Las pugnas pedagógicas, a partir de la lucha ideológica entre neoliberales y transformadores

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

A partir de las declaraciones que dio en una sesión mañanera hace algunos días, el director de Medios y materiales educativos, Marx Arriaga, el cual habla del modelo neoliberal a partir de ponerle una serie de adjetivos: “una educación burocrática y deshumanizada, meritocrática, conductista, punitiva, patriarcal, racista, eurocéntrica, inhumana y clasista, todo para generar un modelo meritocrático, elitista, patriarcal y racista”. Y por el contrario, de igual manera, da los distintos atributos igualmente en adjetivos de lo que será el modelo alternativo.
En respuesta los voceros de la derecha no esperaron mucho tiempo para responder, publicaron un desplegado en donde manifiestan su postura en contra de la propuesta de modificación curricular de la SEP y, aparte, sus ideólogos en redes sociales critican la propuesta oficial de la SEP.
La derecha ataca a partir de detenerse en la acusación que se les hace sobre su defensa a los contenidos neoliberales, dicen sus voceros que lo único que le importa a la SEP con la propuesta del nuevo modelo educativo, no es la educación, sino la ideología y después de ella el adoctrinamiento.
El fondo del debate se ha sesgado después de estar o que debiera estar en el campo de lo educativo propiamente dicho, para pasar a un nuevo espacio que tiene que ver con la discusión ideológica y atrás de ella –dicen los voceros de derecha– está el adoctrinamiento, el fanatismo y dar una sola visión de la realidad a los millones de niñas, niños y adolescentes mexicanos.
En esto, los voceros de la derecha tienen parte de razón, no puede trasladarse una discusión educativa a un debate ideológico, a menos que ahí esté fincado el verdadero interés de la propuesta curricular y del nuevo modelo educativo. Marx Arriaga se equivoca en sus declaraciones, al querer clarificar y justificar el sentido de la nueva propuesta de cambio curricular y del nuevo modelo pedagógico para la SEP, lo que hace es a partir de soltar una sarta de adjetivaciones dentro de las cuales tienden a descalificar el esfuerzo que se ha hecho en educación tildándolo como neoliberal.
Esta postura, aparte de irresponsable, no sirve para colocar en el centro del debate lo verdaderamente importante, que es el tránsito pedagógico hacia un nuevo modelo educativo para México.
Lo difícil de precisar en este momento es la frontera entre el debate ideológico y el educativo. Si bien, como dicen algunos autores clásicos, “todo es política” y la educación está fuertemente impregnada en lo ideológico por el sesgo político. Si, pero este tipo de reduccionismos ayuda muy poco para poder avanzar en el verdadero debate y poder clarificar y hacer avanzar una propuesta de un modelo educativo que sirva como alternativa a lo que necesita la educación del país.
No toda la educación que se ha tenido en la historia de nuestro país es neoliberal, así como tampoco toda la educación que se presuma como progresista es alternativa. De nuevo los reduccionismos ideológicos no ayudan para colocar en el centro del debate los elementos claves y, discutir en términos educativos, pero también las políticas de la propuesta del modelo que se propone y necesita.
¿Qué es lo que se debiera colocar en el centro para discutir?

• La pertinencia y viabilidad de una propuesta novedosa que ha sido diseñada en forma diferente y que no mira al país, como un miembro más de los países más ricos del mundo; sino que, se concibe a México una nación que comparte la historia y la cultura con los países latinoamericanos de la región.
• La estrategia para transitar de un modelo educativo el cual fue copado por la oleada neoliberal con la OCDE y el club de empresarios voraces a la cabeza, por una propuesta diferente que mire más oportunidades educativas para los mexicanos y que regrese el sentido de comunidad, de convivencia y de rescate de los valores nacionales de cooperación y solidaridad.
• Y las estrategias de hacer operar este nuevo modelo y garantizar que los docentes de todos los niveles educativos sean sensibles a la misma y la hagan suya desde la acción pedagógica.

El debate al final se concretiza en las prácticas educativas y es ahí en donde se podrá mirar si realmente nos hemos desprendido de los tentáculos neoliberales o si seguimos atrapados en las formas extrañas de hacer educación.
De lo que si se trata, es de ser más cuidadosos en la forma de decir las cosas y no por abusar de adjetivaciones en el discurso se tiene claro lo que se quiere decir en el fondo.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

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