Las clases no regresan, las escuelas seguirán cerradas

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

En una agolpada conferencia de prensa en donde se escucha agitado al señor gobernador, ha anunciado que, para el caso de Jalisco, el resto del ciclo escolar se llevará a cabo por la vía de la virtualidad, bajo la cual hemos vivido los últimos días.
Es necesario recordar que el estado de Jalisco también por disposiciones del gobierno de Enrique Alfaro suspendió dos semanas antes las clases, en comparación con el resto de los estados del país y, hoy con esta medida, tampoco regresarán al trabajo las comunidades escolares este 1º de junio.
La medida puede sonar sensata, si nos atenemos al clima de riesgo que se vive en la sociedad por el índice de coronavirus que sigue a la alta, pero también la medida tiene un trasfondo político, en donde se demuestra el autoritarismo del gobierno de Jalisco, por encima de una medida racionalizada que se ponga en sintonía con el contexto nacional. Cuando el gobierno desconoce verdaderamente cuáles son los problemas y las necesidades que han vivido y siguen viviendo: docentes, alumnos y padres de familia para adaptarse al clima de trabajo a distancia, le parece fácil a partir de ese desconocimiento tomar cualquier tipo de medidas y/o decisiones.
Además, dicha medida es una muestra de autoritarismo (si nos atenemos a su contenido) el gobierno de Jalisco no consulta a las comunidades educativas, ignora el sentir de los padres de familia, pacta con organismos a modo; debido a que se opone a la disposición del gobierno central. Se trata en el fondo de mostrarle al gobierno federal en dónde hay mayor fuerza política, quien puede más y a final quién es el que se sale con la suya.
En las cosas que se tejen abajo, los niños y niñas preferirían regresar a las escuelas, encontrarse con sus maestros y poder estar cerca de sus compañeros de clase, la decisión de virtualizar el resto del ciclo escolar se puede atender como un golpe de autoridad (más bien de autoritarismo) sin considerar –como ya dije–, las necesidades tanto de escolares como de docentes.
La pandemia como la hemos vivido y padecido en ciertos momentos, ha generado nuevos problemas, nuevos retos y nuevas destrezas para adaptarse a las circunstancias inéditas. La parte negativa de la medida es que se pide trabajar con los padres, pero cada vez es más difícil la respuesta de éstos. Para muchos padres de familia, en el mejor de los casos, ya se sienten saturados, sus celulares ya están al tope de la capacidad para atender las circunstancias. El caso de la educación especial es la modalidad de atención más grave, aquí gran parte de las actividades van dirigidas a los padres de familia, pero el gobierno no se ha detenido a pensar cuál es el estado actual en que se encuentran padres y madres.
El tiempo que ha pasado desde el 19 de marzo a la fecha, el gobierno local no cuenta con datos suficientes que le permitan conocer cuál es la realidad de conectividad a internet y el manejo del número de equipos por familia y lo peor, en ningún momento tomaron medidas para hacer más fácil y amigable el trabajo a la distancia. Sé de casos de muchas familias, que no cuentan con equipos de cómputo, ni tienen acceso a internet y no tienen la cultura cibernética para resolver los problemas escolares bajo un clima de virtualidad, ahí el gobierno no sé qué ha hecho, también tenemos el caso de la serie de simulaciones, de niños y niñas que se conectan, hacen sus actividades, las envían, pero eso no demuestra logros y consolidación de aprendizajes significativos.
El gobierno de Jalisco no escucha, ni tampoco quiere dejarse ayudar, una medida intermedia podría ser el programar un regreso paulatino, parcializar los grupos al dividir a cada grupo escolar con determinada cantidad de alumnos por grupo y por grado, ya sea la mitad, una tercera o una cuarta parte por día. Con un día a la semana que los niños y niñas asistan a las escuelas se podría garantizar que vean e interactúen con su docente y con ello, puede quedar más claro el compromiso de trabajar a la distancia. Los maestros y maestras estarían ahí para aclarar dadas, ampliar las explicaciones técnicas en el uso de las plataformas o los recursos tecnológicos, etcétera. Y, sobre todo, dar las disposiciones técnicas para generar portafolios electrónicos de evidencias que demuestren que efectivamente se está trabajando.
Ésta podría ser una medida intermedia, no se trata de masificar el regreso a la escuela ni tampoco de generar un bullicio en el reencuentro; se trata de demostrar que seguimos precavidos, actuando con civilidad y claridad de entender el tamaño del problema.
Sería bueno que el gobierno de Jalisco rectifique y que la sensatez se coloque por encima del capricho y del agolpamiento político.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. mipreynoso@yahoo.com.mx

Comentarios
  • Janet Mena

    Muy buen análisis, aunque la moneda tiene dos caras. La vida y la educación. Soy maestra y madre, analizo desde dos trincheras y aun así siento todo esta situación…muy conflictiva y difícil.
    Yo elegiría un estrés antes que exponer la propia vida, esto según las reglas de la probabilidad.

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