Dress codeuniversitario

 en Rodolfo Morán Quiroz

Luis Rodolfo Morán Quiroz*

 

En días recientes se le negó la posibilidad de examen profesional a un estudiante del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño de la Universidad de Guadalajara (CUAAD). La razón: no ir ataviado al gusto del presidente del jurado. Esa negativa no se fundó en reglamento alguno y resultó en que se vulneró el derecho a la educación del aspirante a titularse. La acción de los profesores que promovieron o permitieron que se negara el derecho a presentar examen es bastante grave y amerita que el caso se lleve ante la Comisión de Honor y Justicia del Consejo General Universitario. Lo triste del caso es que algunos profesores con los que he comentado el suceso opinan que no progresará la sanción contra los profesores que incurrieron en esa falta.

Este caso no es el único en que se discrimina a las personas por su forma de vestir. Si no hay reglamento que lo estipule y una aceptación de ese reglamento, los universitarios tenemos la posibilidad de vestirnos como mejor nos parezca, en los exámenes o en clase o en nuestras reuniones de docentes. Sé de otras instancias en que las mujeres han sido acosadas por usar determinado tipo de prendas o simplemente por vestirse siguiendo el tipo de atuendos que proponen los diseñadores de ropa para mujer. También de casos en que estudiantes de determinadas carreras universitarias son objeto de burla o discriminación por utilizar prendas que no son las “habituales”. Recuerdo un estudiante de derecho que tomaba algunos cursos en sociología porque ahí no se burlaban de él por llevar falda a las clases.

Si la universidad ha sido crítica lo ha sido especialmente de las reglas de comportamiento que oprimen o limitan a las personas, ya sea por su género, color de piel, condición física. Tratar de imponer un código de vestimenta en la universidad podría derivar en reglas tan absurdas como obligar a la gente a portar en público ropa que permita inferir sus atributos privados, obligando a definir quién tiene autorización y derecho a usar determinado atuendo y quién no. Incluso a portar determinado tipo de cuerpo, peinado o colores de ropa o zapatos. El caso me hizo recordar que una institución de la que soy egresado emitió un reglamento en el que se estipula que en los exámenes profesionales el aspirante debe usar zapatos. Me enteré de ese reglamento porque, al ser el primer egresado de ese posgrado, mis compañeros luego me hicieron saber que a algunos profesores no les había gustado que yo llegara en tenis en vez de zapatos, pero tuvieron que examinarme, pues no había reglamento alguno que estipulara cómo deberían lucir los aspirantes.

Si las instituciones educativas establecen el uso de un uniforme o algunos requisitos en las maneras de vestir de quienes les dan vida, deben dar a conocer el reglamento atingente en el momento del ingreso, y no esperar a establecer, arbitrariamente, un código que nunca existió ni se aprobó por sus autoridades, hasta el momento del egreso. Aun cuando hay algunas convenciones para algunas profesiones, eso no significa que hayan sido reglamentadas explícitamente. Así, un estudiante me comentaba hace un par de años que notaba diferencias entre las estudiantes de una carrera del turno matutino, que iban perfectamente aliñadas, frente a las estudiantes de otra carrera del turno vespertino, que no daban tal énfasis a su apariencia. Lo que mostraba que no era por la prisa de llegar temprano a sus clases. Y ambas estaban en su derecho, a pesar de no existir un reglamento explícito y sí algunas convenciones perpetuadas por los usos. El contraste entre los abogados y los sociólogos/filósofos es mencionado con relativa frecuencia y hasta ha derivado en algunos prejuicios como el expresado recientemente por el nuevo rector general de que son estos últimos los consumidores de marihuana. Quizá implicando que los abogados, por vestir de traje y corbata, acuden a drogas de mayor elegancia o costo. O que su ropa los hace monjes tan decentes que se abstienen de utilizarlas.

Para mayor información del caso en CUAAD: https://regeneracion.mx/estudiante-de-la-udg-no-presenta-examen-profesional-por-no-vestir-adecuadamente/

 

*Doctor en Ciencias Sociales. Profesor del Departamento de Sociología del CUCSH de la UdeG. rmoranq@gmail.com

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