En SNTE ante el nuevo escenario político nacional

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

A lo largo de la historia, el SNTE siempre estuvo acostumbrado a tener una buena relación con los gobiernos sexenales, (tanto en el ámbito federal como en cada uno de los estados de la república), esta especie de simbiosis política generó que ambas partes se acoplaran con relativa facilidad al otro, es por ello que en el sexenio de Felipe Calderón y debido a una visión oportunista por parte del panismo, al SNTE se le terminó de dar prácticamente el poder absoluto y las mayores decisiones, sobre todo, en lo que respecta al magisterio y a la educación básica. Desde su creación, el SNTE al lado de la SEP, tuvieron una sólida alianza pensada en mantener el control del magisterio y evitar descontentos al proyecto educativo nacional en turno. Los gobiernos sexenales, sobre todo, a partir del espacio de la presidencia de la república imponían la visión de las cosas, es por ello que Elba Esther Gordillo se acopló muy bien al gobierno y a la propuesta de modernización de Carlos Salinas o Carlos Jonguitud que hizo lo mismo en el gobierno de Luis Echeverría y los posteriores. Pero todo ello ha terminado.
Hoy, a partir del gobierno de López Obrador, dicha regla de oro ha quedado cancelada. El gobierno de López Obrador no quiere intromisiones de ningún tipo hacia el SNTE, no así sus allegados que mantienen intereses puestos en uno o en otro grupo o dirigente. A partir de las nuevas reglas de participación/negociación, dentro de las cuales se brinda mayor autonomía a los sindicatos para que decidan desde adentro de su organización, se exige que se respete la voluntad de todos en la expresión real de mayoría y se propone que se cuide el equilibrio y la estabilidad de las partes en juego. De esta manera, las nuevas reglas de participación política han generado un turbulento rio revuelto que no se puede parar y muchos no logran entender el porqué de dicho caos y como dije en la entrega anterior, el SNTE no ha estado acostumbrado a este tipo de escenarios hoy inéditos.
Bajo este contexto, la CNTE con sus cuarenta años de existencia ha jugado un papel muy importante al servir como una verdadera alternativa ante los excesos de poder del propio SNTE. Si bien, la CNTE también debe reinventar su discurso y su propuesta de acción ante la sociedad y sobre todo romper el regionalismo y mirar ante todo el magisterio nacional con un proyecto alternativo, se suma como una fuerza más que disputará el poder político y sindical en el SNTE.
En este momento se reconoce que el SNTE no es una fuerza monolítica, cuando menos se reconocen cuatro grandes fuerzas en su interior:

a) El grupo y la propuesta que gira en torno a Elba Esther Gordillo. Después de 22 años de asumir un liderazgo dinámico, fue capaz de construir un gran capital sindical, coptó, incluso a personajes de la disidencia, se vinculó con los distintos presidentes con los que le tocó negociar, posicionó a su familia no sólo en la esfera sindical sino también en el campo político. Se debilidad ahora es el desgaste que tiene y la ausencia de consenso ante los grupos rivales.
b) El grupo de Juan Díaz de la Torre. Juan Díaz fue el cachorro de Elba Esther, un tipo pragmático e inteligente que supo aprovechar la coyuntura hasta llegar a lo más alto del sindicato, dicho proceso no fue bien visto por su mentora ni por los personajes que giran en torno a ella. La ambición desmedida y la perdida de perspectiva del ideario sindical hicieron que Juan Díaz tuviera que dejar el cargo, hoy debilitado y ausente de la disputa política aún existen personajes que siguen sus pasos.
c) El grupo de Alfonso Cepeda Salas. La gente del norte siempre ha estado al acecho del poder y hoy le tocó de rebote a un personaje con trayectoria dentro del SNTE institucional; que es hábil en las negociaciones y en sacar tajada de la nueva coyuntura. El manifiesto apoyo que de palabra está a favor del proyecto de López Obrador y en los hechos pretende construir una amplia red de lealtades con las viejas prácticas charriles en el SNTE.
d) El grupo del hijo de Carlos Longitud. Este personaje retoma y reclama el derecho que dejó su padre del control del SNTE, este grupo vive más en la nostalgia, aunque ha acumulado una serie de fuerzas a partir de la lealtad que le dan a su padre. Lo que busca este grupo, no es el poder absoluto, pero si ganar posiciones en la nueva coyuntura política.
e) Del otro lado está la CNTE. Con sus principios combativos y su beligerancia táctica. En la CNTE también no existe una postura única con respecto al nuevo escenario, la gran ventaja es que desde hace muchos años dicho movimiento se está acostumbrado al estilo democrático de consensar para decidir.

Para muchos analistas el escenario no se ha modificado en esencia, por lo tanto, con las viejas prácticas se puede salir adelante, para otros, estamos realmente ante cambios estructurales, la propuesta de la Cuarta Transformación vendrá acompañada de cambios educativos y sindicales para el país de forma novedosa.
Por lo pronto, los grupos sindicales tratan de entender de la mejor manera la coyuntura para intentar tomar decisiones acertadas y no quedar desplazados de los cambios que están por venir. El relevo sindical de todas las instancias de gobierno en el seno del SNTE deberán elegirse democráticamente a través del voto y de la voluntad de todos y todas las agremiadas, pronto veremos si esto es lo que faltaba para dar el gran salto o de nuevo se pondrán nuevas trampas para garantizar la continuidad de la antidemocracia del charrismo sindical en el SNTE.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. mipreynoso@yahoo.com.mx

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