El barrio: entre identidades y construcciones subjetivas
Marco Antonio González Villa*
Resulta una tarea interesante buscar el origen etimológico de la palabra barrio, porque encontraremos definiciones tales como exterior, del campo, salvaje, indómito, lugar en el que se concentran actividades como la prostitución y otras formas del mal vivir, entre otras, en donde lo común pareciera ser que es un lugar que se encuentra al margen o en la periferia de una ciudad. Podemos decir que es una clasificación geográfica, económica y política para ubicar a diferentes sectores de la población que, comúnmente suelen asociarse con condiciones de precariedad, necesidad y pobreza. Sin embargo, alejados de toda definición, para muchos el barrio tiene vida, late y configura diferentes formas de pensar, de vivir y relacionarse al interior y con los demás.
No hay una precisión histórica de cuando surgieron los barrios, sin embargo, es un hecho que a partir del siglo XX contamos con el apoyo de material audiovisual y escrito que lo describen y lo dotan de características particulares. Varias películas de Tin Tán, algunas de Pedro Infante y de la época de Oro del cine mexicano, así como Los olvidados de Buñuel, Los Caifanes o más reciente Lagunilla, mi barrio, el libro Chin chin el teporocho de Armando Ramírez, incluso una telenovela como Muchacha de barrio, o canciones de la Maldita Vecindad, el Haragán, El Tri, Sábado perpetuo de Enjambre y otros temas de diferentes representantes del rock urbano, reflejan una realidad en la que se lucha permanentemente contra la carencia, en donde los jóvenes cuentan con un apodo y deben insertarse al mundo laboral desde edades tempranas, al mismo tiempo que se relacionan con el alcohol y otras sustancias, teniendo a la calle como uno de sus escenarios principales de convivencia y en donde existen pocas posibilidades reales de poder ascender en la escala económica de un país por la vía legal; se carga con una etiqueta de fracasados, viciosos o sin futuro. El futbol y el box eran de las pocas posibilidades de éxito, ahí tenemos a Manuel Manzo, Cristóbal Ortega o el Piojo Herrera, saliendo del Torneo de los barrios, o al Ratón Macías, Carlos Zarate o Kid Azteca como pugilistas nacidos en el barrio bravo de Tepito, lugar de nacimiento, por cierto, de Cuauhtémoc Blanco.
Pero esta situación común y experiencias compartidas por muchos construyen una identidad y echan raíces de las que se sostienen y se aferran: se vive como un todo, con un vínculo fuerte que siempre está dispuesto a apoyar en una pelea, “el barrio me respalda”, dicen algunos. Ser del barrio integra cualidades como esfuerzo, lucha, valentía, bravura, arrojo, no sentir miedo… coraje. Ha logrado reconocimiento y ha sido motivo de estudio para muchos tesistas de diferentes disciplinas.
Pero, pese a la expectativa y las condiciones que se viven en su interior, hay muchas historias de personas que pudieron, con mucho esfuerzo, trascender sus posibilidades de logro y llegaron más allá de lo que se esperaba socialmente de ellos, del prejuicio, sin embargo, también en muchos de ellos se forjó ese arraigo que no se rompe y creó un lazo fuerte con su barrio: “uno se puede ir del barrio, pero el barrio nunca se va de uno” dice una de las máximas de la filosofía de la calle, por lo que se mantienen a los amigos y se transita por sus calles a lo largo de los años. El barrio, el barril para los cuates, que dota de recuerdos acompañados de sonrisas, pero también de experiencias y aprendizajes a los que en él vivieron. Es motivo de orgullo y muchos intentan ponerlo en alto, no olvidando sus orígenes en los logros personales. Aquí aprovecho para agradecer a Carlos González, César Hernández y Eduardo Nuñez por sus charlas, su experiencia en el tema y su ayuda y complicidad a la distancia en la elaboración de este texto: solamente quien ha vivido en un barrio entiende el valor, sentir y sentido que se le atribuye. ¿Me equivoco? No lo creo… ya saben quién me respalda.
*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx
Excelente reseña acerca de lo que representa el Barrio