La maravillosa audición

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

Aunque cada uno de los sentidos dispone de una importancia incuestionable y necesaria para el ser humano, es obvio que la audición tendría que ser uno de los consentidos o principales. Hoy sabemos que un feto puede almacenar en su memoria sonidos que escuchó mientras se encontraba dentro del vientre materno, por lo que puede incluso reconocer la voz de la madre desde el momento del nacimiento. Es, igualmente, el único sentido que le permite a un individuo en gestación obtener información del exterior, gracias a que tiene la capacidad de captar ondas sonoras lo que implica no tener que estar en contacto directo, ni una considerable cercanía, con la fuente de los estímulos captados; es por tanto un sentido, desde el inicio de la vida, totalmente social porque le permite escuchar los sonidos producidos por un otro, naturaleza o persona, sin importar la distancia o incluso podemos captar y retener estímulos sin necesidad de estar despiertos.
Su estructura anatómica también destaca porque en su conformación se encuentran los huesos más pequeños que tiene el cuerpo humano y es sumamente sensible, además de mantener una relación directa con el sentido del equilibrio lo que le permite estar vinculado con el movimiento de forma permanente.
Sin embargo, lo que más distingue al sentido de la audición es la amplia diversidad y riqueza de estímulos que nos permite percibir, además de que, indefectiblemente, estará siempre vinculado a diferentes contextos del aprendizaje. Ya decía el filósofo Spinoza, que los primeros aprendizajes culturales y semánticos de que dispone una persona son adquiridos a través de la audición, como lo es el reconocimiento de sí a través del nombre propio, pero también porque nos permite identificar y poder enunciar el nombre de cada uno de los objetos y personas que nos rodean, aspecto que cobre relevancia para Freud, Lacan, Piaget, Vygotski, Watzlawick y diferentes perspectivas y teóricos más. Sabiendo el protagonismo de que goza en la comunicación humana, es evidente que una limitación, alteración o discapacidad en este sentido complica en demasía la interacción con los demás, comparado con el resto de los sentidos, al afectar la principal herramienta psicológica del hombre: el lenguaje hablado. Su papel es, como podemos leer, determinante en y de la socialización, sin duda.
Evidentemente hay cosas que quisiéramos no haber escuchado nunca como las promesas de campaña, las noticias sobre los lugares que ocupamos como país en delincuencia o corrupción, palabras cínicas de diferentes políticos de derecha, entre otras cosas. Afortunadamente son más los sonidos que pueden generar momentos inolvidables: escuchar el nombre de uno en una premiación, en una frase de amor, la canción favorita, un sonido relajante, la risa del mundo, la voz de los seres queridos, el canto de las aves, la voz del padre y la madre durante toda la infancia, la palabra mamá o papá de boca de los hijos, un poema o canto coral con niños de nivel básico y preescolar, los saberes que emanan de la boca del docente idealizado, la palabra aprobado en un examen profesional, son sólo algunos de los sonidos más hermosos en la vida ¿no es entonces maravillosa la audición? Déjenme escuchar un sí.

*Maestro en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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