Incremento de pobreza, pandemia, rezago y otros datos

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

En días anteriores, CONEVAL señaló un incremento de la pobreza en México, que la mayoría de los detractores del gobierno, políticos y comunicadores, tomaron como bandera para señalar que era consecuencia de la mala administración en manos de la 4T. Obviamente, fiel a su costumbre y manejo, el presidente señaló que el tiene otros datos y que no comparte los resultados ofrecidos por el Consejo.
En esta ocasión tendré que decir que ambas posturas tienen, parcialmente, la razón, por lo que me obligo a compartir argumentos para defender mi postura.
Con relación a la perspectiva ofrecida y dada por la oposición, diremos que sí, la pobreza ha incrementado en el país, pero no como resultado del Gobierno al frente, sino como resultado del problema económico generado por la pandemia; basta revisar la situación que viven otros países en América, Asia y Europa, en internet podemos encontrar información de fuentes validadas, y darnos cuenta de que la pobreza incrementó prácticamente en todo el mundo. Establecer por, tanto, que esto fue el resultado de la administración es una visión limitada, que denota ignorancia, parcialidad y un simple oportunismo político.
Sin embargo, este mismo argumento es aplicable para señalar la parcialidad y omisión del presidente para reconocer el incremento de pobreza. Hay dos factores, innegables, que hacen patente este crecimiento: por un lado, la pérdida de empleo e ingresos que sufrieron o están sufriendo muchas personas con la pandemia y, por otro, el incremento de la deserción escolar, que provocará rezago educativo, que autores y estudiosos del tema, como Julio Boltvinik, han señalado como un indicador de presencia de pobreza. Ahora sin el PRI y el PAN con su política de certificar independientemente del aprendizaje o el esfuerzo, la deserción llevará, de forma inevitable, al rezago. Las políticas asistenciales, con las que se defiende el mandatario, solamente cubren los problemas, pero no los eliminan de fondo; la intención es buena y aplaudida, pero no es la solución a largo plazo.
Puesto así, entendemos con claridad la necesidad de querer volver a las aulas, dado que de esta manera se podrán reactivar los negocios y la economía de diferentes familias cuya actividad se relaciona indirectamente con las escuelas, al mismo tiempo que una escuela de puertas abiertas siempre será atractiva para las y los estudiantes y podrán buscarse mejores alternativas de forma conjunta, institución-estudiantes, para evitar la deserción.
Creo también que el presidente tiene presente lo que diferentes investigaciones e instituciones han señalado, como CEEY, que establecen que del 100% de niños y niñas que nacen en condición de pobreza, el 75% serán pobres toda su vida, así que es urgente que puedan salir de esa franja y, en ese sentido, la escuela puede ser una vía. Así que enfoquémonos en lo importante y demos a la educación un objetivo concreto: sentar las condiciones para que la pobreza pueda disminuir en los siguientes años; se ve difícil, pero es necesario por cuestiones éticas. Que vengan las propuestas ¿quién dice yo?

*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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