La educación se escribe (y se vive) en clave femenina

 en Andrea Ramírez

Andrea Ramírez Barajas*

Escribo el presente artículo, pensando en todas las mujeres del mundo, sobre todo en las mujeres solas, las que han sido marginadas, segregadas o humilladas por un mundo con profundos valores patriarcales, las mujeres que son perseguidas, que han sido privadas de su libertad, que han sido agredidas, golpeadas, para ellas que somos todas. Este 8 de marzo es fecha de referencia para seguir pensándonos, como esa mitad del mundo que reclama mejores condiciones de equidad de género.
A las mujeres que hacen educación, que están en las aulas, en los laboratorios, en los cubículos universitarios, en los hospitales, en la academia, para ellas un profundo reconocimiento por haber aprendido a nadar a contracorriente y hacerlo mejor que los varones con los cuales con-viven en todos estos espacios.
Todas las instituciones, desde el prescolar hasta el posgrado, tienen en su interior prácticas educativas hechas por mujeres. La educación se hace por mujeres desde los espacios básicos y para todo el mundo.
La educación es en clave femenina, porque ahí está el futuro de la humanidad en pensarnos en género femenino, porque las mujeres somos mayoría de los que trabajamos en educación y porque el ser mujeres y educar es un regreso y a la vez una prolongación al pacto fundacional en donde estuvo la madre para garantizar ese amplio horizonte de convertirnos en personas.
La educación en clave femenina a veces se confunde con los feminismos (muchos de ellos radicales e ideologizados), no se trata de caer en fundamentalismos o en revanchismos de género. Sino en garantizar mejores condiciones de equidad desde el origen y hasta el final de las prácticas, desarrollo y vínculos humanos.
La educación en clave femenina es un manifiesto tácito que se vive todos los días en los hogares, en las escuelas y en infinidad de instituciones a partir de los vínculos cotidianos, las relaciones esporádicas y la relación cara a cara. Ahí existen tres cosas que faltan para dar un brinco y un verdadero salto para lograr una auténtica educación en clave femenina:

1. Espacios de gobierno y de dirección de algunos ámbitos que sean dirigidos por mujeres, con un toque o un sello en clave femenina.
2. Aspirar a definir y construir un poder femenino sin excluir a los otros que no son mujeres, éste es el mayor reto. La educación en clave femenina es plural, incluyente y muy respetosa de las diferencias.
3. Educar para las equidades de género, implica también pensar y actuar en las equidades de raza, de apropiación de los espacios públicos y de todo lo que esté relacionado con la justicia social y educativa en los vínculos sociales.

Ésta es una modesta contribución (en relación al día de ayer) para todas las mujeres de Jalisco, que de cierta manera educan en clave femenina.

*Doctora en educación y consultora independiente. andrearamirez1970@hotmail.com

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