Discapacidad

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

“Las cosas más bellas y mejores en el mundo, no pueden verse ni tocarse pero se sienten en el corazón”

Hellen Keller

Con motivo del día de la discapacidad en algunas escuelas se realizaron actividades de sensibilización sobre está problemática que padece un sector de la población y algunos educandos. En algunas escuelas, con apoyo de personal de USAER se realizaron expresiones gráficas, carteles y composiciones, charlas con personal especializado, entre otras actividades. Hay mucho trabajo por hacer para hacer efectiva la integración de los educandos que presentan necesidades educativas especiales. Hay mucho trabajo que hacer para generar la infraestructura adecuada y los materiales educativos necesarios. En materia de práctica docente los esfuerzos son loables pero el perfil tipo de trabajo en aula, que suele atender con criterios de “normalidad” auditiva, visual, motriz e intelectual aún margina de los bienes del buen trato y de la atención pedagógica oportuna y de calidad a quienes presentan está particularidad. Las habilidades docentes, la capacitación necesaria ordenada y sistemática en materia de inclusión e integración todavía no son agendas curriculares de la educación normal, exceptuando las pocas normales de especialidades existentes en el país. En los esfuerzos y dificultades que sortean para sobrevivir a las condiciones demandantes de las aulas en lo cognitivo y social, las comunidades educativas, enfocadas en formar para la vida, encuentran en cada una de esas personitas una lección de humanidad. Mucho del corpus teórico y práctico del saber pedagógico se sustenta en la observación y análisis de las maneras como aprenden quienes presentan alguna necesidad educativa especial. En parte son luz de la psicogénesis de nuestra inteligencia. Mucho del espíritu de amor que caracteriza el sentido humanista del ejercicio de la docencia se consolida cuando en un salón de clases un educando con este perfil cubre una de las butacas. El discurso de integración en el sector educativo, vigente desde la conferencia de Salamanca, España en 1994, ha cobrado lugar en el discurso y la propuesta curricular institucional. Pero la integración educativa en aulas regulares está en proceso y hay mucho de la dimensión actitudinal por transformar en quienes hacen gestión pedagógica y educación de calidad con equidad en los centros educativos de educación básica. No es sólo cuestión de voluntad individual, es también capacidad del sistema para atender con recursos económicos y humanos las demandas de atención de este tipo de servicios. Es también capacidad de evaluación formativa para evaluar eficacia y pertinencia del acompañamiento y asesoría de quienes materializan el servicio con el perfil profesional orientado hacia la Psicología principalmente. No se trata de sembrar diagnósticos psicopedagógicos que terminan en gabinetes de archivo o en sugerencias culpigenas que abultan la pesada carga de los docentes titulares de los grupos escolares. Es cierto, servicios educativos como el de Educación Especial desde mediados de los ochentas, han alimentado la dimensión psicológica de la práctica educativa y han hecho circular autores y textos, baterías de tests y otros instrumentos para el registro y observación del comportamiento del niño y el adolescente en aulas escolares. Han contribuido a enriquecer los referentes sobre la práctica docente, han alimentado conceptualmente la comprensión y la tipificación de algunas patologías y disfunciones relacionadas con el aprendizaje. Pero el salto cualitativo está por darse. La sinergia entre los profesionales de la educación especial y los profesores que tienen la responsabilidad del desarrollo armónico e integral de sus educandos aún está en construcción. Hay mucho tramo por avanzar en la integración de los equipos laborales para trabajar juntos en perspectiva de los objetivos de desarrollo emocional e intelectual deseado. Por eso, eventos como el acontecido el 3 de diciembre, que celebra ya la edición 27 del Día Internacional de la Discapacidad, son importantes para que las comunidades de aprendizaje en y para la vida cobren conciencia y se sumen para que se respeten los derechos, contribuyan al bienestar y generen las condiciones de auténtico desarrollo social. A nivel de toma de decisiones importante será seguir en la declaratoria pública pero también asignar presupuesto para mejorar el acceso de los educandos que presentan alguna discapacidad. Sobre todo, dar el salto hacia la evaluación para la mejora de la calidad del sistema que atiende este sector, pues eventos como la emergencia sanitaria impacta doblemente a los niños discapacitados que estadísticamente tienen cuatro veces más posibilidades de ser víctimas de actos violentos. El día internacional de.la discapacidad posiciona también el imperativo de evaluar las políticas públicas y los avances de las declaración de Salamanca, España, (7-10 de junio de 1994) y el marco de acción sobre las Necesidades Educativas Especiales, Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales: acceso y calidad. La conferencia de Salamanca plantea entre otras declaraciones que “Las personas con Necesidades Educativas Especiales deben tener acceso a las escuelas ordinarias, que deberán integrarlos en una Pedagogía centrada en el niño, capaz de satisfacer esas necesidades”. La integración educativa ha sido todo un reto para la gestión pedagógica y como en otros asuntos, más que continuidad e inversión, corre tinta y saliva sobre el tema. A nivel operativo, en la vida cotidiana de las escuelas hay un sentimiento de aislamiento y orfandad institucional. Tal vez es tiempo de extender la mirada y dejar de invisibilizar a los sujetos que padecen alguna discapacidad, tal vez es tiempo de evaluar el formato de atención y emprender una reingeniería del servicio que contemple supervisión, articulación, renovación metodológica, investigación y actualización de los docentes y especialistas, entre otros desafíos de trabajo. Pero también es tiempo de evaluar la calidad de gestión y administración del servicio a nivel central y mirar la discapacidad no solo hacia afuera y lejana como mal personalizado, sino como mal sistémico de colectivo invidente que campea feliz con una gestión política discursiva cómoda. Un estilo de gestión de problemas auditivos, de miopía común dentro, solo cercana para algunos, en la estructura misma de poca operatividad, eficacia y pertinencia de los servicios ofrecidos. Para finalizar y para prevenir otro tipo de discapacidades, en tiempos de la accidentada consulta sobre el pacto fiscal en el estado libre y soberano de Jalisco, es importante no confundir lanas sucias con lanas limpias o como cita José Saramago de un antiguo proverbio español, en la novela “El viaje del elefante”, pues aunque es legítimo tener aspiraciones políticas de más, es importante “No confundir churras con merinas”.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

Comentarios
  • Patricia Arellano Zataráin

    La integración educativa quedó en proceso…y ya pasamos a Inclusión, un concepto mucho más amplio aún y complejo de entender para el personal docente regular; pues confunden inclusión con temas excesivos de discapacidad…y no es así. Falta mucho que recorrer, trabajar, sensibilizar y co-construir juntos desde una política, cultura y práctica educativa basada en la diversidad, equidad e inclusión.
    Muchas felicidades!! Excelente análisis.

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