¿La tecnología como esencia de identidades y tradiciones?

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

La forma en que se configura el pensamiento y la subjetividad es, comúnmente, el resultado de la asimilación y apropiación de significaciones, como diría Castoriadis, que provienen del contexto social, cultural, temporal y geográfico en el que una persona es formada y educada. De esta manera, adquirimos y desarrollamos un lenguaje específico, así como también adquirimos códigos de comportamiento que regulan la interacción social. Dentro de estos códigos, cada grupo social espera que las personas en formación, niños, niñas y adolescentes se identifiquen con los miembros del grupo, así como sigan y respeten sus normas y tradiciones; es propiamente una forma de transmitir, reproducir y perpetuar una cultura. En este proceso formativo, la familia y la escuela se erigen como las principales instituciones sociales encargadas de llevarlo a cabo.
Sin embargo, la pandemia ha traído consigo la limitación de reducir tanto los espacios educativos como de convivencia, acotándolo prácticamente al uso exclusivo de una pantalla a través de la cual, desde la escuela, se están compartiendo y enseñando los elementos esenciales de una cultura. Y es aquí donde empezamos a observar una dificultad.
La escuela, a través de las ceremonias y la celebración de las festividades, brinda elementos para la construcción de la identidad y el rescate de las tradiciones mexicanas. Así, por ejemplo, los temas principales en las ceremonias cívicas, junto con el respeto que se muestra a los símbolos patrios, están enfocadas a conmemorar eventos importantes de la historia de nuestro país, así como a enaltecer el nombre de sus personajes protagonistas. La intención, además de cubrir obviamente los contenidos educativos, está centrado en desarrollar un sentido patriótico e identitario mexicano. Las festividades, por su parte, tienden a celebrar diferentes tradiciones propios de la cultura mexicana o del ámbito internacional, pero dándole igualmente un sentido y características nacionales. La celebración del día de muertos, los festivales navideños, el de la primavera y del día de la Madre son importantes para la escuela, sus estudiantes y los padres y madres de familia que asisten. En ambas actividades, ceremonias y festividades, podemos apreciar bailes, representaciones, cantos, declamaciones, entre otras, que incluyen siempre elementos de la cultura mexicana.
Es un hecho que, el involucramiento de los alumnos y alumnas en este tipo de actividades responde también a la convivencia, al protagonismo, al sentido de orgullo que despiertan en las figuras parentales o familiares que, lamentablemente, tienen un impacto y sentido diferente en estos momentos. El papel de la familia es ahora más importante, ya que lo identitario nacional y las tradiciones dependen más de ella ahora.
La tecnología está asociada con lo globalizante, con aquello que difumina los aspectos identitarios y que nos hace seres del mundo y no de un espacio geográfico específico; sin embargo, el rescate de cada cultura, de las significaciones de cada nación, son aspectos importantes en la conformación de la identidad de una persona, que no se pueden perder. Aún desconocemos cuando volveremos a la “nueva normalidad”, pero, sin duda, será necesario inventar, crear, recuperar todo aquello que se liga a nuestras tradiciones y a nuestra identidad nacional. Son de una riqueza cultural que no puede ni debe perderse. Otra tarea pendiente, una de gran importancia ¿no?

*Maestro en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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