Formación en TIC, ¿debilidad docente o falla administrativa?

 en Benita Camacho Buenrostro

Benita Camacho Buenrostro*

Al inicio del siglo XXI, las bondades del uso de las tecnologías con fines educativos es ampliamente aceptado por todos los sectores involucrados en la formación de los ciudadanos del ahora y del mañana. Las principales discusiones académicas no se generan en torno a su existencia en nuestras vidas, sino básicamente a la falta de acceso a ellas por amplios sectores de la población, principalmente niños, jóvenes y maestros que asisten a escuelas en las que la tecnología y la conectividad siguen siendo una realidad en el discurso y una promesa en la realidad.
Actor fundamental en la tarea de educar a las nuevas generaciones, el profesor debe contar entre sus herramientas básicas con el dominio de las tecnologías que le permitan apoyar, enriquecer y potenciar su trabajo en el aula. Si bien, la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ) ha realizado desde hace años acciones de formación específicas, para fortalecer los procesos de enseñanza en el aula y potenciar los aprendizajes de los estudiantes, la falta de sistematización, continuidad y evaluación de las mismas ha generado que, al menos, la mitad de los profesores de educación básica (del sector público) sigan a la espera de que se cumpla el compromiso de la autoridad educativa de brindarles los medios y recursos para su formación en esta materia. La SEJ debe dar continuidad a proyectos ya iniciados, para ello baste citar un ejemplo: como parte de las estrategias de formación para docentes en servicio, en el área de tecnologías, se elaboró y aplicó una encuesta diagnóstica del denominado Proyecto Modelo Jalisco de Tecnología en el Aula en 2011, con el objetivo de conocer el nivel de dominio del personal docente y directivo en relación con la utilización de las herramientas tecnológicas que pueden apoyar sus actividades. El instrumento se aplicó, por primera vez, al universo de participantes del curso básico de ese año: 55,700 maestros.
La aplicación del instrumento permitió obtener información puntual sobre los siguientes aspectos: nivel en que laboran docentes y directivos, función, antigüedad, asignatura(s), manejo de programas, uso de internet, entornos virtuales de aprendizaje, conocimiento y uso de herramientas web, uso de plataformas de educación en línea y finalmente formación reciente en TIC.
Entre los contundentes resultados de la encuesta se constató que aproximadamente el 50% de los maestros en servicio tienen un manejo muy limitado de las Tecnologías para la Información y la Comunicación. Sobre ello volveré en un próximo artículo.

*Profesora-investigadora del Sistema Virtual de la Universidad de Guadalajara. bcamacho@cencar.udg.mx

Comentarios
  • Martina del Carmen Bárcenas Castellanos

    Si en educación básica (sector público) existen un manejo limitado de las TIC. ¿Qué sucede en el sector privado?.

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