Las monedas de cambio del SNTE y el voto de los maestros

Jaime Navarro Saras*

En estos últimos días se ha hablado mucho acerca del SNTE, de Juan Díaz de la Torre, de Elba Esther Gordillo, del PANAL y la relación de éstos con los partidos políticos que contendrán por la presidencia de la república y las diferentes elecciones locales y federales.
De todo lo que se ha dicho hay más información falsa que verdadera, ni Juan Díaz ni tampoco Elba Esther Gordillo representan al 100% de los maestros, mucho menos (si lo han prometido) garantizan el voto individual y la venta de la ideología magisterial. Está demostrado que los maestros en general no apuestan por el PANAL, a lo sumo lo están (y con sus asegunes) los personajes más cercanos al SNTE, sobre todo los que tienen una comisión o una representación en las delegaciones y secciones sindicales de los estados, de allí en más (sobre todo hoy en día) hay demasiada molestia y rechazo del magisterio contra sus dirigentes sindicales, principalmente por su papel en lo que va de la reforma educativa.
En los últimos 20 años el SNTE (políticamente hablando) se ha pintado, despintado y vuelto a pintar conforme el partido que está en el poder, desde su nacimiento fue del PRI, luego se peleó con éste, en 2000 se alió y luego se distanció del PAN cuando perdió la presidencia en 2012, volvió a los brazos del PRI en 2013, justo después de la detención de Elba Esther, y continuará ese amasiato hasta el 1º de julio, después… quien sabe.
En el SNTE se practica una política de absoluto pragmatismo, no existe una ideología concreta, ésta es definida por los grupos y partidos que están en los puestos de decisión, lo mejor que le sale al SNTE/PANAL es ir en alianza ya que así ha sobrevivido, han hecho pactos múltiples, lo mismo con Dios que con el diablo, lo importante (dijera un viejo secretario general de la Sección 16), es estar donde se toman de decisiones e impulsar a un compañero para que ocupe el puesto.
Jalisco no es la excepción, desde 1995 cuando llega al poder el PAN con Alberto Cárdenas, las aguas estuvieron tranquilas para el SNTE. Desde entonces el PAN le entregó la educación al sindicato, cada uno de los personajes que ocuparon algún puesto en las coordinaciones o direcciones en la secretaría de educación estaba ligado a las Secciones 16 y 47 del SNTE, la frontera entre ser funcionario de la SEJ y dirigente del SNTE no existía.
Se quiera decir o no, el SNTE ha utilizado al magisterio como moneda de cambio, no así los votos porque esos no los garantiza ni la Iglesia, la fuerza del sindicato no está ni en los votos y mucho menos en la voluntad que los maestros puedan tener para votar por X o Y partido, la fuerza del SNTE está en las cuotas sindicales, el 1.5% de la nómina les pertenece y si le multiplicamos por un millón 200 mil trabajadores es mucho dinero y eso alcanza para lo mucho y lo poco, si pueden rentar uno de los stand más grandes en la FIL y ser patrocinador de la misma, también pueden mantener un partido político y la publicidad de uno o más candidatos (en mi caso pago menos del cable y del celular juntos que lo que me descuentan en el concepto 58 de cuota sindical).
Los maestros no son monedas de cambio, por lo menos aquellos que son capaces de tomar decisiones por sí mismos y tener un nivel de conciencia acerca de lo que representa su función socialmente hablando, en estas elecciones se juegan muchas cosas y lo menos que los maestros podemos hacer es estar estáticos y que otros decidan por nosotros, es tiempo de demostrarlo, de otra manera no nos quejemos después si siguen haciendo reformas sin nuestra opinión y capital cultural.

*Editor de la Revista Educ@rnos. jaimenavs@hotmail.com