Elección de directivos para la educación superior en Jalisco, la última puerta

 en Jaime Navarro Saras

Jaime Navarro Saras*

Para quien leyó la novela de Arturo Pérez-Reverte Gutiérrez, “El club Dumas”, o vio la película “La novena puerta” dirigida por Roman Polanski y basada en esta obra, la trama se centra en un coleccionista de libros interesado en localizar las últimas dos copias del libro “Las nueve puertas del reino de las sombras”, un buscador minucioso de libros y una hermosa chica, el texto hace referencia a las obras de Alejandro Dumas, principalmente Los tres mosqueteros y el Conde de Montecristo, cada escena está plagada de dificultades y coincidencias de la vida real con pasajes del libro, en medio de todo está la incertidumbre y los escalones para llegar al siguiente hallazgo, el final no solo es la consecución de la tarea asignada a Lucas Corso, el buscador de libros, sino la entrada a otra dimensión llena de magia y misterio, posiblemente el paraiso.
Quizás la elección de directivos para la educación superior (escuelas Normales, los CAM y el posgrado) en Educación Jalisco no se parezca a alguna escena de la novela de Pérez-Reverte, lo que si es similar son todos los requisitos (o escalones) que tuvieron que cumplir para llegar esta semana a la última fase donde el secretario de educación, Juan Carlos Flores Miramontes y equipo decidirán quiénes (de cada una de las ternas propuestas) serán los nuevos responsables de dirigir las 17 instituciones que fueron parte de la convocatoria.
Las instituciones de educación superior de Jalisco, al ser estructuras añejas, principalmente las escuelas Normales y los CAM, a saber, se cuenta con una escuela fundada hace 129 años, cuyo edificio data de 1958, las demás surgieron en la década de los 70 y 80 y, las más recientes, en los 90 del siglo pasado. Sin embargo, y a pesar de los años, siguen ligadas al pasado por decisión propia y porque las políticas de gobierno no las han dejado avanzar, sus decisiones están lejos (muy lejos) de la autonomía y la autogestión por donde han caminado las instituciones de educación superior universitarias.
Ser director de una institución de educación superior en Jalisco es solo un lapso efímero, ya que una vez terminada su gestión, quien termina el encargo tiene dos caminos viables: jubilarse o regresar a las funciones que tenían antes de asumir el cargo, si optan por lo primero será una manera digna de culminar su carrera de treinta o más años en el magisterio y cuya pensión será la más alta que podrán tener económicamente hablando, si optan por lo segundo y no tienen proyecto personal en la institución y, sobre todo, sino se ponen en modo colaborativo, solo serán una especie de piedra en el zapato para quien dirija la institución y siempre estarán en el poder tras el trono.
Cada que se llega a la elección de directivos, los cuestionamientos, las dudas y las peticiones para quienes deciden los perfiles son muy similares, ¿la decisión fue eminentemente académica?, ¿qué tanto pesó la fuerza de las secciones sindicales?, ¿qué relación guarda el directivo elegido y sus simpatías y participación política con el gobierno en turno y con las fuerzas que deciden la elección?, ¿se dividirán los puestos directivos de manera equitativa entre los grupos de poder?, ¿los elegidos cubren los mínimos requisitos para dirigir una institución como liderazgo, reconocimiento, aceptación de los compañeros, empatía y plan de trabajo viable?, ¿habrá continuidad con los proyectos o será un nuevo inicio y un ajuste de cuentas?, en fin.
Lo cierto es que el camino para llegar a esta semana no ha sido fácil para los participantes, algunos se quedaron en el camino por no cumplir con los mínimos requeridos o porque su perfil era inviable para una institución de esta naturaleza, sabemos lo que lo que sigue ya no está en sus manos, ya que su sueño y objetivos dependen de un grupo de personas y una dinámica de orden política, lo que si es cierto es que el nombramiento de directivo no se parecerá en nada a lo que está atrás de la novena puerta de la novela citada y, mucho menos, a lo que seguirá después; lo que es claro y evidente es que más de un aspirante prendió dos velitas, una a Dios y otra al diablo para ver cual pega y con ello lograr su cometido: ser director de una institución de educación superior en Jalisco, al tiempo.

*Editor de la Revista Educ@rnos. jaimenavs@hotmail.com

Comentarios
  • Rosalinda Arredondo Maciel

    Interesante descripción de la situación en la que habrán de designarse a los directivos d las IES de la SEJ. Se nota un profundo conocimiento de los usos y costumbres del ámbito educativo jalisciense y de la condición humana de sus autoridades. ¡Buen artículo! Gracias.

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