El debate educativo con ausencia de debate

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Asistí en una ocasión a un Congreso Seccional del SNTE en la Sección 16 y lo que ahí entendí es que a la organización sindical, lo que menos le importa es el debate educativo.
Por otro lado, me doy cuenta que hace un par de días se acaban de aprobar las Leyes Secundarias del Artículo 3° y de la Nueva Ley de Educación, las cuales le dan sentido y continuidad a la nueva reforma educativa, dichas aprobaciones fueron acordados, sin debate o con ausencia de debate.
El debate educativo o el debate en educación es necesario en todo momento, la educación vive y se nutre a partir de debatir. Un debate es colocar en el centro del diálogo ideas propias y saber defenderlas con argumentos, es una confrontación de posiciones argumentadas las cuales se enuncian y se dirigen con cierto sentido y que chocan o se confrontan con otras ideas y posiciones que se dirigen en sentido contrario.
Un debate es una guerra ideológica y la educación tiene mucho de ideología como la ideología tiene mucho de educación. Aquí caben algunas preguntas: ¿por qué actualmente no hay debate en educación?, ¿quién le teme a los debates educativos?, ¿son necesarios los debates en educación o son ejercicios infructuosos que no nos garantizan poder arribar a nuevos estadios pedagógicos o institucionales?
Normalmente los que evaden los debates en educación es porque no están muy seguros de los argumentos que fundamentan su accionar político e institucional y, a cambio de intercambiar ideas, principios o fundamentos; pretender imponer su visión del mundo como la única forma de concebir y definir la realidad o algún segmento de ella.
Los debates giran en torno a la circulación de las ideas son éstos –o deben serlo– los principales protagonistas. Para decirlo en términos actuales, el peor escenario del debate pedagógico reside en la defensa a ultranza de los dogmatismos y los fundamentalismos que son formas de cegar la conciencia y teñir las ideas, de falsas ideas.
La aprobación de las leyes sin debatirlas a profundidad es una forma autoritaria de ejercer (y abusar) del poder, el debate también hace circular las ideas para arribar a un mejor estadio en torno a la misma educación. Ya tenemos leyes pero sin debate carecen de legitimidad y no tienen sentido con relación al espacio de los sujetos involucrados en el contenido de las mismas.
¿Aún es tiempo de generar un debate serio a pesar de que ya tenemos leyes aprobadas?, si, la educación requiere dinamizar la producción de ideas, las ideas deben circular, deben ir y deben volver, deben reposar y volver a agitarse. Si no debatimos en educación, entonces ¿por qué nos llamamos educadores y educadoras?, cuando la esencia de la educación es la circulación y el intercambio de ideas a partir de un diálogo informado, es decir, la capacidad de debatir con ideas propias y saber refutar (con profundo respeto y tolerancia) las ideas de los demás.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. mipreynoso@yahoo.com.mx

Comentarios
  • Gilberto Pindter

    El único debate que ve la 4T son los diputados federales de la CNTE

Escriba su búsqueda y presione ENTER para buscar