El proceso de unificación del posgrado en educación en el marco de la SEJ: algunas propuestas

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Parece que el proceso sigue su curso natural de unificar la oferta de las instituciones incorporadas al posgrado de la SEJ (ISIDM, CIPS y MEIPE) como se les conoce. Sin embargo, cabe decir que el problema no se reduce a los asuntos operativos, es decir, no se trata de unificar lo que en su naturaleza ya es unificable, hay otras cosas, otros temas por atender. Lo que se pone en juego, por ejemplo, son asuntos como: cuál es la oferta académica que se ofrecerá y a quiénes se les ofrecerá, en el entendido de que la galopante ofensiva por evaluar el desempeño docente, ha devaluado y ha sustituido el interés por cursar estudios prolongados y que muchos docentes prefieren un curso corto “que dé puntos y que ayude a pasar el examen”, por encima de estudiar un programa de maestría que dura de dos o más años o un doctorado que va más allá de los tres años. Y el otro problema es el de la estructura y la legitimidad de la nueva institución por crearse, por ejemplo, quién estará al frente de la nueva institución, cuál será su sede definitiva, bajo qué normatividad se regirá etcétera. De entrada se antoja pensar de que la persona que la encabece (que la dirija) sea alguien que tenga el grado máximo en el mismo posgrado (estudios de doctorado), que incluso haya hecho una estancia postdoctoral a nivel nacional o en el extranjero y que conozca la gestión y la administración de este tipo de instituciones.
Así las cosas, –como dicen los educadores sociales del sur del continente- es necesario pasar de los problemas a las propuestas, en este sentido hago tres propuestas con la intención de contribuir a un debate iniciado desde hace algunos meses y lo hago bajo una racionalidad totalmente propositiva.
PRIMER PROPUESTA. Poner el asunto académico por encima de todas las demás intencionalidades. Ello implica tener un programa serio de desarrollo, que diversifique las nuevas propuestas del posgrado, en paralelo deberán crearse equipos de diseño y evaluación curricular para diseñar nuevos programas académicos. La nueva oferta académica del posgrado deberá sujetarse a tres criterios básicos: flexibilidad curricular, la utilización de las plataformas de entorno virtual y hacia la especialización de campos específicos del conocimiento que garanticen un esquema profesionalizante de los nuevos usuarios con claridad en lo que se están formando. Para ello se justifica el fortalecer la investigación y la gestión a partir de la creación de convenios en el ámbito nacional e internacional para la realización de estancias e intercambios académicos y estudios del impacto en la operación de los propios programas.
SEGUNDA PROPUESTA. Tener un esquema de desarrollo basado en la producción académica hacia la mejora, incorporar a los usuarios y a los programas en movimiento de escuelas eficaces o escuelas exitosas, mirar la calidad educativa como un medio y no como el fin en sí mismo. Para ello se requiere crear una estructura académica que le dé dinamismo y agilidad a la nueva institución y que no repita los vicios de enquistamiento de grupúsculos políticas en su seno y que se dieron en el pasado. Aquí es importante que esta instancia no se reduzca a una visión endogámica sino que dialogue con instituciones afines como es el caso de la UPN y de otras instancias.
TERCERA PROPUESTA. Es importante que se cuide el asunto de la normatividad de la nueva institución y que se cuide también la estructura de gobierno de la misma. Crear espacios académicos colegiados, (áreas, departamentos, academias, etcétera), que garanticen un flujo de producción académica en beneficio de los usuarios. La dirección deberá ser una instancia que quede mandatada por el colectivo y no al revés, con un líder académico que facilite y agilice los procesos, solo así se puede pensar en la creación de un institución que se comprometa a mejorar lo que se hizo en el pasado.
Desconozco los tiempos y la dinámica de trabajo que tiene este nuevo organismo en gestación, incluso desconozco también a las personas que están animando el proceso de trabajo, pero lo que sí puedo asegurar es que el posgrado en Jalisco tiene una oportunidad de oro para trascender lo que se hizo en otro tiempo y posicionarse de la mejor manera entre las instituciones de posgrado que ofrecen programas académicos de la mejor calidad.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la Unidad 141 de la UPN Guadalajara. mipreynoso@yahoo.com.mx