Hechos, no palabras: 1 de septiembre

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

“Facta, non verba”, frase en latín que ha sido el lema de diferentes personajes a lo largo de la historia, principalmente de políticos, como el de nuestro presidente actual. Evidentemente suena a promesa de campaña, de esas que nunca van a cumplirse, sin embargo, y pese a la opinión de los detractores, es un hecho que en este sexenio se han hecho esfuerzos por cumplirlo.
“Primero los pobres”, ha sido una de las prioridades que, a través de diferentes apoyos económicos, se puede señalar como un hecho. Personas de la tercera edad, discapacitados, miembros de comunidades indígenas, estudiantes de diferentes niveles educativos y zonas geográficas, entre otros grupos en condición de vulnerabilidad han recibido atención y recursos para mejorar su condición y perspectivas futuras, buscando eliminar la desigualdad social. Lamentablemente, y tal como pasó prácticamente en todo el mundo, la pandemia ha venido a generar dificultades para poder visibilizar la ayuda que se está brindando.
La Austeridad ha sido otra de las políticas implementadas por el Gobierno y que más problemas y críticas le ha generado, basta recordar el caso de CONACYT y el de las guarderías como ejemplo. Pero, en otro hecho más, se han reducido los gastos en diferentes niveles, obras y dependencias que no se habían visto en gobiernos anteriores, caracterizados principalmente por su derroche y despilfarro, gastos innecesarios, que incluían pagar pasajes y comidas de personas cercanas que los acompañaban a viajes a diferentes partes del mundo, y solicitud constante de préstamos.
Ha habido también una política de recuperar y enarbolar la cultura e identidad indígena, como en muchos países de Latinoamérica, lo que implicó entrar en conflicto con España, cambiar el nombre a diferentes lugares históricos y celebraciones y, para variar, recibiendo críticas de aquellos que, imagino, encuentran o consideran sus orígenes en otro continente.
Ha sido también época de confrontamiento directo con aquellos que calumnian, mienten o tienen otros datos, sin importar que sean políticos o figuras públicas del medio artístico o de noticieros, así como ha habido señalamientos directos contra personas que han incurrido en actos de corrupción en otros sexenios
Es 1 de septiembre y es día de informe de resultados presidenciales, por tanto, día de aplausos y cuestionamientos. Lejos de defender políticamente al presidente, considero que los puntos aquí señalados son elementos que deberían ser filosofías y políticas educativas y de las cuales nos han dado ejemplo a través de hechos. Así, educar a través de hechos y no palabras, poner primero a los pobres desde una postura ética, ceñirse a una política de austeridad en la que las dependencias educativas no gasten innecesariamente en burocracia y sí con sentido, fomentar la identidad y orgullo por la cultura indígena y finalmente, con hechos, permitir a cada docente confrontar a los detractores de las metas y logros conseguidos, no suenan mal como proyecto educativo estatal o nacional. Podemos considerarlo ¿no?

*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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