La necesidad de héroes… más reales

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

El fin de la saga de los héroes de Marvel, con los cuales muchos crecimos viéndolos en televisión y que ha cautivado a millones de personas en la pantalla grande, y que ha logrado una preventa que garantiza salas llenas en su estreno patentiza esta necesidad que tiene el ser humano de creer en figuras que, a través de sus súper poderes, podrán resolver muchos de los problemas que aquejan a las sociedades en el mundo entero.
En las últimas décadas el cine nos ha mostrado diferentes tipos de héroes y, en el caso particular de aquellos que pueden ser atractivos para infantes y adolescentes, nos han enseñado que el origen de su poder se debe a su origen divino, como Thor, a una mutación genética, como los X men, a un uso o accidente producto de aplicaciones de la ciencia en experimentos, como Capitán América, Hulk, Flash o el Hombre Araña, provenir de un linaje especial, como la Mujer Maravilla, Pantera Negra o Aquaman, a un duro entrenamiento, como la Viuda Negra y Ojo de Halcón, provenir de otro planeta, como Superman, o bien, tener una inmensa fortuna para poder comprar equipo y aditamentos que te permitan construir un traje y contar con accesorios que son de mucha ayuda para que llegue el momento de pelear con los malos, como Batman o Iron Man.
Todos ellos, además de sus poderes, cuentan con un código moral y una integridad que los lleva a inclinarse y pelear por el bien. El éxito que han tenido en taquilla revela el deseo, consciente e inconsciente, de contar con alguien que luche por los ideales, por la justicia y por la libertad de todas las personas. En este aspecto, los héroes que nos muestran en la primaria y en la secundaria se acercan un poco a estas figuras, sin sus poderes obvio, pero con los mismos ideales, pero que posteriormente se perderán cuando se llegue a la preparatoria, con alguna lectura o internet, entonces nos muestra que, en tanto personas, cometieron también errores como cualquiera y se les baja, entonces, un poco, o mucho, del pedestal.
Pero algo más se ha patentizado con este fenómeno de los super héroes: la necesidad que tienen niños, niñas y adolescentes de vivir y convivir con figuras que transmitan esos ideales, esos valores y que se conviertan en modelos y ejemplo a seguir, aunque no tengan mucho dinero, o un origen divino, o un entrenamiento exhaustivo o una mutación, no, bastará con cuidarlos, con estar con ellos, con protegerlos de todo mal y velar por sus derechos: necesitamos, hoy más que nunca, hombres y mujeres comprometidos a cumplir su función de padre o madre con sus hijos e hijas.
En generaciones anteriores se veía a los progenitores como héroes, pero con el tiempo se ha ido perdiendo ese rol y esa imagen; tal vez por eso la necesidad de niños, niñas y adolescentes de buscarlos en las pantallas.
Es sólo una hipótesis, pero es claro que un padre y/o una madre que entregaron todo de sí para y por sus hijos e hijas, será recordada o recordado siempre como un héroe, con menos glamour tal vez, pero real y cercano ¿me equivoco?

*Maestro en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

  • Alejandro

    Me llama la atención como los imperios colonialistas son los que más hacen e hicieron uso de la imagen del héroe. Para éstas sociedades resulta poco factible un héroe pacífico, y hacen abuso de la imagen del héroe violento, guerrero, como descartando la posibilidad de otros tipos de heroicidad.
    Se descarta sobre todo el liderazgo compartido en beneficio de la individualidad.
    Queda claro que muchos individuos no son amenaza para un imperio, como si lo son hombres unidos y trabajando con un fin común que ellos mismos decidan.

  • MARCO ANTONIO GONZALEZ VILLA

    Excelente análisis Alejandro. Tu aportación toca puntos que cuestionan directamente a la sociedad y la forma de entender el heroísmo. Gracias por enriquecer el texto

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