La versión de la FIL 2022: entre la confrontación política y el clima de provocación

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

La Feria Internacional del Libro en Guadalajara (FIL), ya ha trascendido las tres décadas, es un evento que se ha instituido localmente, pero con reconocimiento internacional y que forma parte de la vida de nuestra ciudad.
Sin embargo, la versión 2022 de dicho evento, que dura sólo una semana y un día, se ha visto afectado por el trasfondo político del contexto local. Para nadie es ningún secreto que el grupo del gobernador Enrique Alfaro avalado por el gobierno estatal, junto con el partido naranja de Movimiento Ciudadano y con parte de la estructura política del gobierno, ha declarado que no está dispuesto a permitir que la Universidad de Guadalajara esté en manos de un grupo con intereses oscuros, “se le acabó el veinte a Raúl Padilla” (citado por Rubén Martin en Ideas del El Informador).
Del otro lado, el Grupo Universidad con Raúl Padilla a la cabeza, son los creadores, que cada año organizan y capitalizan esta Feria. Al inicio se hablaba de que el gobierno local haría lo posible por boicotear la feria y de otro, pero en el mismo sentido, que a la feria ninguna persona vinculada con el gobierno local, ni tampoco de MC asistiría a la misma.
Lo que está en en fondo no es una sola variable: hay una disputa política que se vincula con la disputa por el presupuesto público que recibe la Universidad, aunque la UdeG se ha negado a ser auditada por externos; entonces lo que defiende es tener una forma discrecional de administrar autónomente el presupuesto que se les otorga. El amasiato de los primeros años de la administración sexenal se rompió a partir de una serie de desacuerdos ligados con la forma de ejercer el poder y de decidir parte del futuro, junto a los estilos de provocación que hay en uno y en otro lado.
En otra arista de esta pugna política está el año 2024, en ese año tendremos elecciones en toda la estructura política del país, en el ámbito federal y local, y una parte de la disputa del presente está relacionada con dicha fecha emblemática.
De un lado ya se destapó Pablo Lemus y anda desbocado creyendo que él va a ser el próximo gobernador de la entidad, ha recibido el apoyo del ahora jefe Enrique Alfaro, pero dicha anticipación lo pone más en riesgo, que en brindarle la certeza de que él será el futuro gobernador. Recuérdese la frase emblemática de un clásico de la CTM “el que se mueve no sale en la foto”.
Regresando a la actuación de Enrique Alfaro en este nuevo capítulo de la puga Alfaro versus UdeG, Alfaro ha mostrado no sólo su ignorancia ante este tipo de eventos, sino también un marcado anti-intelectualismo. Toda feria de libro en términos simbólicos es el vínculo con la cultura, con la producción de ideas de vanguardia, con los círculos de intelectuales y las masas críticas, oponerse a ello en aras de un capricho político es oponerse a lo que representa la producción y circulación de las ideas, el libro objetivado o en eventos como los que cada año organiza la FIL. Este supuesto boicot a la feria (que no ha sido tal) se le revierte en términos políticos a Alfaro y será más lo que pueda perder que lo pueda ganar en esta pugna anunciada.
En otro orden tenemos que esta versión de la Feria se enmarca con un fenómeno complejo, me refiero a la indiferencia de los jóvenes por leer (obvio sin generalizar). Las redes sociales, los teléfonos inteligentes y las nuevas vías de obtener y difundir información, nos lleva a reconocer que estamos ante un escenario de un momento complejo en el desarrollo intelectual de niños y jóvenes.
La FIL como jungla cultural como le llamó Paco Ignacio Taibo II, hace que te pierdas o que no te enredes en esta complejidad de obras, de pasillos, de alternativas bibliográficas. Habría que abrir una línea de investigación que nos ayude a conocer a las personas y preguntarles en el momento que ingresan a la FIL ¿qué es lo que buscan?
Esta versión 2022 de la FIL es atípica, distinta, innovadora, en donde no se siente el clima de tensión que permea a la misma. Los de adentro tienen miedo de que desde afuera llegue una provocación que ponga el peligro la tranquilidad y el ambiente que generan los libros.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

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