El proyecto de la SEJ a partir de 2019: continuidad sin rupturas

Andrea Ramírez Barajas*

Cada escenario nuevo genera grandes expectativas que en ocasiones rebasan a la propia imaginación, ante un gobierno nuevo, un nuevo sexenio y un nuevo titular de la SEJ, etcétera. Esto me pasó con la llegada del gobierno de Enrique Alfaro a la gubernatura del estado de Jalisco. La decepción es casi inmediata, sobre todo cuando una se da cuenta de que el método que utilizan para hacer práctico su estilo político de gobernar no muestra (en los hechos) diferencias significativas con los políticos del pasado. Estoy en la ciudad de Montevideo y desde aquí escribo viendo pasar a infinidad de caminantes en la rambla del Río de la Plata, en este verano caluroso con su mate y el termo eterno a un lado, un estilo clásico de los uruguayos.
Regreso a pensar sobre Jalisco, es sabido (por lo que ha sucedido) que en las áreas de educación se optó por la salida fácil, invitar a los cuates a ocupar los cargos principales de la estructura del sistema. Sorprende y mucho que se haya ratificado a la que fue responsable del Servicio Profesional Docente en Jalisco (SPD), un personaje más bien gris, con muchas ineficiencias y que más bien estuvo cuidando las corruptelas de su jefe anterior, el ex titular de la SEJ, (basta ver los comentarios reprobatorios en espacios como el Observatorio Docente de Twiteer) la pregunta obligada es, ¿por qué se le ratifica? Y la respuesta a modo de hipótesis es, debido a que existen negociaciones en los altos círculos políticos que dejan de lado principios partidistas, compromisos con la ciudadanía y hasta un elemental sentido de hacer bien las cosas. Enrique Alfaro ha amenazado que en Jalisco seguirá (a toda costa) la evaluación del desempeño de los docentes en servicio, las escuelas de tiempo completo y la evaluación de la eficiencia de escuelas de atención especial. Una directora de educación básica me decía con mucha autoridad, “que fácil se sabe que los que llegaron no conocen ni tantito el mundo y lo que pasa al interior de las escuelas”.
Este punto de desconocer la realidad de la vida en las escuelas es la principal falla en la que está incurriendo el gobierno entrante, han sido muy buenos para tomarse la foto, tener desayunos y comidas, realizar infinidad de eventos de fin de año si, pero el compromiso con las escuelas y con los docentes aún no aparece.
Es lamentable, de igual manera, que en educación el gobierno de Enrique Alfaro pretenda utilizar las pugnas que ha hecho evidentes con el gobierno federal para tratar de sacar provecho político de la fragilidad del sistema (pareciera ser que su empeño es construir una candidatura a la presidencia desde su rebeldía). Lo que se ve en el fondo de las pocas acciones que se han dejado ver hasta el momento es un clima de continuidad, hacer lo mismo que los anteriores y más que continuidad (que obedece a una racionalidad de seguir con un proyecto claramente definido) es continuismo, continuar algo sin sentido y sin conocimiento de la inercia que se sigue con ello.
Hasta este momento no es posible ver distinciones de un proyecto claro que servirá de alternativa de lo hecho con antelación. ¿Qué podríamos esperar?, al gobierno de Enrique Alfaro en educación le hace falta escuchar otras voces, incluir otras miradas en sus planteamientos de gobierno, tal vez organizar algunos Foros de consulta (de a de veras), escuchar a los docentes (no a sus representantes sindicales), escuchar a los académicos e investigadores de las universidades especializados en algunos campos del conocimiento educativo y, por último, incluso escuchar a los periodistas que atiendan las notas vinculadas con la educación. Una mirada de gobierno se hace más potente a partir de incluir muchas miradas sociales y, en ello, parece que tampoco les interesa hacerlo al gobierno entrante.

*Doctora en educación y consultora independiente. andrearamirez1970@hotmail.com