Feliz cumple

 en Jorge Valencia

Jorge Valencia*

En su cumpleaños 207, México parece resistirse a la mayoría de edad. Tal vez le falten otros 100 años para valerse por sí mismo. Seguimos sin resolver las necesidades básicas de quienes vivimos en este país. Los gobernantes no nos representan. Las políticas públicas favorecen a la minoría. La libertad es un pretexto para someter, engañar, polarizar a una sociedad sin garantías.
La inseguridad es tratada por quienes se encargan de evitarla como un sino cuya solución parece inalcanzable. La gerencia gubernamental se esfuerza más en retorcer las estadísticas para justificarse que en evitar los crímenes que se cometen con impunidad escandalosa. Somos Caperucitas sin final feliz en un bosque atiborrado de lobos feroces.
La situación económica no resulta halagüeña. Los salarios no se regeneran en la misma proporción con que la inflación los lesiona. Cada vez ganamos menos. Aunque no parezca beneficiarnos, la aportación tributaria no admite concesiones.
Entre tanto, los partidos se despedazan con problemáticas cuya solución no depende de unos cuantos. Se terminaron los consensos. La postura política más contundente es el desinterés. Sólo votarán los jóvenes y los que prevean un beneficio personal, a costa del bien común, por apoyar a quienes ganen en las urnas. Nuestra democracia es imperfecta y se nutre de la ignorancia y la persuasión a través de los recursos mediáticos. El más simpático será presidente. Volverá a tener una deuda con sus electores, gane quien gane.
En un contexto así, El Grito es una catarsis. Un acto de fe sin fundamentos. La mexicanidad es una disposición natural para el maltrato, un acto de resignación. Estoicismo fortuito, aquí nos tocó nacer… Qué le vamos a hacer.
Si la modernidad se inauguró con las revoluciones liberales de las colonias americanas, México sigue sumido en un limbo patriótico donde ya ni siquiera caben las discusiones. Al menos, el siglo XIX planteó la igualdad de los hombres. El siglo XXI ya no abre esos debates. La injusticia es nuestro mal endémico. Sólo un milagro podrá ofrecernos una solución.
Para los gobernantes, ese milagro se llama Educación. Suponen que la normativa sin acuerdos cambiará las cosas. Desde la cárcel, Elba Esther demuestra que la corrupción es imposible de erradicar. El fantasma de Fidel Velázquez sigue presente sin asustar a nadie. A veces hasta genera nostalgia. Ni siquiera los discursos ofrecen ideales. Nadie detenta la hegemonía. Somos un barco a la deriva. La única continuidad histórica son los balazos. Y un grito en medio del mar. Feliz cumple…

*Director académico del Colegio SuBiré. jvalenci@subire.mx

Comentarios
  • Nicandro Tavares Córdova

    ¡ MUY BIEN, JORGE ALBERTO VALENCIA!

  • Verónica Vázquez-Escalante

    Pues si, feliz cumple…Definitivamente, crecer duele. Ojalá el crecimiento, los cambios y todas las verdades que vemos y vivimos, sean procesos de madurez y lleven a que todo sea para bien. Felicidades por su artículo Maestro Jorge

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