Liderazgos emergentes “en defensa” del magisterio

Jaime Navarro Saras*

Hace muchos años que no se veía tanta actividad del SNTE en pro de las demandas y derechos de los maestros, casi nos podíamos remontar a los orígenes de las luchas magisteriales, justo cuando eran más las obligaciones del profesorado que los derechos a los que podía acceder, como la seguridad laboral y de salud, las jornadas máximas de trabajo, días de descanso y vacaciones, acceso a una jubilación, pago del aguinaldo y primas vacacionales, ascensos a puestos directivos, bonos de antigüedad, etcétera.
La puesta en marcha de la reforma educativa y la evaluación punitiva en contra de los maestros no tuvo interlocución ni defensa alguna, ni por el Estado, tampoco por los medios de comunicación, la sociedad en general y, mucho menos, por el SNTE, durante casi seis años ser maestro en México era equiparable a ser delincuente, con menos reconocimiento (incluso) que un sector de la delincuencia: los narcos. Ese escenario fue planeado y construido por el gobierno para cortar de plumazo una buena parte de los derechos adquiridos y la esencia histórica del origen y acceso a las plazas docentes, el invento del concurso para la obtención de plazas y ascenso de los maestros oculta una perversión: el recorte presupuestario de la nómina magisterial y la desaparición de plazas, grupos, turnos y escuelas completas, en pocas palabras, no fue otra cosa que el más atroz atentado de la historia en contra de la educación pública.
En este sexenio el SNTE, se quiera o no reconocer por propios y extraños, no estuvo del lado de los maestros, mucho menos con quienes se manifestaron en contra de las políticas impuestas por la SEP, al contrario de ello, fueron fieles acompañantes, promotores y defensores de la reforma educativa. Fue, más que evidente, su postura en contra del magisterio opositor, ejemplos de ello hay demasiados, tan sólo basta recordar el festejo del día del Maestro en mayo de 2017, en dicho evento Juan Díaz de la Torre señalaba que: “Descalificar u oponerse al nuevo Modelo desde el movimiento social es por ignorancia o mala fe”.
A partir del 1º de julio de este año (hace 73 días) el SNTE es otro, a la semana del triunfo de Andrés Manuel López Obrador sus dirigentes se pusieron a disposición de éste y se pronunciaron en contra de la reforma educativa, sobre todo de la Ley del Servicio Profesional Docente, de entonces a la fecha han mantenido una postura opositora con la reforma, específicamente señalando los abusos del gobierno en contra del magisterio y demandando el respeto a los derechos laborales. En estados como Jalisco, cuyo magisterio se ha caracterizado por no sumarse a las posturas opositoras de la reforma o solidarizarse con la disidencia magisterial, en menos de una semana (los dirigentes de la Sección 16 del SNTE) denunciaron la falta de pagos hasta por 8 meses con miles de maestros, después se dijeron estar trabajando bajo protesta y colgaron mantas y carteles en las escuelas, posteriormente publicaron desplegados en periódicos, se dieron tiempo para reunirse con la autoridad educativa y como por acto de magía se empezaron a liberar algunos pagos, mismos que no fueron suficientes para abatir la demanda, finalmente convocan a una rueda de prensa (primera en lo que va del sexenio y en muchos más) para hacer pública su postura y anuncian un paro de labores para el lunes 10 de septiembre, un hecho insólito.
Un par de días después aparecen dos grupos inconformes y se pronuncian en contra de las posturas recientes del SNTE: por un lado, Maestros por México (Maestros comprometidos con México A. C.), constituido por gente allegada a Elba Esther Gordillo Morales, entre otros el histórico y legendario Tomás Vázquez Vigil como Coordinador General y demás personajes como Luis Ernesto Salomón Delgado (del grupo de Eugenio Ruíz Orozco, columnista y reconocido académico jalisciense), además de miembros de la nobleza del SNTE como Jaen Castilla Jonguitud, Ricardo Araón Aguilar Gordillo, José Roberto Morales Figueroa, entre otros, dicen albergar (triunfantemente y sin ruborizarse) 3 mil trabajadores en Jalisco y 200 mil en el país; por su parte, Juan Carlos Banderas, vocero de la Asamblea Magisterial Democrática, perteneciente a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), señaló que no se sumarían a las actividades propuestas por la Sección 16 del SNTE en Jalisco, aseguró, que cuentan con una tercera parte de las escuelas (unos 15 mil profesores) que no harán paro.
En este escenario de incertidumbre sindical urgen, ahora más que nunca, verdaderos liderazgos emergentes que asuman el gobierno de un sindicato que realmente vele por los intereses de los trabajadores, ya que el perfil actual del SNTE no tiene cabida en estos tiempos, y mucho menos con la idea esencial de gobierno del nuevo presidente.
Lo que suceda de aquí a que empiece el sexenio serán sólo rounds de sombra y arreglos en lo oscurito para saber quienes comandarán el sindicato: Juan Díaz de la Torre, Elba Esther Gordillo Morales, la CNTE o algún grupo emergente que haga las cosas diferentes, que asuman roles ajenos a la visión patrimonialista como ha sido hasta hoy en día, pensar en un sindicato más incluyente, que sea un contrapeso en los convenios y negociaciones magisteriales, que, además, considere vital y absoluto el desarrollo educativo de niños y jóvenes, así como la reconstrucción de la educación pública y la apuesta inminente por la profesionalización real y necesaria del magisterio de México, al tiempo.

*Editor de la Revista Educ@rnos. jaimenavs@hotmail.com