Direcciones

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

Los mexicanos tenemos en nuestra historia nacional páginas importantes que rememorar el mes de agosto.
Una de ellas hace 500 años. La caída cruenta de la ciudad de Tenochtitlán, la conquista de los españoles el 13 de agosto de 1521. Del imperio mexica desde 1325 al largo periodo colonial, con toda la impronta en nuestro ser nacional, las mentalidades definitorias y el cruce de las dos culturas. Nuestra población, espacio geográfico, el águila y la serpiente, los proyectos de nación distintos.
El vasto territorio que llegó a integrar el imperio mexica, la extensa expansión del imperio español que marcó el mapa de América, la historia de México pobre en victorias militares; rica culturalmente, invitadora a la lectura detenida; colonia, independencia, siempre en evolución, siempre fundacional socialmente.
Las direcciones de la educación en el calmecac, en el telpochcalli; la educación de los españoles peninsulares y criollos, la educación de los mestizos y de los indígenas; la monarquía y el virreinato, las primeras letras en las escuelas parroquiales, la colonización de las mentalidades.
El tiempo histórico que nos marca como nación, cómo cultura. Nuestro idioma, el mestizaje y la cronología, las fechas icónicas en la línea del tiempo.
La formación de la identidad y la espiritualidad del mexicano, la dinámica del idioma y las variadas formas de hacer comunicación y entendernos. El valor de la mexicanidad y la asunción imperativa de ser sujetos de nuestra historia y descolonizarnos.
La memoria histórica inequitativa, las generaciones de ciudadanos cuya historia no es objeto de interés, las formas diversas como aprendimos en la escuela, cómo leemos los libros y discriminamos las voces; las cortinas de humo ideológicas que se tienden para obnubilar la mirada, las formas de pensar la finalidad de la patria, los apátridas y el proyecto del país, la visión fatalista versus la visión constructora del propio destino.
Direcciones distintas.
La descolonización de las mentalidades a la que aspiraban los liberales de los constituyentes de 1857 y 1917, el fanatismo, los prejuicios y las ignorancias, como flagelos de lucha permanente.
Luz y obscuridad más que metáforas, decisiones por acción u omisión. Armas y pólvora, palabras y desnacionalizaciones. Direcciones.
Nuestros textos constitucionales cuya interpretación han generado prácticas de justicia que legitiman lo que a todas luces es injusto e inequitativo, los distintos tipos de educación en los proyectos conservador y liberal que nos han marcado por dos siglos.
El presente y las cartas náuticas en manos de distintos capitanes, los desafíos de hacer educación relevante y eficaz.
Direcciones.
La Nueva Escuela Mexicana, los acuerdos de la secretaria Delfina Gómez Álvarez y los gobernadores para el inicio de clases el próximo 30 de agosto.
Direcciones. El posicionamiento del SNTE a favor del retorno a las escuelas, la voz minoritaria de la CNTE y Maestros por México a favor de mantenerse en condiciones de virtualidad y educación a distancia.
Los maestros y maestras que opinan diferente en el seno de las comunidades de aprendizaje en y para la vida, los preparativos y la respuesta de los padres y madres de familia que ya inscriben y se reinscriben jubilosamente.
La necesidad de empatía con las necesidades sociales de las comunidades donde se ofrecen los distintos servicios de educación básica.
No hay escuela pública posible sin la alianza y el trabajo hombro hombro con los padres de familia.
Direcciones. La Nueva Escuela Mexicana y su enfoque histórico, cívico, ético, de vida saludable, de ciudadanos honestos anticorrupción con el andamiaje de la reforma educativa anterior y/o Recrea y sus principios de refundación, la ingeniería de los sueños y el bien común, la escuela feliz y sus maletas emocionales, el taller literario.
La armonización posible, la necesidad de concurrencia entre los niveles de gobierno, el proyecto de futuro de niños, niñas y adolescentes que merece el diálogo y la construccion conjunta.
La eudaimonia platónica o aristotélica, la búsqueda de la felicidad y la excelencia en la caverna de los días iniciales del calendario escolar que pretenden la Odisea de los diagnósticos emocionales o las luces de las virtudes y el razonamiento de los aprendizajes esperados en planes y programas que hay que trabajar cuanto antes.
El bloqueo epistemológico del mucho sentir, de sobredimensionar la emoción; la etapa preoperatoria cercana al egocentrismo en donde dar vida a la emoción es creer que los demás ven el mundo como nosotros lo vemos, creer que sentir y exacerbar los sentidos es pensar que los demás hacen lo mismo.
Direcciones. El individuo o el equipo. Los Programas Escolares de Mejora Continua destrozados por la última andanada de cambios de adscripción de docentes, directivos y supervisores que se ríen de la permanencia y el arraigo, o las comunidades de aprendizaje en y para la vida que sobreviven desintegradas y con directivos “encargados”.
Las fantasmagoricas CAVs si no hay gestión inteligente que están claras que para trascender hay que permanecer y ofrecer resultados.
Direcciones. Arraigos contra derecho laboral al cambio y al salto de mata.
Cambios imposibles en algunas escuelas vandalizadas, discontinuidades y presencialidad con telón de fondo de incertidumbre.
La escuela feliz como utopía tentadora que parece otra más de las irrealidades que se adoptan sin filtro. La escuela eficaz, la escuela inteligente, la vida en las escuelas, la escuela pública que requiere de la fortaleza de los talentos y experiencias de sus equipos de trabajo.
La ciencia pedagógica y sus límites cuando toca asuntos como la felicidad.
En estudios de opinión un dato duro es que el mexicano se siente y se asume como feliz comparado con habitantes de otros países. El sentirse feliz parece no estar relacionado con los desempeños en el área cognitiva, con el aprovechamiento escolar en competencias comparables internacionalmente. Nuestros resultados en PISA-OCDE, nuestro nivel de escolaridad, ambas medibles, nada tienen que ver con la autoevaluación o el imaginario de ser feliz.
¿Aspiramos a una escuela feliz cuando no garantizamos los saberes mínimos necesarios y el desarrollo de las competencias básicas?
Direcciones… caminos laberinticos de baldosas de sueños emocionales de adivinos cuando hay escaleras del aprendizaje y concreciones psicogenéticas sobre las que hay necesidad de fortalecer la práctica docente.
Cuando hacemos propuestas de cimientos de arena como la idea de aprendizajes esenciales ¿en dónde quedan los conocimientos necesarios de teoría curricular y de propuestas lógicas como la Pedagogía del dominio en cierto tipo de aprendizajes esperados?
Direcciones confusas… caminos que se bifurcan y en donde se intenta reinventar la tripulación, el navío y hasta la misma brújula.
¿Planes y programas de aprendizajes esenciales rasurados o intereses y saberes previos del sujeto que aprende?
¿Que parte de eso no es lo mismo cada jornada Agostina?
La formación continúa de nuevo en el dominio de la doxa y en las calles inundadas del lenguaje, que evade las coordenadas de la ciencia y la espiral de pensamiento científico.
Direcciones. El campo formativo como espacio de cien puertas en dónde no hay ordenamiento ni dirección, baste comparar las fases intensivas de capacitación del Consejo Técnico Escolar en los últimos ocho ciclos escolares.
¿Qué hay que hacer para fortalecer al docente de educación básica?
El tiempo de construir proyecto educativo se agota.
Las cohortes nuevas de alumnos y el retorno a las escuelas, la nueva era del ciclo escolar en la ancha Castilla por cabalgar.
Los quijotes olvidados del gis, montados de nuevo en una actualización en condición de virtualidad, tal vez sugieran en alguna lejana escuela, a manera de cuchicheo, algunas direcciones.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

Comentarios
  • Griselda Gómez de la Torre

    Añoranza de recuperar la voz con escucha atenta de “Los quijotes olvidados del gis”, ¿Qué direcciones nos aconsejarán? pregunta Sancho Panza como leal escudero para asirse al lenguaje sabio que nos abraza con la experiencia como un mar de sabiduría desoída. ¿Acaso flota eterna la voz silenciada?, ¿Cómo abrir espacios en los que pueda leerse la realidad bajo otra mirada?, tarea pendiente del aprendiz eterno en la espera del consejo: “Quién dijo que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón”. ¿Porqué presiento nostalgia detrás de las palabras donadas?, ““Emito mis alaridos por los techos de este mundo” (Whitman).

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