El resquebrajamiento de la esperanza junto al rescate de la esperanza

 en Andrea Ramírez

Andrea Ramírez Barajas*

Hace unos días asistí a un evento en torno al análisis de las propuestas e iniciativas educativas para los nuevos gobiernos en los ámbitos federal, estatal y municipales. Ahí pude escuchar que lo más importante para estos momentos de transición es conservar la esperanza y construir nuevas utopías. La educación es el único muro que no puede ni debe caerse y es el muro que contribuirá a que resista el resto de la construcción que la sociedad ha edificado.
No tengo un recuerdo muy puntual de las transacciones anteriores, pero lo que si me consta es que los dos gobernantes electos ( Andrés Manuel López Obrador y Enrique Alfaro Anguiano), que tomarán posesión el próximo diciembre, en estos pocos días de acercamiento al gran poder político ya llegan desgastados, sus discursos ya no son los mismos (y eso es obvio) que los pronunciados en campaña, también dicen y acuerdan una cosa y luego la desdicen y acuerdan otra. Me parece que los agentes que estamos en educación no debemos depender de la supuesta buena voluntad de los políticos (por muy populistas que estos puedan ser o parecer). La dinámica educativa se vive y se teje de manera diferente.
Las propuestas educativas tanto de Alfaro como de López Obrador, están llenas de profundas contradicciones, decir o declarar una cosa y hacer o ejecutar otra muy diferente es la peor de las incongruencias y eso desafortunadamente comienza a evidenciarse en de las dos figuras políticas que nos gobernarán durante los próximos seis años.
La utopía y a esperanza en educación se resquebraja cuando se funda en figuras que no cumplen con su promesas. Los agentes educativos no deben moverse sobre la base de esperar de los políticos y funcionarios cosas mejores. El gobierno de López Obrador será un gobierno moderado, tibio, de muchas promesas, pero, de poco cumplimento ¿por qué?, porque también no es fácil desmantelar un aparato anquilosado, cancerígeno, lleno de tantos vicios y corruptelas acumuladas.
La esperanza se recobra y se reconstruye depurando todo lo que estorba o lo que no sirve, el SNTE deberá transformarse y recuperar la fuerza de ser instrumento al servicio de los trabajadores, pero dejando fuera a la actual dirigencia nacional y la de ambas secciones estatales; las decisiones y las instancias colectivas y colegiadas del magisterio deberán ser el principal protagonista y deberá cambiar el complejo esquema prescriptivo. La educación deberá ser menos obligatoria y más propositiva.
La esperanza educativa requiere autonomía, superar inclusive las trabas burocráticas para poder caminar a partir de generar nuevos e inéditos márgenes de maniobra desde el magisterio. La Pedagogía de la esperanza tal como la apuntó Paulo Freire deberá ser la fuerza que nos mueva en este sexenio. Que no nos preocupe lo que hagan los políticos, que arriba los políticos sigan confrontándose por un poder político podrido, pero abajo los educadores debemos construir la ruta esperanzaradora de la educación del siglo XXI.

*Doctora en educación y consultora independiente. andrearamirez1970@hotmail.com

Comentarios
  • Marco Torres

    Buenas tardes:

    Dra. Andrea Ramírez

    Los foros de la educación son una simulación, porque los próximos Secretarios de la SEP y SEJ no han considerado las propuestas educativas de los investigadores y docentes en el área pedagógica, didactica y socioeducativa. Moctezuma no tiene el perfil para dirigir la SEP y desconoce las necesidades del profesor y educando en diversas regiones del país.

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