Deudas educativas en Jalisco

Jaime Navarro Saras*

Las dos últimas semanas han sido torrenciales para la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ), principalmente por los problemas de pago a miles de profesores de educación básica del denominado sistema federal, las razones del problema (a decir de la autoridad educativa estatal) se centran en el FONE (Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo), porque según el secretario de educación, Francisco Ayón, no depende de la SEJ dicha encomienda ya que, ello sólo sucede en las escuelas federales y no en las estatales que dependen de él, una vez dicho y afirmado eso, muchos profesores estatales comentaron en la propia cuenta de twitter del secretario Ayón que no era así, que también les debían y no sólo eso sino también lo acusaron de dirigir la peor gestión de la SEJ en su historia.
Cabe apuntar que el FONE fue creado el 9 de diciembre de 2013 para sustituir al (FAEB) Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal, sustitución que tuvo como intención volver a centralizar al gobierno federal las nóminas magisteriales de las escuelas federalizadas de Jalisco y la república mexicana, hecho que derrumbó (de la noche a la mañana) parte del Programa de la Modernización Educativa propuesto por Carlos Salinas de Gortari en la década de los 90, dicho Programa incluía la descentralización educativa, que fue pactado entre el gobierno federal y el gobierno de Jalisco el 18 de mayo de 1992, posteriormente se firmó el convenio de integración de los servicios educativos federales a Jalisco (incluyendo el manejo de la nómina) el 18 de noviembre de 1996, finalmente es decretado casi un mes después por el Congreso del Estado, el 16 de diciembre de ese mismo año.
Fueron 17 años que el gobierno de Jalisco manejó sin restricciones y a su antojo el presupuesto educativo, entre otras cosas la nómina magisterial y en donde hubo de todo, principalmente el manejo discrecional y caprichoso de los recursos financieros debido (mañosamente) a que éstos no venían etiquetados para conceptos específicos, de hecho en la parte final del gobierno de Emilio González (2007-2013) hubo señalamientos graves (pero no castigados) de la Auditoría Superior de la Federación donde se hablaba de desvíos y malversación de recursos, entre ellas el pago de miles de plazas comisionadas a la SEJ, al SNTE y otras áreas ajenas a educación, principales elementos del que se valió la federación para volver a centralizar la nómina y el presupuesto a la educación.
Del 9 de diciembre de 2013 a la fecha, en que se volvió a centralizar la nómina, ha habido de todo, por supuesto, los retrasos normales de dos o tres meses a los maestros recién ingresados al servicio, incluso para quienes tuvieron alguna promoción y los que resultaron sobresalientes en la evaluación. El fenómeno del atraso de pagos ha sido de siempre, en el tema de carrera magisterial, por ejemplo, los listados de ingreso y promoción solían publicarse en diciembre y el pago se generaba en la segunda quincena de mayo a más tardar, era un proceso bastante asimilado porque así era año tras año.
Lo cierto de todo es que el gran problema de la falta de pagos se acrecentó en lo que va de 2018, el hecho de que la autoridad educativa estatal se escude en que la federación es la responsable del hecho, sabemos de sobra que es una excusa llena de ficción por cómo han manejado esta Secretaría en lo que va del sexenio, una verdad que rompe con esa idea de la SEJ es el congelamiento de promociones en las escuelas estatales de educación superior (Normales y posgrado), en este nivel educativo hace más de 4 años que hay una parálisis en las plazas que van quedando vacantes, el reglamento de promociones del nivel superior señala que una plaza vacante por jubilación, despido o renuncia, en automático se debe promover, primero mediante un proceso de recategorización de las horas, después la asignación de las horas vía escalafón entre los trabajadores de cada uno de los centros y, finalmente, la publicación de convocatorias para concurso abierto de docentes no pertenecientes a la institución, cosas que no han sucedido porque la autoridad no lo ha querido hacer y porque la Sección 47 del SNTE no ha hecho valer su estatus para exigir el derecho de los trabajadores, son miles de horas cuyo recurso está detenido y esto no depende del FONE, sino del presupuesto y la lógica de la autoridad educativa estatal.
Lo cierto de todo, es que los problemas de pago son sólo la punta del iceberg de una administración fallida, cuyo punto de operación se centró en los recortes de la nómina, el jineteo de los recursos, la desaparición de escuelas y el no cumplimiento de las promesas de campaña, no por algo en Jalisco se cerraron cerca de 564 espacios educativos estatales en lo que va del sexenio; la cobertura educativa hace 10 años era del 73.3% y hoy es del 73.5%, sólo un raquítico crecimiento del 0.2%; amén de la atención educativa al preescolar, un dato revelador es que sólo se atiende al 16.9% de niños de primero de preescolar, un espacio aparte es el tema de las escuelas de tiempo completo y el programa Escuela Siempre Abierta que sólo quedó en buenos deseos porque la SEJ se desentendió del tema y heredó la responsabilidad a los padres de familia.
¿Qué cuentas entregará en actual gobierno al equipo de Enrique Alfaro?, no lo sabemos a ciencia cierta, pero lo que si intuimos es que heredarán un sinfín de pendientes y procesos a medio terminar, con un magisterio molesto, un sindicato bipolar y una sociedad desilusionada de que una vez más le quedó mal un gobierno que prometió el cambio, la mejora educativa y, que desgraciadamente, no fue así…

*Editor de la Revista Educ@rnos. jaimenavs@hotmail.com