Endogamia educativa

 en Carlos Arturo

Carlos Arturo Espadas Interián*

Abrir los ojos cuesta trabajo, ver la luz aún más, pero tomar conciencia del aislamiento propiciado por aperturas hacia adentro –frase última que pudiera parecer ilógica–, representa el peor de los riesgos, no únicamente dentro del sistema educativo, también en muchos ámbitos de la vida organizacional de las sociedades humanas.
Los sistemas educativos funcionan la mayoría de las veces, como redes internas que interactúan hacia sí desde sus visiones, referentes, parámetros y pocos son los aspectos que se abren para ser trabajados desde fuera.
Si la teoría de sistemas representa un referente confiable, tenemos que es sano trabajar en el fortalecimiento hacia el interior de los sistemas pero, lo es más vincular el sistema con otros sistemas, en su conjunto y no únicamente por medio de esfuerzos aislados, para establecer relaciones en igualdad de fuerzas, recursos y capacidad creativa humano-institucional que permita trascender a cada sistema y con ello lograr un enriquecimiento real.
Lamentablemente en muchas ocasiones, las alucinaciones se filtran al interior de los sistemas para construir “castillos en el aire”, que consuelan de forma ficticia a quienes no alcanzan a ver las limitantes que representan inercias institucionales que se acarrean incluso de cientos de años atrás.
Sucede en básica, por ejemplo, en donde el sistema no tiene parámetros de referencia para propiciar entornos de convivencia, socialización y trabajo colaborativo con otro sistema de educación básica, simplemente porque en algunos países como el nuestro, no hay más que un sistema de educación básica.
Las únicas posibilidades de parámetros de referencia se encuentran en procesos de calificación –que no evaluación–, como la prueba PISA, que no permite un trabajo colaborativo entre sistemas, sino resulta de relacionarse con un organismo calificador que determina las características del sistema desde sus parámetros, en ausencia con el trabajo entre iguales.
Se pueden citar otros ejemplos, sin embargo, sea suficiente con sentar sobre la mesa la inquietud para que cada integrante de un sistema, subsistema, red, escuela y demás configuraciones, repiense si realmente existe trabajo de apertura que enriquece el sistema donde se encuentra o si actúa bajo una ilusión y, por ello, sea necesario dar el siguiente paso: abrirse al mundo.
Es innegable que, en una época de mundialización, aún existen inercias que mantienen al margen a infinidad de personas e instituciones educativas que no forman parte de los circuitos de poder o favorecidos por situaciones que son realmente producto de causas históricas. A propósito, faltaría hablar, entre otros aspectos, de: a) las centralizaciones y exclusión de actores y componentes del propio sistema, que únicamente se activan en beneficio del centro y; b) la quietud de los actores en actitudes pasivas y visiones cortas que benefician a lógicas excluyentes y anquilosadas.

*Profesor–investigador de la Universidad Pedagógica Nacional Unidad 113 de León, Gto. cespadas1812@gmail.com

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