Edgar Morin, pensador planetario, de toda la vida y ahora, desde el confinamiento, a 5 días de un siglo

 en Rafael Lucero Ortiz

Rafael Lucero Ortiz*

Esta 2 de junio, inicio de veda electoral, la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), nos sorprendió con la entrega del Doctorado Honoris Causa, en el marco de la celebración del centenario de su nacimiento, que se cumple el próximo 8 de julio, del Padre del Pensamiento Complejo, Edgar Morin.
Su presencia fue virtual, desde Marruecos, y nos sorprendió por su vitalidad y lucidez, en un mensaje enmarcado en el pensamiento crítico del fraccionamiento del conocimiento, pero también creativo, en un intento de ofrecer una visión comprensiva, entretejida, integral del contexto pandémico que vivimos. La ceremonia completa se localiza en YouTube.
El aporte de Morin en el ámbito de la complejidad de los problemas humanos y sociales ha sido de ruptura metodológica, pero también de deconstrucción y reconstrucción de los procesos de producción de conocimiento. Y en los mismos términos ha impactado en la educación, al romper con una pedagogía desintegradora del conocimiento y proponer una visión integradora, religada de los aprendizajes y conocimientos de los problemas.
Propuesta expuesta en el libro: Los 7 Saberes Necesario para la Educación del Futuro:

Una educación que cure la ceguera del conocimiento
Advierte que nuestra práctica cotidiana del conocimiento tiene inercias erróneas de carácter mental, intelectual o de procedimientos acartonados, que impiden ver lo inesperado, lo incierto. No vemos la liebre que salta frente a nuestros ojos.

Una educación que garantice el conocimiento pertinente
Bajo los principios de un conocimiento contextualizado en las coordenadas de espacio, tiempo y cultura; globalizado, integrando las relaciones entre el todo y las partes desde una óptica multidimensional, entretejida.

Enseñar la condición humana
La enseñanza desde el espacio escolar se aboca a la instrucción y constatación del desarrollo de ciertas destrezas, por lo general operativas, desvinculadas, sin una relación ecológica con el cosmos, la naturaleza, la vida, la condición de lo humano en el encadenamiento individuo-sociedad-especie o en la producción cultural en la interacción de instinto, cerebro, afecto, en una utopía de unidad en la diversidad y pluralidad de los pueblos. La Enseñanza del Homo complexus.

Enseñar la identidad terrenal
La educación en el mejor de los casos intenta la formación de la identidad personal, pero poco o nada se ocupa, desde la perspectiva de identidad, del entorno, ni familiar, ni social, mucho menos el de la naturaleza, los bosques, los ríos, las montañas, los desiertos, la tierra. La escuela al fraccionar el conocimiento, aísla también al sujeto cognoscente, al sujeto de aprendizaje. Qué significaría considerar al sujeto en su entorno y construir conocimiento contextualizado? Pues justamente lo que no hace la escuela: incorporar la situación familiar de la niña, niño, adolescente, joven o adulto; incorporar las condiciones del tejido social de pertenencia y su relación de disfrute y sustentabilidad con la naturaleza; o los efectos nocivos, peligros y amenazas a la especie humana y de más especies de seres vivos y el planeta, derivadas de nuestro modo de vida, cultura de producción y de consumo.

Enfrentar las incertidumbres
El universo, la especie humana, la dinámica de la historia, oscilan de manera pendular entre fuerzas destructoras y fuerzas creadoras, conocer, decidir, actuar, se da siempre en arenas movedizas, en la incertidumbre cotidiana y permanente. La reflexión, el diálogo y la resiliencia, son los conceptos metodológicos que nos puedan facilitar transitar con mayor seguridad.

Enseñar la comprensión
Lo más común son las visión unilaterales y las posiciones egocéntricas, sobre los otros y los conocimientos y opiniones de los otros. Por ello, la comprensión se crea en la introspección, en la escucha y la apertura hacia el otro, es ahí dónde se logra una visión compartida del mundo y de la complejidad humana visión, de carácter democrático, de consenso, de intersubjetividad y de tolerancia.

La ética del género humano
La interacción individuo-sociedad implica una relación dialógica, orientada a estimular la autonomía individual y sentido de pertenencia a la especie humana, base de la democracia, de la construcción de la ciudadanía, que en el contexto de la triada de individuo-sociedad-especie, implica la enseñanza y aprendizaje de la ciudadanía planetaria, en un sentido de universalidad y futuro.

*Maestro en sociología. Analista y consultor independiente. rlucero1951@gmail.com

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