Informe(s)

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

Corre la primera semana de periodo oficial de receso escolar y desde la cultura de evaluación es momento de rendición de cuentas a la sociedad, es tiempo de informes de trabajo individuales, de informes escolares de mejora. Tiempo de evaluación cualitativa y también de números.
Es tiempo también de que la autoridad educativa en sus distintos niveles de responsabilidad rinda cuentas de un ciclo escolar más de inversión y de cumplimiento de objetivos y metas ante la ciudadanía. Tiempo de tomar la palabra y decir cómo vamos en la construcción del sistema educativo nacional posliberal.
El día del informe oficial de gobierno, del estado de la nación y la entidad federativa pueden parecer muy lejanos.
El fin de ciclo escolar es un buen momento para el movimiento ciudadano, para la regeneración educativa, para la práctica de la contraloría social, para hacer balance de cada peso y la cantidad de calidad y cobertura que se ha comprado con ellos.
El ciclo escolar ha concluido en una coyuntura de pesadilla extendida de pandemia, de voces políticas encontradas sobre cifras, estrategias y finalidades.
La gente hace oídos sordos muchas veces porque no puede asimilar el discurso fatalista y contradictorio de las autoridades de salud, el juego simbólico donde se dicen verdades a medias.
La democracia vivida en elecciones hace dos años en los ámbitos nacional, estatal y municipal no fue suficiente para dar a luz a una generación de políticos que enfrente con probidad los retos de salud del 2020, los derechosos y antidemócratas medran y meten zancadilla; la ciudadanía tampoco está exenta en este reto de hacernos responsables de nuestro cuidado personal y cuidado del otro.
Hay muchos datos, hay muchas gráficas confusas inaprensibles para el ciudadano común. Hay muchas voces que confunden; predisposición del escucha o televidente, muchos cuadros y porcentajes de regiones geográficas coloreados con la distribución de la pandemia, oscurantistas y de obvia insaculación implícita de intencionalidad.
El quédate en casa, la sana distancia y el cubrebocas libre u obligatorio aunque se han machacado con instrumentos de propaganda costosa de manera oficial, no se asimilan por razones mismas de desarrollo educativo y cultural de las masas.
Los líderes políticos, los tomadores de decisiones requieren formarse en habilidades propias de la inteligencia emocional para comunicar a sus gobernados la serenidad necesaria, el cambio de conducta esperado.
Informar sobre el riesgo de muerte no es suficiente para el cambio y profilaxis del comportamiento social, la Psicología de grupos desde la óptica gestalt pudiera dar un poco de explicación al respecto de la dinámica de ese complejo grupo humano que es la sociedad mexicana, de ese complejo grupo social que es la sociedad jalisciense.
El Coronavirus como totalidad física, emocional y de medieval creencia.
En lo que refiere al tema educativo el cierre de las escuelas fue la acción de primavera visible y la evidencia del desafío de seguir trabajando en las nuevas generaciones la prevención, la higiene, la socialización estratégica.
El ciclo escolar ha concluido, parte de la normalidad es la rendición de informes en un marco de cultura evaluativa, Covid-19 marca la pauta de un tercio del tiempo escolar, tiempo presencial perdido, tiempo familiar y habilidad digital ganado.
Parte del receso escolar o de las antaño vacaciones de verano era la formación continua y profesionalización de maestros. Nuestras instituciones formadoras ahora sustituidas paradójicamente por Google Education y otras plataformas.
Son días de planeación y desafío de elaboración de guías de estudio para los CTE de la fase intensiva propuestos desde el verano de 2013. Es cómodo dar continuidad y seguir sembrando bajo supuesto de pertinencia. Los temas a nivel nacional giran hacia la asignatura de vida saludable y de educación socioemocional, hacia las herramientas digitales.
Los diseñadores de Recrea en Jalisco deberán estar a la altura de un mes de agosto en escenario aún de pandemia, están en cuarto intermedio de diseño, ojalá haya datos de la realidad educativa jalisciense, datos del nivel de comunicabilidad de sus entramados conceptuales, evaluación de impacto. Esperemos una mejor propuesta.
Una de las líneas de continuidad de las ideas eje de la reforma educativa peñista retomada por el nuevo gobierno en Jalisco fue la idea de simplificación administrativa.
Otra de las ideas tomadas del ámbito de la teoría de sistemas y del debate sobre políticas y administración pública, que viene bien al sector educativo –tomado por asalto por ingenieros, abogados, contadores públicos y otras profesiones muy ajenas a la cultura normalista, en coletazo de democracia y pago de favores de campaña política– es el de reingeniería administrativa en aspectos tan centrales como son la planeación, programación y presupuesto.
En ninguna de estas dos promesas de gobierno hay diez en eficacia. El sector educativo cambió de inquilinos de oficinas, pero los resultados y los hechos no confirman los logros esperados, estamos funcionando inercialmente.
El cambio de nombre de Subsecretarias por coordinaciones no modifica de fondo la prestación tradicional de los servicios, herencia de los años de la desconcentración y descentralización, de los años subsecuentes de un federalismo educativo resbaladizo.
La incomunicación de la estructura vertical y horizontalmente sigue siendo característica, evidenciada aún más en las condiciones de la pandemia del último trimestre.
Articulación e integración de recursos humanos fue sólo un deseo de cambio al arranque de administración que a dos años se esfuma. Los jefes que llegaron no integran proyecto y no potencian los recursos humanos que permanecen como capital humano heredado en los tiempos blanquiazules, tricolores y ahora naranjas.
El perfil de ciudadano jalisciense que se quiere formar con mirada hacia al futuro no termina de ser claro en las arenas movedizas conceptuales de un proyecto educativo Recrea de entrega de uniformes y zapatos, ayuno de sustancia y nebuloso en la estrategia; pobre en el manejo de datos sobre las realidades regionales y pobre en la capacidad de hacer espiral dialéctica entre lo valioso del pasado, la propuesta federal y la concepción decimonónica de una refundación con cubrebocas.
A propósito de quincena y de pago adelantado del receso escolar no hay proyecto de simplificación administrativa que haga eficaz el pago oportuno a un sector de trabajadores a los que todavía se les adeuda.
No hay reingeniería que opere funcionalmente las plataformas prometidas; hizo nudo la atención de asuntos como acreditación de grados y certificación de conclusión de nivel educativo.
Se necesitan informes y cultura evaluativa.
Ejercicio de contraloría social necesario en la moderna ciudadanía que se manifestó en las urnas en 2018. A ellos se les dio el poder, ellos gobiernan, pero al ciudadano se le respeta su derecho a la información.
Informes y cultura evaluativa, la extensión de la mirada, la objetividad en el juicio de equipos de trabajo y personas; el necesario aprendizaje y la retroalimentación del plan de mejora del sector educativo.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

Comentarios
  • Servando Valdez Orozco

    Muy buen análisis del panorama educativo. Buena crítica al sistema actual de gobierno sobre todo estatal. Visión de futuro al programa Recrea. Resultados desastrosos en lareingenieria administrativa que fue un fiasco. Saludos a los normalistas de laENRA.

  • Diana Blass Arroyo

    Me parece que el artículo llega a tiempo, cuando los velos están siendo traslúcidos por las verdades mediáticas, por las insuficiencias de SEJ, por la clara controversia entre gobiernos y su guerra politica y, en medio el magisterio y sus alumnos. El Dr. Satarain siempre tan preciso y objetivo en los momentos educativos del vaivén político económico. Seguiremos al pendiente de la revista y sus publicaciones para que desde el aula se genere el desarrollo educativo que ningún gobierno quiere.

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