La mochila de la investigación en la formación docente

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Las distintas propuestas y modelos pensados para intencionar un esquema de trabajo más sólido y eficiente, no han dado los resultados esperados, entendiendo por ello, cumplir con las expectativas de formar buenos docentes para responder a las demandas emergentes del siglo XXI y poder atender satisfactoriamente a los usuarios de las recientes generaciones.
La investigación educativa o la investigación en educación, es una estrategia global pensada en mejorar las prácticas y los esquemas para formar docentes y atender a quienes ya se encuentran en servicio. Como decía mi amigo Víctor Ponce, al cual seguimos extrañando, basado todo ello en la generación y en el uso de conocimientos pertinentes.
La mochila de la investigación podría definirse como una caja de herramientas, pensada en encontrarle un nuevo y mejor sentido al acto de formar. Ayudado por la investigación y como un compromiso de los sujetos en formación a partir de tomar en cuenta cuatro grandes requisitos, a modo de compromiso metodológicos con la tarea:

1. El hacerse preguntas y problematizar la realidad.
2. El saber buscar, indagar, consultar y hacer búsquedas constantes en los libros (bibliográficas) y en la realidad (en el contexto específico en donde se realiza la práctica).
3. Delimitar los objetos de indagación. En investigación se construyen objetos de indagación, para poder estudiarlos a profundidad. La finalidad es conocer más a fondo un segmento de realidad para poder actuar de mejor manera sobre la misma. A ello le llamamos delimitar la realidad y los objetos de estudio que se han construido en otro a ella y que todo ello esté vinculado a los procesos de formación de los sujetos.
4. Y un cuarto elemento tiene que ver con el diseño de una ruta de acción. A todo ello le podríamos llamar el factor heurístico del abordaje metodológico.

El compromiso central de todo profesional de la educación es educar o enseñar al lado de otros y hacerlo bien; de tal manera que en la mochila de la investigación se encuentran los recursos auxiliares para conseguirlo. La investigación es un medio y la buena enseñanza es el fin. Investigar y enseñar se tornan en un binomio indisoluble pensado en garantizar condiciones favorables para que los sujetos aprendan a enseñar investigando y a investigar enseñando y avancen en sus aprendizajes de manera global y conjunta.
Ahora bien, otro componente relacionado con la mochila de la investigación es tener el conocimiento más o menos a fondo de los sujetos en formación, conocer sus capacidades, potencialidades y conocer de igual manera las condiciones del contexto en donde se ubican.
La mochila de la investigación es un dispositivo simbólico, no existe como tal una cosa o un objeto en la realidad, es el sujeto de la formación y la forma concreta en la que actúa la realidad concreta donde dicha mochila entra en acción.
La mochila de la investigación es un recurso mediático en donde se van acumulando saberes, narrativas, estrategias, buenas prácticas, testimonios de los usuarios, recetas de acción, etcétera.
Lo importante (al final) es poder sistematizar lo más valiosos de cada propuesta y de cada experiencia educativa, en tanto, la sistematización recupera lo valioso de cada propuesta de trabajo y se hacen evidentes los cambios y los alcances de los propios sujetos en formación.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

Comentarios
  • Adriana Piedad García Herrera

    Buena propuesta La mochila de la investigación.
    Yo agregaría un requisito más: “Cuestionar las certezas”.
    En ocasiones al iniciar la investigación se hacen preguntas que ya tienen una certeza como respuesta y toda la investigación se orienta a demostrar la veracidad de esa respuesta (certeza).
    Las certezas instaladas actúan como obstáculos epistemológicos (Bachelard) para la investigación.
    Saludos

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