Estructura

 en Rodolfo Morán Quiroz

Luis Rodolfo Morán Quiroz*

Sujeto, verbo y complemento. Cimientos, pilares y azotea. Presidentes, jefes y subordinados. Tomos, capítulos, apartados e incisos. Carne y hueso y un pedazo de pescuezo. Primer y segundo tiempos. Menú. Introducción, desarrollo y conclusiones. Muchas de las expresiones y actividades de nuestras vidas están pensadas en términos de categorías, jerarquías y secuencias. Que dan orden y hacen comprensibles para los demás las acciones de otros. Compuestas por elementos que se convierten en partes de conjuntos y sistemas más complejos. Como me explicó una educadora horas antes de redactar este mensaje: hay una relación entre las actividades que hacemos en la vida con los mecanismos de los relojes. Si las piezas no están colocadas adecuadamente, entonces no funcionan, ni los relojes, ni la comprensión de nuestra propia vida.
Es sintomático el mensaje de la película de Dr. Strange que en algunas escenas el mundo se desintegre y recomponga en diferentes coordenadas de tiempo y espacio. La imagen de la deconstrucción de las ciudades y cómo las paredes sirven para pararse en ellas y distintos juegos de espejos hacen más complejas las luchas y coreografías que realizan los actuales y antiguos aliados en búsquedas y proyectos. Esa “desestructuración” o deconstrucción genera interpretaciones y realidades muy distintas en las vidas de los personajes de esa película. Esas imágenes bien podrían servir para ayudarnos a entender lo que pueden ser nuestras vidas cuando se resquebrajan las estructuras en las que solemos movernos.
Redactar frases que no sigan las estructuras convencionales de determinado idioma deriva en incomprensión. Frases en las que falta algún elemento nos hacen preguntarnos acerca de quién o qué hace qué y en qué circunstancias. Los razonamientos incompletos, en los que hace falta alguna premisa o no se relaciona con la estructura de la exposición, nos causan confusión y nos hacen plantearnos preguntas para atraer los elementos faltantes. De igual modo, la estructura en las actividades cotidianas y en los proyectos de vida resulta importante porque nos permite identificar no solo qué se hace a determinadas horas y lugares, sino comprender nuestros propios procesos de desarrollo y de aprendizaje.
Las estructuras suelen estar asociadas con límites y posibilidades. Llega un momento o una época de nuestras vidas en que nos parecen naturales determinadas estructuras encarnadas en horarios, rutinas, espacios, actividades, secuencias de acciones. En las escuelas contamos con estructuras como auditorios, aulas, canchas deportivas, puertas, ventanas, sillas, mesas, asociadas con la distribución de roles y de horas de realización. La hora de entrada es a tal hora. La hora de salida es a tal hora. Cada asignatura dura determinada cantidad de minutos y las reuniones para tratarla se realizan a determinados espacios en horarios y calendarios específicos. Así, los términos “desde” y “hasta” nos remiten a límites espaciales y temporales. Desde dónde y desde cuándo determinada actividad se extiende hasta sus confines en espacio y tiempo.
Con esta pandemia, hemos notado que las horas de vigilia de los miembros de la familia se han alterado: según un estudio del que informó recientemente Víctor Ponce Grima, cerca del 80% de los estudiantes declara que han cambiado sus horarios y ciclos de vigilia/sueño desde el inicio de la pandemia. Los horarios y espacios para dormir, para levantarse, comer, trabajar, estudiar, se han trastornado y las estructuras de nuestras vidas se han resentido. Hemos visto cómo muchas personas comen más y más veces, sin un horario para estar cerca de las fuentes de comestibles, pues ahora el espacio de las actividades escolares y laborales se traslapa con el espacio de descanso y recreación. Ante esta re-estructuración: ¿cuánta confusión se ha generado en los proyectos y aspiraciones de docentes, estudiantes, administradores y miembros de las familias? La respuesta corta es que las alteraciones han sido considerables. Habría que pensar cómo esta re-estructuración es una oportunidad y un reto para dar sentido a nuestras actividades de enseñanza y aprendizaje. En ésta o en otras crisis que se presentarán en nuestros años de vida.

*Doctor en ciencias sociales. Universidad de Guadalajara. rmoranq@gmail.com

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