Indolencias educativas

 en Jaime Navarro Saras

Jaime Navarro Saras*

Desde que las autoridades educativas decidieron enviar a casa las actividades escolares en marzo de 2020, se dijo en muchos medios y por muchos expertos en la materia que ello resultaba preocupante debido a la falta de condiciones materiales y de capacitación para llevar a cabo la educación a distancia, pasó el tiempo y nunca se resolvieron los problemas de conectividad del todo, en cambio, maestros, maestras y estudiantes se hicieron de habilidades y competencias como pudieron para generar relaciones educativas a pesar de las carencias que les presentaba el contexto novedoso.
En el mismo tiempo que nos alejamos de las escuelas presencialmente, éstas cayeron en el abandono y el deterioro por la falta de mantenimiento y supervisión, en casos extremos fueron destruidas, saqueadas y vandalizadas, amén de la falta de voluntad de algunas comunidades y ciertas autoridades educativas que no tuvieron el cuidado de estar al tanto de ello y su omisión los hizo cómplices de las condiciones en que se encuentran.
Llaman la atención las diferentes posiciones de quienes han recomendado regresar presencialmente a las aulas con respecto a la pandemia, la mayoría de éstas marcadas por la contradicción, sobre todo porque lo que antes era prioridad y valedero hoy ya no lo es, ante ese tipo de decisiones da la sensación de que las mesas de salud y educación compuestas de supuestos “especialistas” y conocedores de las cosas que atañen al tema Covid-19, se dejan guiar más por lo que les marcan sus superiores con visiones políticas que por lo que realmente tiene que ver con lo que en apariencia son “expertos”.
Es cierto que la pandemia ha generado rezago en estudiantes y docentes si evaluamos y partimos del modelo educativo imperante hasta antes de marzo de 2020, pero tampoco podemos dejar de reconocer que ha habido evidentes aprendizajes en el manejo de computadoras, tablets, teléfonos celulares, así como de plataformas digitales, elaboración de contenidos y bastante familiaridad con la virtualidad educativa que, si no hubiese aparecido el Covid-19, seguramente habrían pasado muchos años y estos aprendizajes nunca hubiesen llegado al grueso del magisterio.
Debe quedar claro que los maestros, las maestras y los diferentes personajes que tienen que ver con los procesos educativos son los menos responsables de los rezagos escolares, principalmente porque son quienes menos participan en la toma de decisiones para decidir si se regresa o no a la presencialidad.
Tanto la SEP, como las Secretarías de educación en los estados, las universidades públicas y privadas, el SNTE, la CNTE y los diferentes organismos responsables en el manejo de la educación, han planteado posiciones diversas y decidido caminos heterogéneos para el inicio del ciclo escolar 2021-2022; ante esta apertura en puerta, estudiantes de educación básica regresan a las aulas desde el lunes 30 de agosto, educación superior ha optado a la distancia (por lo menos las primeras semanas del ciclo escolar) en su gran mayoría y a reserva de valorar cómo se comporta el porcentaje de contagios y el avance en el número de vacunados.
Es tal el desconcierto de la población cada que las autoridades educativas toman una decisión, que seguramente en unos meses darán marcha atrás y lo que ahora es valedero, para ese tiempo ya no lo será y con esta nueva decisión lo único que estarán demostrando es que la narrativa política es más importante que la educativa y, lamentablemente, la de la salud, en fin, y como dice un encabezado del material de la Fase Intensiva del Consejo Técnico Escolar: ¡Qué gusto de volvernos a encontrar!

*Editor de la Revista Educ@rnos. jaimenavs@hotmail.com

Comentarios
  • Rafael Bernardo

    Uhmmm!

    1. De acuerdo que el manejo de la pandemia (es distinto a referirnos a la pandemia) generó rezagos en los estudiantes. No así en los docentes .

    2. Los rezagos de los docentes ya existían. Nunca se creyó prudente habilitarse en educación a distancia (que no es lo mismo que usar un artefacto para transmitir información). Siempre se le subestimó, se trataba del patito feo de los procesos educativos formales.

    3. De acuerdo que algunos ganaron la intensión de usar un medio (a lo mucho el celular) para acercarse a los estudiantes, pero eso no los hizo competentes en enseñanza a distancia en línea.

    4. Lo que estamos viendo, a través de investigación empírica es que el docente tiene en su manos el control como nunca lo ha tenido para diseñar el proceso de aprendizaje de sus estudiantes, ojalá y no lo suelte; independientemente del plan y programa de estudio. Ahora ellos deben modificar y repensar los modos a la distancia de hacer efectivo el aprendizaje de sus estudiantes.
    No trato de culparlos, pero si de victimizarlos, por la razón que sea, siempre se les limitó en los programas de formación inicial y continúa a pensar más allá de la realidad a corto plazo.

    5. Por último, sería ingenuo pensar que la certidumbre nos cobijará en lo futuro. No. Las circunstancias están tiradas, causas y azar mercarán la insertidumbre. Cómo profesores hagamos lo que tengamos que hacer para no hacer válida una premisa la teoría de la evolución biológica,… “todo ser vivo especializado a un hábitat … tiende a desaparecer”

    P.s la desaparición de algunas profesiones en el futuro Google y el Foro Económico Mundial ya lo han planteado.

    Saludos

    • revistaeducarnos

      Así es Rafa, y lo que nos falta por ver, saludos

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