Entre encuentros y desencuentros. El nuevo escenario educativo

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

La educación es una forma de abrazarse al mundo, el aprender a caminar encontrándole sentido al rumbo que uno camina. Bajo esta perspectiva, en los últimos años asistimos ante una especie de saturación de la información. Los sujetos que se forman que asisten puntuales y dispuestos a las aulas de la escuela pública, lo hacen esperando encontrar respuestas a las preguntas que tienen que ver con su vida o que desde mucho tiempo atrás nos hemos planteado.
La saturación de la información no sólo está en los libros, en los medios o en las redes, también está en los propios sujetos al hacerse sentir para sí una especie de hastío, de sentir el recipiente lleno y que ya no le cabe más.
Todos los campos del conocimiento tienen ya una serie de aportaciones al conocimiento científico, todas ellas valiosas, que sirven para encontrarle explicaciones, respuestas y fundamentos a las dudas del presente. En todo ello, los sujetos jóvenes deben recorrer un largo horizonte que ya fue recorrido por otros sujetos. Ante los riesgos de equivocarse y de no encontrar las verdades que se necesitan, de esta manera los sujetos evaden o se rinden muy temprano, invirtiendo muy pocos esfuerzos para aprender lo que se necesita.
Los dispositivos de formación y atención educativa están cambiando en los últimos años, de priorizar el control y la adaptación a lo establecido, dichos dispositivos han migrado a formas diferentes de atención educativa al reconocer la complejidad de los sujetos, de los contextos y de las diversidades socioculturales en la que éstos se desenvuelven.
Las chicas y chicos que en estos momentos están en procesos de formación inicial en las distintas escuelas Normales, Unidades de la UPN, escuelas de Magisterio, etcétera; muy pronto tendrán en sus manos el compromiso de formar a los sujetos de las nuevas generaciones, nativos digitales, sujetos de la generación alfa, cuyo formato generacional es muy diferente al que vivieron los sujetos que los formarán. De esta manera asistimos a un escenario inédito en donde la discusión curricular queda muy por debajo de las necesidades reales de los sujetos.
El vínculo o la dialéctica entre el encuentro y el desencuentro pedagógico da cuenta de rupturas, escisiones, resistencias, etcétera. Y en todo ello tenemos como constante que las y los educadores del presente no están dispuestos a arribar a un estadio que coloca en el corazón de su trayectoria formativa el asunto de las diversidades, las nuevas normalidades y las rupturas con relación a esquemas o modelos que vienen del pasado.
Educar hoy en día con relación a los nuevos y los viejos docentes se traduce en una disyuntiva de fondo: a) contribuyes a generar una línea de continuidad educativa o b) generas rupturas de fondo a partir de contribuir a nuevas de desarrollo y de convivencia social.
Los esquemas están ahí, para que cada quien se coloqué en el escenario que mejor convenga a sus intereses.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

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