La vacuna para los maestros

 en Graciela Soto

Graciela Soto Martínez*

Es a finales del año 2020 e inicios del 2021 que llega la vacuna a México, es la luz después de la oscuridad, es un puerto en medio de la tormenta, es el indulto para un condenado, la libertad para un preso, es un rayo de esperanza y la promesa del regreso de la normalidad.
Somos de acuerdo con el INEGI en 2020, 125 millones de mexicanos distribuidos a lo largo del territorio nacional, un dato aproximado dado que el último censo se vio afectado por la pandemia, existe un crecimiento poblacional pero también está la cifra de defunciones por esta misma causa y para hacer un balance numérico hasta el 12 de enero se han recibido 546 mil 975 dosis de vacunas, hay que sacar la cuenta de cómo va este proceso, es evidente que se hace un gran trabajo de financiamiento, traslados, logística pero el universo de atención es muy grande, por ello el riesgo se encuentra latente, la protección de la vacuna tardará en llegar a todos.
Se desconfía de la vacuna, se temen sus efectos secundarios, los pocos estudios a mediano y largo plazo, que se experimente con las personas, sin embargo, algunos directivos o políticos han ayudado a mover algunas cosas para vacunar a sus cercanos, se han hecho algunas denuncias pero deben existir otros casos de los cuáles no hay registro, esto nos ilustra sobre este fenómeno, de mover influencias, esto porque es mayor el miedo al COVID que a las repercusiones.
La desolación sigue llegando a los hogares, la muerte les visita inesperadamente y los condena a un duelo forzado, las medidas tomadas para el distanciamiento social no están funcionando y en el azar se dan las condiciones para los contagios fatales. Actualmente se presentan casos de gente joven que desconocía si tenía alguna afección o padecimiento, estos se han sumado a los adultos mayores que han muerto en la pandemia, ahora los ha agarrado con la guardia y las defensas bajas, por ello se ponen las esperanzas en una rápida aplicación de la vacuna para que todo termine.
Hay prioridades para la vacuna, éstas son incuestionables, el personal médico encabeza esta acción, protegerlos e inmunizarlos garantiza nuestra propia vida y tener quien nos auxilie en los momentos críticos, ellos que han sido población vulnerable, los números indican que hay más de 650 mil personas trabajando en las instituciones de salud pública, ya se ha iniciado con los hospitales COVID, pero dejan descubiertos al personal de otras áreas que también se encuentran expuestos.
Diversos medios digitales e impresos (https://www.animalpolitico.com, infobae, El Universal, El Informador) registran la crónica de la llegada de las vacunas:

• 23 de diciembre de 2020: El primer lote contiene tres mil dosis, llegó en un avión de la empresa de mensajería DHL proveniente de Bélgica, fue resguardado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Este fue un envío de prueba para calibrar la logística necesaria. Fue motivo de critica por esta pequeña cantidad.
• 26 de diciembre de 2020: Llega a México lote con 42, mil 900 vacunas de Pfizer; dosis se aplicarán a partir del 28 de diciembre, éstas en Coahuila y la Ciudad de México. ¿Por qué a estos estados? Se cuestiona el criterio.
• 30 de diciembre de 2020: el tercer lote con 7,800 dosis de la vacuna contra el Covid.
• 3 de enero: El nuevo lote contiene en total 53 mil dosis, de las cuales 44 mil arribaron a la Ciudad de México y 8 mil 755 a Monterrey.
• 12 de enero de 2021: llegaron 439 mil 725 dosis, el mayor número hasta ahora, se pretende se cubra al personal de salud de todos los estados, la meta es que estén vacunados al 31 de enero. Mientras tanto el virus alcanza los niveles más altos de contagio y mortalidad.

Así cada estado y municipio tienen su propia crónica, esperan el lote con ansia y alegría, es como tener un seguro de vida, todo el equipo médico se reúne para recibirlas, se toman fotografías y se hacen anuncios de los primeros vacunados, con esto se crean ilusiones para los demás.
Otro grupo prioritario son los adultos mayores, en éste se ha presentado mayor mortalidad, después del personal de salud ellos están en la lista, es necesario hacer estimaciones numéricas sobre el número de adultos mayores de 60 años, según datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2018, realizada por el INEGI, el número de personas de 60 años o más que reside en México es de 15.4 millones, ellos tan castigados por su edad y condición de salud van a ser prioritarios, pero es evidente que esto va a requerir mucho tiempo e invertir recursos económicos y humanos.
Cabe preguntarse cuántos maestros de educación básica, media superior y superior somos para que se pueda realizar la vacunación a este sector, se ha mencionado por el SNTE en voz de Cepeda que se buscará que los maestros sean un grupo prioritario para que se pueda regresar a las aulas antes del semáforo verde, esta iniciativa loable brinda confianza para el temor que se ha ido desarrollando, sin embargo, hay que evitar exponer a los alumnos y sus familias, tal vez sea mejor se vacunen las comunidades educativas que regresen y no sólo al docente y directivo.
Las matemáticas simples y algo de estadística nos pueden situar en la realidad de cuándo se vacunará a la población y cuándo nos va a tocar, más vale continuar en la política de cuidado personal y familiar, los distanciamientos, el cubrebocas y todos los protocolos que fincar las esperanzas en esta maravilla de la ciencia. Si a la vacuna, pero espera tu turno, aún falta mucho camino por andar.
Las experiencias con las vacunas son parte de la infancia en la escuela primaria, se guardan recuerdos de las enfermeras con su ropa blanca cargando la hielera portátil, el director o una persona yendo al salón, hablar con la maestra y muchos compañeros salir corriendo, hasta se animaban a saltar por las ventanas, el temor a la inyección era tal que preferían escapar, te sentías salvado si te aplicaban gotitas, así querían los niños todas las demás dosis. No tomé conciencia de la importancia de esta acción hasta que vi personas que no podían caminar bien, una de sus piernas había sido afectada por la polio, no las habían vacunado, ya como maestra trabajamos en conjunto con los centros de salud locales para informar a los padres de las campañas, solicitamos las cartillas, las escuelas fueron espacios para la vida y la salud. Ahora se busca que el sector salud privilegie también el espacio educativo, que recuerde cómo se ha trabajado de la mano para una educación de la salud preventiva.

*Doctora en Educación. Jefa de Sector de Educación Preescolar en la SEJ. grace-soto@supervisores.sej.gob.mx

Comentarios
  • Lorena

    Excelente análisis Dra Grace
    Es la triste realidad, números y más números que descuentan y a las vez suman.
    Esperemos los resultados de la vacuna.
    Como siempre, sus análisis de calidad.
    Abrazo afectuoso

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