación se incorporan en el anexo 2, las emociones universales de felicidad, miedo, enojo, tristeza, sorpresa y asco según Paul Ekman (p. 75) de la Guía para la fase intensiva del Consejo Técnico Escolar y el Taller intensivo de Formación Continua para docentes: Plan y programas de estudio de la educación básica 2022.
Mientras la parte alta de verano invita a fortalecer la moral educadora y la profesionalización en el ya próximo inicio a clases, sigamos hablando sin escuchas en el sentir de la lluvia de emociones sobre el ya inminente nuevo marco curricular.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

Comentarios
  • Griselda Gómez de la Torre

    Agradezco la oportunidad de reflexión en los elementos expuestos y en referencia referirme a la recuperación del sujeto sentipensante como elemento primordial en la significación de la práctica educativa, recuperar las categorías fundantes que habitan la marca individual, entendida como el conjunto de: emociones – relaciones y supuestos que habitan desde la subjetividad individual y marcan e influyen en la subjetividad colectiva.
    Concuerdo con la propuesta de que la resignificación de la propia práctica a través de la recuperación del sujeto en su autoanálisis, autoconocimiento como elemento fundante para la lectura de su realidad como ente social – cultural – político, es primordial si se pretende recuperar “el sujeto histórico y su conciencia en su estar – hacer”.
    Dispositivos didácticos como: la escucha activa, la autonarrativa de la propia vida y práctica educativa en el afán de impulsar la voluntad de conocer según Zemelman, deberán estar presentes envolviendo el dialogismo comunitario.
    Más allá de posturas ideológicas, lo que se debe privilegiar será sembrar la voluntad de conocer desde el pensamiento crítico y el planteamiento de preguntas con sentido de la práctica educativa. ¿Cuáles preguntas nos hacemos desde la práctica?, ¿Qué pregunta la pregunta?, ¿Cómo pasar de la subjetividad personal al aporte en donación a la subjetividad colectiva?, entre otras miradas que surgen.

  • Griselda Gómez de la Torre

    ¿Cómo pasar de la propuesta ideológica emancipatoria a la operación de la dimensión didáctica y de enseñanza – aprendizaje?, ¿Cuáles son las condiciones que se deben favorecer para construir comunidad?, ¿Cómo transitare de las subjetividades personales a las subjetividades colectivas en la construcción de un proyecto juntos?, ¿Qué contenidos priorizar para construir conciencia histórica con las niñas y niños preescolares?

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