Esos breves años de una vida prolongada

 en Rodolfo Morán Quiroz

Luis Rodolfo Morán Quiroz*

Decía una tía, al cumplir los sesenta años: “y pensar que cuando tu abuela llegó a esta edad yo ya la veía como una anciana. Y yo me siento todavía tan joven”. En más de un sentido, esa generación por encima de la mía comenzó a gozar las mieles de una vida prolongada, que en mi generación y en las siguientes se ha convertido no sólo en lustros sino en décadas enteras de sobrevida en comparación con la generación de mi abuela. Es un hecho que, incluso en los países en desarrollo, la población está envejeciendo y la pirámide poblacional ya no se constituye con una amplia base de jóvenes. En algunos países, en especial en los desarrollados, se enfrentan al problema de encontrar trabajadores jóvenes que cubran no sólo los puestos de trabajo de aquellos que se retiran a vivir de su jubilación, sino que sean capaces de aportar económicamente para que el sistema sostenga al creciente número y proporción de jubilados de edades avanzadas.
Una estudiante de primer semestre de la licenciatura en sociología planteaba recientemente en un ensayo de un curso si los 17, 18 o 19 años no sería una edad muy inmadura para escoger una profesión. En contraste, algunas personas de más de 60 años, recuerdan que, hace unas décadas, terminar la primaria era ya alcanzar un grado avanzado de estudios y que con ese certificado era posible colocarse en el mercado de trabajo; en una época en que la población tenía esperanza de vida en años mucho más breve que la actual.
Esta época nos permite ver a personas juveniles de 75 años, activas y productivas, cuando hace unas décadas llegar a esa edad era sinónimo de haber alcanzado el límite de sus aspiraciones vitales. Igualmente, nos permite ver la posibilidad de una juventud que se prolonga en una mayor dependencia respecto a los padres y los jóvenes de esta época siguen viviendo en casa de sus padres o a costa de ellos aun fuera del hogar, con empleos precarios a una edad en que sus abuelos y probablemente sus padres ya tenían empleos fijos, pareja e incluso habían avanzado en la cantidad de descendientes.
De tal forma, los años que van desde el ingreso a la secundaria hasta egresar del bachillerato (educación media básica y superior) se han convertido en unan proporción menor de la esperanza de vida de los actuales estudiantes y en un periodo que permite (e incluso obliga) una mayor espera antes de integrarse en un empleo fijo y en la formación de una familia. La pregunta de la estudiante de sociología, citada arriba, cobra vigencia en el sentido de que para muchos jóvenes la posibilidad de conseguir empleo se ha tornado precaria en comparación con generaciones previas y la definición de una vocación en una época de grandes cambios en los mercados laborales debe abrirse a la posibilidad de diversificar las especializaciones y nichos de empleo a los que podrán acceder los jóvenes que actualmente se encuentran en el rango de edad de la educación media. ¿Qué pueden definir acerca de su futuro estos jóvenes que comienzan a decidir en qué ocuparán sus años de empleo activo? ¿De qué manera enfrentarán un mercado de trabajo en el que deberán estar activos más años que las generaciones previas? ¿De qué manera las decisiones de esta época de su vida podrán ser benéficas para su realización profesional y, de paso, para su satisfacción personal, familiar, laboral? Desde el punto de vista institucional, no sólo hay que plantear qué harán los actuales estudiantes de licenciatura, sino aquellos que vienen detrás de ellos, con muchas habilidades y conocimientos y una mayor esperanza de vida en comparación con quienes actualmente dirigen y ocupan el mercado laboral.

*Doctor en Ciencias Sociales. Profesor del Departamento de Sociología del CUCSH de la UdeG. rmoranq@gmail.com

Comentarios
  • MANOLO

    ¿mayor esperanza de vida? Es probable que por los cambios en los estilos de vida de la generación joven entre siglos: comida industrializada, sedentarismo, y angustia prolongada, su probabilidad de vivir más años que las generaciones anteriores no sean más altas. Enfermedades crónico degenerativas, obesidad, diabetes y algunos tipos de cancer se presentan en poblaciones jóvenes. Así las cosas, si no hay tranformaciones radicales en las generaciones jóvenes, encontrar el amor en su corazón y en la vida profesional, liberarse de apegos y de prácticas poco saludables, nuestro futuro como nación está comprometida, a pesar o más bien a causa de los discurso del candidato Meade sacados de libros de autoayuda.

  • Marco Romo

    “El lenguaje que se maneja en la SHCP, envuelto plenamente en la magia, solo es accesible a los ya iniciados. Celosos y misteriosos, los funcionarios de Hacienda constituyen un grupo cerrado, compacto y convencido de que solo ellos y los que vienen del Banco de México, pueden acceder a los puestos de dirección (como se diría en los pasillos – a la manera de la curia en el Vaticano). Difícilmente se tiene acceso, desde fuera, a Hacienda. Saben (y lo sabe todo el mundo) que sus decisiones son trascendentales”. Pag. 14 último párrafo.
    “Hacienda estima y fija cada año, por medio del presupuesto público, los principales precios relativos a partir de los cuales los agentes económicos cotidianamente toman decisiones en México: a).- el precio del capital (la tasa de interés), b).- el precio de la mano de obra (salario mínimo), c).- el precio de las divisas (el tipo de cambio), d).- el precio del petróleo, y otras muchas más”… Pag. 15 primer párrafo.
    Carlos Tello Macías, GRANDES PROBLEMAS DE MEXICO, México: las finanzas públicas en los años neoliberales, 2015.
    En este libro y otros que nos describe el autor podrán ver la TERRIBLE SIMULACION GUBERNAMENTAL y entenderán los cambios que sean dado desde Miguel de la Madrid hasta la fecha – De Nacionalismo al Neoliberalismo.

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