¿Hacia dónde nos quiere llevar la Nueva Escuela Mexicana?

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Este lunes 12 de agosto los cerca de 900 mil docentes de los niveles de preescolar, primaria y secundaria en las tres modalidades de educación especial, indígena y física se presentaron a sus respectivas escuelas para tomar el curso de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) y para el caso de los docentes de Jalisco el proyecto ReCrea.
Es correcto la forma de cómo se pregunta en el documento inicial de la NEM, ¿a qué tipo de mexicano aspiramos formas?, ¿y cuál es el papel de la escuela pública para lograrlo?
Me parece que la NEM comienza a aclarar su camino y su ruta pedagógica en cuanto al reconocimiento y respeto de las diversidades socioculturales a partir de un esquema de profunda labor y respeto, con la finalidad de garantizar todo tipo de inclusiones, la atención educativa a los desposeídos, los más necesitados y brindar el mayor apoyo posible en la atención de personas, grupos y sectores con NEE.
Si bien, el nombre de Nueva Escuela Mexicana no es el más afortunado, ya que el adjetivo de Nueva puede pensarse en contraposición a la vieja escuela mexicana, ¿y cuál es la vieja escuela?, la del siglo pasado, la del sexenio pasado, la de hace unas cuantas semanas, etcétera.
Lo cierto es que la NEM representa el proyecto estratégico de la Cuarta Transformación (4T) en el sector educativo, sus finalidades van engarzando política con ideología, el discurso pedagógico apenas comienza a aparecer y su principal rasgo es el de la inclusión, la justicia y el respeto a las diversidades.
¿Hacia dónde nos lleva –o nos pretende llevar– la NEM?, aún no están claramente pintadas las intencionalidades, a éstas se les distingue más bien en el discurso implícito y lo simbólico de diversas alianzas, acuerdos y pronunciamientos.
La NEM, paradójicamente es un proyecto político con implicaciones pedagógicas y no un proyecto pedagógico con implicaciones políticas. Esta subordinación de lo educativo a los vaivenes de la racionalidad política no es un asunto ni casual, ni banal, se asocia con las secuelas que dejó el peñismo, al politizar gran parte del sistema educativo.
Otro elemento favorable es el respeto a las opiniones y posturas ideológicas de las y los docentes, además el secretario de educación se ha dirigido directamente a los maestros a través de mensajes en video. Si bien esto se puede pensar también como una especie de populismo pedagógico, también tiene la parte buena al pensar que el titular de la SEP de manera directa se dirige a cada docente para invitarlo a dar su mejor esfuerzo en el ciclo escolar que está por iniciar.
Ante la pregunta general de ¿hacia dónde nos quiere llevar la NEM?, sigue siendo una interrogante sin respuesta, aún hace falta esa distinción o ese toque fino que demuestre que estamos ante una realmente nueva escuela y, sobre todo, que en los contenidos y en los procedimientos han sido capaces de desmarcarse de los fantasmas del peñismo, del SNTE e incluso de su propia historia ligada a los intereses empresariales de la que surgieron.
La llamada NEM tiene una oportunidad de oro, para demostrar que su propuesta contiene en educación lo que el pueblo de México, los niños, niñas y jóvenes están necesitando en este momento y hacia su futuro.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. mipreynoso@yahoo.com.mx

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