Educarnos en el consumo de agua

 en S. Lizette Ramos de Robles

S. Lizette Ramos de Robles*

El agua es un elemento esencial para la supervivencia de todas las formas de vida en el planeta; los ecosistemas naturales interrelacionados a los sistemas humanos, no pueden subsistir sin ella. Actualmente la escasez de agua es un grave problema que afecta alrededor de 2,8 mil millones de personas en el mundo poniendo en riesgo su sobrevivencia y disminuyendo la calidad de vida. Asimismo si reconocemos que durante este siglo la población mundial se ha triplicado y el uso del agua ha aumentado seis veces, la situación resulta alarmante.
Dadas las condiciones de inseguridad hídrica, es urgente emprender acciones para el cuidado y buen manejo del agua. El análisis de nuestras prácticas sobre los patrones de consumo de agua constituye una de las acciones indispensables como parte de un proceso básico de alfabetización y concientización. Normalmente cuando pensamos en nuestro consumo de agua imaginamos sólo el uso directo (lavarnos las manos, regar el jardín, lavar ropa, etc.), pero la mayor parte es de uso indirecto (96%), es decir, el agua que se encuentran detrás de la fabricación o elaboración de cada producto que utilizamos en nuestras actividades cotidianas (agua virtual).
Para poder calcular la totalidad de agua que consumimos (agua directa y virtual) se diseñó un indicador denominado Huella Hídrica (HH), que permite hacer cálculos tanto individuales como de grupos, regiones, países o bien toda la humanidad. Por ejemplo, la HH de una playera de algodón, es la suma del agua utilizada para el crecimiento de las plantas más la del procesamiento industrial de la semilla de algodón, de la cual se obtiene la tela, que da un total aproximado de 2,700 litros para un peso de 250 gramos. Otros ejemplos de HH para alimentos son: 1 papa (100 g): 25 litros, 1 manzana (100 g): 70 litros, 1 jitomate (70 g): 13 litros, 1 naranja (100 g): 50 litros, 1 bolsa de papas fritas (200 g): 185 litros, 1 hamburguesa (150 g): 2 mil 400 litros, 1 vaso de cerveza (250 ml).
Tomar conciencia de nuestra huella hídrica es un paso indispensable para poder modificar nuestros hábitos de consumo y estilos de vida. Recomiendo que, por lo menos como ejercicio de curiosidad busquen en la web algunas páginas que les permitan calcular su huella hídrica individual, quizá esto pone en evidencia nuestros excesos y nos invite a sumarnos al desarrollo o fortalecimiento de programas y acciones para consolidar una cultura para el cuidado del agua.

*Profesora-investigadora del CUCBA de la UdeG. liz0920@gmail.com

Comentarios
  • María Soledad Rodríguez Mendoza

    Excelente , el agua problema vital para la vida y se está agotando y lo de la huella muy interesante, lo retomo con mis chicos que se forman como profesores de Ciencias Naturales

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