El caos inicial del ciclo escolar

 en Jaime Navarro Saras

Jaime Navarro Saras*

No cabe duda que una cosa son los discursos de las autoridades educativas, los cuales se caracterizan por ver el vaso medio lleno y de plasmar una realidad homogénea, plana, con exceso de optimismo y con poca o nula autocrítica, por otro lado, vemos un mundo demasiado heterogéneo, sobre todo cuando le escarbamos un poco a la realidad educativa y preguntamos aquí, allá y más allá con nuestros conocidos (docentes, estudiantes, padres y madres de familia, directivos, funcionarios, dirigentes sindicales, críticos, investigadores, etcétera) de cómo les esta yendo en el nuevo ciclo escolar.
Sería injusto generalizar que todo está mal en la realidad educativa jalisciense por uno, dos, tres o más casos que no han recibido el servicio educativo tal como se ha venido anunciando, pero también sería irresponsable no señalar que, hay casos donde los estudiantes no reciben los estímulos mínimos para desarrollar aprendizajes debido a que en su escuela no hay docentes asignados que los atiendan o, si los hay, éstos no logran conectarse con los alumnos por la razón que sea (falta de tecnología y conectividad, pocas iniciativas pedagógicas de educación a distancia o, simplemente, falta de voluntad).
Lo cierto, y sería difícil negarlo, es que en este abanico de posibilidades educativas y de atención a los alumnos, encontramos de todo, lo mismo experiencias gratísimas de docentes que hacen la diferencia y desarrollan auténticos ejemplos de amor a la profesión que realizan hasta lo imposible por estar en contacto con sus estudiantes, lo mismo se pintan de payasos, se caracterizan de diversos personajes de la ciencia y la historia para atender a sus alumnos, transforman sus hogares en maravillosas locaciones que ni los profesionales del ramo imaginaron, gastan sus recursos para ir físicamente a donde viven los estudiantes que carecen de lo mínimo para establecer conexión con la escuela, entre tantas cosas; pero también encontramos lo contrario, escuelas con personal incompleto, prácticas de supervisión de terror y fascismo, materiales y libros de texto que no llegan, docentes a los que se les adeudan salarios por parte de la autoridad educativa, que decir de confusión entre las órdenes de la SEP y la SEJ, por citar algunas prácticas y realidades.
Hace unos días Adriana Piedad García Herrera, citaba en esta misma página que era tiempo de ponernos creativos, en ello concuerdo porque es fundamental (para el logro de aprendizajes) las prácticas educativas que estimulen el gusto por la ciencia, la lectura o cualquier otra actividad que pretendan enseñar los docentes en las escuelas, sin embargo, y no menos importante es dar cuenta de todos los padres de familia que decidieron no continuar con la educación a distancia debido a que esta forma de hacer escuela no responde sus expectativas ni les soluciona sus necesidades porque las tres, cuatro o seis horas que la escuela atendía a sus hijos de manera presencial eran como una tanque de oxígeno para ellos y ahora más que nunca se dieron cuenta de la importancia que tiene la escuela como espacio físico y de la labor de las y los profesores en el día a día.
Qué decir de aquellos estudiantes que ingresaron a la escuela por primera vez en este ciclo escolar (tanto al preescolar o a primaria), para ellos si que es toda una sorpresa estar en una escuela donde no hay butacas, mesas, sillas, pizarrones o pintarrones, docentes y compañeros reales, todo es virtual y esa forma de hacer escuela así será el resto de su vida escolar, ya no será presencial del todo porque eso es parte del pasado.
Por otra parte y no menos importante, está la labor que están haciendo las escuelas privadas que con tal de no perder alumnos y de asegurar las colegiaturas le han apostado al trabajo presencial en casas de los alumnos, no en las escuelas porque allí sólo se admite de un solo alumno para asesoría y de alguna manera resulta cansado e improductivo, esta forma también hará diferencias entre los alumnos que tienen acceso a ello y los que no, esta modalidad es cuestión de recursos económicos y la mayoría los alumnos que asisten a las escuelas públicas carecen del recurso.
Habría que preguntarnos ¿qué sucederá realmente en las escuelas cuando pase el confinamiento y volvamos a las clases presenciales?, ¿acaso se adecuarán los espacios educativos para continuar con el trabajo virtual como complemento a las clases presenciales?, ¿se establecerá un programa de actualización y capacitación docente que incluya una pedagogía de la educación a distancia?, ¿tanto la SEP como la SEJ estarán en condiciones de proporcionar las facilidades de conectividad a través de plataformas eficientes y sin costo para alumnos, docentes y padres de familia?, en fin, por ahora como sea salimos adelante, cada quien como puede y como quiere, unos más que otros, lo cual se reflejará cuando se apliquen instrumentos de evaluación y diagnóstico para saber cómo vamos y si las cosas se están haciendo bien, al tiempo.

*Editor de la Revista Educ@rnos. jaimenavs@hotmail.com

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